Tiempo de leer: fomentando la lectura en niñas y niños de Honduras

EGO1 junio, 2016

El día viernes 3 de junio Plan Internacional Honduras lanzará la tercera fase del proyecto de bibliotecas escolares comunitarias «Fomentando la Cultura Lectora en Niñas y Niños de Lempira».

En el evento se reunirán destacadas personalidades de los medios de educación y cultura en el país. Belinda Portillo, directora de Plan Internacional Honduras, presidirá el evento.

La agenda cultural inicia a las nueve de la mañana en Casa Galeano con un evento de presentación del libro «Juguemos al teatro» cuya creación estuvo a cargo de las niñas y los niños de doce comunidades de Lempira.

La tercera fase del proyecto consiste en la creación de seis bibliotecas en comunidades lejanas de Lempira y de dos bibliotecas públicas, una en Gracias y otra en Lepaera, las que conformarán un circuito de veinte bibliotecas en total.

En las fases anteriores se crearon doce bibliotecas, seis por fase. A diferencia de las anteriores, en esta ocasión el lanzamiento será de ocho en total.

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Asimismo, como parte del evento, se presentará la obra de teatro infantil «Betillo y el duende». Luego, a las once de la mañana, se inaugurará la exposición de dibujos «Garabatos», realizada por treinta niñas y niños de Lempira con el emblemático artista Mito Galeano. Este evento se realizará en la sala de exposición de la casa del artista y contará con la asistencia de autoridades, artistas, escritores y medios de comunicación.

Plan International Honduras implementa en veinte comunidades de Lempira el proyecto de bibliotecas escolares comunitarias más exitoso del país que beneficia directamente a 3,274 niñas y niños que se forman como lectores a través de un programa de animación lectora que incluye teatro, cine, poesía, narrativa, dibujo, mimos, títeres, escritura y lectura creativa y cuentería escénica, además de estrategias de lectura como la «mochila viajera» para llevar libros a 2,986 niñas y niños de setenta comunidades que carecen de este recurso o como el «bolsito lector» para fomentar la lectura en familia, y de 1,340 niñas y niños capacitados como animadores de ambientes culturales y de lectura.

Belinda Portillo ha expresado que «el arte que viene de las niñas y niños, más allá de la belleza, posee un sentido de autenticidad incuestionable, y es un medio idóneo para desarrollar habilidades, canalizar de forma positiva los sueños, los miedos, las alegrías y la esperanza; además que el arte permite a las niñas y a los niños opinar, ser críticos y desarrollar habilidades para la vida».

Para Plan International Honduras, institución que trabaja bajo un enfoque de desarrollo comunitario centrado en la niñez y sus derechos, el fomento de la cultura lectora es un medio para mejorar el aprendizaje de niños y niñas, que genera una cultura de paz e igualdad, inclusión, igualdad de género, no discriminación, participación y valorización de su cultura.

Plan Internacional lleva aproximadamente veinte años trabajando en Honduras.

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Niños leyendo en una escuela en Gracias, Lempira.

Tiempo de leer: fomentando la lectura en niñas y niños de Honduras.

Durante muchos años las estadísticas sobre los índices de lectura en Honduras arrojaban cifras muy bajas que terminaban avergonzando a quienes, ingenuamente y sin un plan estratégico, se dedicaban al fomento de la lectura. Del fracaso, nació la preocupación de comprender y desentrañar cuáles eran las razones y los enfoques equivocados desarrollados para que los proyectos no alcanzaran el éxito.

Según la CERLALC, el promedio de lectura en Latinoamérica es muy bajo, en un rango de entre 2 a 5 libros por persona. De estas cifras preocupantes, y aún más aterradoras en Honduras, nacieron algunos estudios sobre el tema de la lectura en el país. Fidel Durón y Jorge Amaya abordaron el tema, quienes promedian el índice de lectura en Honduras como de medio libro al año.

