¿QUÉ ES EL KU KLUX KLAN Y POR QUÉ SIGUE VIGENTE EN EEUU?

ALG11 julio, 2018

El Ku Klux Klan (o KKK o Klan) es el más antiguo y popular grupo de odio de Estados Unidos. Creadas en el siglo XIX, inmediatamente después de la Guerra de Secesión, promueve principalmente la supremacía de la raza blanca, y por tanto el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, así como la homofobia, el anticatolicismo y el anticomunismo. Con frecuencia, estas organizaciones han recurrido al terrorismo, la violencia y actos intimidatorios como la quema de cruces, para imponer su criterio y oprimir a sus víctimas. La organización no escondió su apoyo a Donald Trump antes y después de las elecciones y parece vivir una renovación bajo su presidencia. El año pasado fue protagonista de una protesta en Virginia que dejó una mujer muerta.

Pero, ¿por qué todavía sigue vigente en los Estados Unidos?

El KKK fue fundado en 1865 en Tennessee por un grupo de exsoldados confederados. Su nombre está inspirado por la palabra griega kuklos que significa círculo. Según la Georgia Encyclopedia, el Klan fue concebido como un club recreativo para oficiales confederados (del sur del país) al finalizar la Guerra de Secesión en 1865, pero rápidamente empezó a actuar de forma violenta para intimidar a las comunidades afroamericanas al sur del país.

l KKK, fundado hace 150 años, llegó a tener cuatro millones de miembros en el momento de su apogeo, en la década de 1920. Ahora no contaría más que con 5 mil a 8 mil miembros, según el Southern Poverty Law Center, un observatorio sobre movimientos extremistas.

Sus símbolos más representativos son la cruz ardiente, sus trajes blancos y sus capuchas que terminan en punta. Las imágenes de esos hombres en esos trajes tradicionales reunidos el fin de semana en Charlottesville, Virginia, evocaron un pasado terrorífico: el de las antorchas, linchamientos de negros y gigantescos desfiles.

Oren Segal, director del Centro sobre Extremismo de la Liga Anti-Difamación (ADL), una asociación de lucha contra el antisemitismo, explicó a AFP que el KKK todavía sigue vigente porque “hay blancos convencidos de su supremacía”.

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«Esos grupúsculos tienen tendencia a formarse y disolverse muy rápidamente, muy pocos de ellos pueden ufanarse de tener una larga existencia y, en términos generales, el Klan no es más un movimiento que goza de buena salud entre supremacistas”, dijo.

Los expertos también señalan que el resurgimiento de este movimiento de extrema derecha se debe a la campaña presidencial victoriosa de Donald Trump. Durante la campaña, el diario oficial del KKK, The Crusader, le dio su respaldo en una editorial en que esgrimía que América se hizo grande como una “república blanca y cristiana”. La campaña del republicano deploró la editorial.

La lista de los enemigos del KKK poco a poco se ha ido ampliando para incluir no sólo a afroamericanos, judíos y católicos, sino también a homosexuales y diferentes grupos de migrantes, según Liga Anti-Difamación.

Desde sus inicios, el KKK buscó el control político y social de los esclavos liberados. En particular, intentó socavar la educación, el avance económico, el derecho a portar armas y los derechos electorales de los afroamericanos. Sin embargo, el Klan no se limitó a actuar contra estas etnias, pues los republicanos (partido progresista en el siglo XIX) del sur también fueron blanco de sus tácticas intimidatorias. Frecuentemente, obtenían sus propósitos mediante la violencia. Por ejemplo, en las elecciones generales de Georgia, en abril de 1868, el condado de Columbia registró 1222 votos para el candidato republicano a gobernador del estado Rufus Bullock. En las elecciones presidenciales de noviembre de ese año, en el mismo condado solo hubo un voto a favor del candidato republicano Ulysses S. Grant.

Con frecuencia, el Klan intimidaba a maestros de escuela y empleados de la Oficina Federal de Refugiados, Liberados y Tierras Abandonadas (Freedmen’s Bureau’), así como a miembros negros de las Ligas de la Unión. De acuerdo con una investigación del Congreso​ hecha durante un episodio en Misisipi:

«La señorita Allen, de Illinois, una de estas maestras, cuya escuela estaba en Cotton Gin Port (condado de Monroe, Misisipi), recibió una visita… entre la una y las dos de la mañana en marzo de 1871, de cerca de cincuenta hombres montados y disfrazados. Cada uno vestía una larga túnica blanca y llevaba cubierta la cara por una máscara suelta, con rayas escarlata. Se le ordenó a la maestra que subiera a vestirse, lo cual hizo enseguida. Luego recibió en su habitación a un capitán y un teniente, quienes además del disfraz de todos, llevaban un par de cuernos en la cabeza y un artefacto en la frente. El teniente tenía una pistola en la mano, y el capitán se sentó mientras entraban ocho hombres, llenando el vestíbulo. Trataron «caballerosa y tranquilamente» a la maestra, pero se quejaron del impuesto por las escuelas, diciendo que debía dejar la enseñanza de inmediato y partir para nunca volver. La avisaron, además, de que ellos nunca dan un segundo aviso. La maestra abandonó el condado.»

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Para la profesora Robin Lenhardt, de la Universidad de Fordham, el nuevo apogeo de este grupo se desarrolla mientras «vivimos un período marcado por un importante debate sobre la raza». Desde hace unos años, en Estados Unidos se protesta contra el encarcelamiento masivo de afroamericanos, los abusos policiales contra las minorías y la discriminación.

En el 2014, se perpetró una matanza