Sin embargo, las condiciones precarias en las que vive la mayoría de su población: desnutrición, pobreza extrema, injusticia social, falta de cobertura en salud, entre otras tantas razones, daban las suficientes explicaciones por qué leer no es una necesidad básica.

Tras una reevaluación de los errores cometidos en programas anteriores, la mayoría orientados a los ciudadanos de las denominadas «grandes ciudades», pudo reconocerse que quizás la sociedad de consumo y entretenimiento en la que están inmersos, denominada como «cultura chatarra», había ido borrando ese sentido de exploración y pertenencia de los hondureños. Grandes discursos impuestos por imperios o culturas de países desarrollados. Por otro lado, las zonas excluidas, áreas rurales y suburbanas, no se contemplaban dentro de los programas de fomento de la lectura, agregándole el infortunio del desinterés del Estado en propiciarles condiciones que les permitiese acceder y ser parte de esa dinámica del imaginario nacional, junto a la ignorancia, componente muy grave, de quienes ostentan por razones políticas el poder y las instituciones que podrían solventar o aliviar parte del problema.salva6

El programa de Plan Internacional Honduras, que tiene unos veinte años de funcionar en el país, implementó hace un par de años un programa de fomento de la lectura focalizado a niñas y niños en zonas de pobreza extrema.

Quizás este sea el punto crucial y determinante en el éxito que ha obtenido dicho proyecto: darle voz a quienes no comprenden aún por qué y quiénes los gobiernan y las razones de su exclusión. Ante tal aislamiento, la respuesta debía ser la educación y la cultura. Desarrollar un programa que no se ejerciera de manera vertical sino horizontal: respeto a la tradición oral, a sus símbolos, a la enorme capacidad de construcción de imaginarios y de mundos, contrario al sistema educativo que impone, aplasta y ahoga esa capacidad de interpretar, comprender y de sorprenderse, inventar y construirse dentro de algo que ha sido negado: su derecho a la participación y al libre ejercicio de su vida cultural como uno de los derechos reconocidos por la UNESCO.

Han reconocido, gracias a la lectura, su situación de vida, y han sabido darse cuenta de su valor en la sociedad. Baste mencionar el caso de una niña de Chinda que pensaba lo siguiente: «yo no era nadie, no participaba en nada, ahora soy alguien, hablo en público, soy actriz, conocí a la rectora de la UNAH Julieta Castellanos…»

Las niñas y los niños han comprendido que la lectura es parte de su desarrollo espiritual y afectivo además de brindarle habilidades y competencias que le servirán en su vida.

Decía un Ministro de Educación del Reino Unido que un niño debía leer unos 50 libros al año. Haciendo caso de su recomendación, y haciendo un zoom en el departamento de Lempira, encontramos niños que han leído de 50 a 180 libros a su corta edad.

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Ilustración de Mito Galeano

Parte de la dinámica y de los objetivos del proyecto de bibliotecas escolares comunitarias «Fomentando la Cultura Lectora en Niñas y Niños de Lempira», de Plan Internacional Honduras, es que sean las niñas y los niños quienes administren las bibliotecas, acompañados por profesores y padres de familia.

Las bibliotecas funcionan como un espacio abierto, adaptado para ellas y ellos, quienes tienen el poder de decidir el color de las paredes como la decoración y disposición del espacio.

Este «laboratorio cultural», como lo llama el poeta y gestor cultural Salvador Madrid, coordinador del proyecto, propone la apropiación de las niñas y niños de un ambiente plagado de amor por los libros.

Se subraya el papel extraordinario que ha realizado el artista Mito Galeano, el papel de la directora de Plan, Belinda Portillo, de Salvador Madrid, entre otras personas no menos importantes, como los adultos campesinos que ostentan cargos en los cómites, sin importar si saben o no leer.

«Han perdido el miedo. Sienten que no están solos. Que hay ecos. Los pobladores de las comunidades históricamente relegadas han comenzado a relacionarse y saberse en el tejido social, que ha sido fortalecido», nos comenta Salvador Madrid.

Departamentos beneficados:

Son seis los departamentos de Honduras en donde Plan Internacional Honduras trabaja.

Entre las colecciones de libros que niños y niñas leen se encuentran:

«Cinco minutos antes de dormir», «Garabatos», «Barco de vapor», entre otros.

Edad de niñas y niños participantes

Desde los 3 años en adelante. Decenas de adultos, padres de familia, han aprendido a leer en las bibliotecas.

Horarios

Lunes a viernes. 8:00 a.m. A 3:00 p.m.

Comunidades beneficiadas en Lempira:

12 comunidades, 9 aldeas y 3 municipios.

Productos culturales y artísticos:

«El barro es nuestro corazón» (2015). Libro de 30 cuentos y dibujos de niños y niñas de las comunidades.

Uno de los cuentos a destacar es «La sierpe come colores» y «La niña escritora».

Pinturas «Garabatos». Mito Galeano se interiorizó e interpretó los dibujos de los niños. Pichinguitos, toma el trabajo del niño como boceto. Bojotillos, interviene el dibujo del niño y Garabatos participa en el dibujo muy sutilmente, en la composición de elementos, la mano de él casi no se percibe.

Cine: en octubre se realizará el primer festival de cine comunitario. Se exhibirán 12 cortometrajes de niños cineastas que pertenecen a las bibliotecas.

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Ilustración de Mito Galeano

Cuentos de los niños:

LA SIERPE COMECOLORES

Había una vez una sierpe que vivía debajo de la tierra. De tanto en tanto, salía a comerse los colores y todos en el pueblo estaban preocupados, pero le tenían miedo y buscaron un valiente que no le temía a nada.

Y el valiente se fue a buscar a la sierpe, pero no era tan valiente porque se encontró en una cueva y se puso a llorar del gran miedo que sentía, pero no sabía que ahí vivía la sierpe que lo oyó llorar; el valiente quiso correr, pero la sierpe ya tenía la entrada de la cueva tapada con su cuerpo. Entonces el valiente lloró más fuerte. Y la Sierpe le preguntó por qué lloraba. El valiente le dijo que lo habían mandado a buscar los colores y a matarla. La sierpe dijo: “¡Yo me robo los colores porque mi cueva es muy triste!”. Entonces el hombre para que la sierpe no se lo comiera le ayudó a pintar la cueva. La sierpe a cambio le dio semillas para que se las llevara al pueblo y nacieron unas flores que llenaron el mundo de colores.

Elder Mauricio Benítez

LA NIÑA ESCRITORA

Había una vez una niña muy pobre que le gustaba leer. Pero la niña no tenía dinero para ir a la ciudad a una biblioteca.

La niña tuvo una idea y dijo: “Yo puedo escribir un libro…nada es imposible”.

Y la niña se fue a caminar por su comunidad a escuchar con mucha atención las historias de las personas y las fue integrando a manera de libro hasta que tuvo las diez historias más conocidas por todos. Pero el libro tenía que conocerse y ser leído, así que invitó a sus hermanos y amigos a leerlo y les gustó mucho.

Tiempo después la niña fue con su padre a la ciudad porque tenían unas deudas. En el camino se encontró con un escritor y la niña le enseñó su libro. Al escritor le gustó el libro y les avisó a todos.

Conforme pasaba el tiempo el rumor de un libro muy famoso se fue regando. Entonces todos querían comprar el libro y hacían ofertas de mucho dinero. Y la niña hizo miles de copias y ganó mucho dinero.

Toda su familia salió de la pobreza y en la comunidad ella hizo muchos proyectos, empezó haciendo una gran biblioteca para que todos fueran a leer y a hacerse inteligentes porque si se saben cosas importantes uno ya no es pobre, porque eso no se termina y el dinero sí.

Y así es como un libro puede sacar de la pobreza a cualquiera.

Sidny Alix Hernández

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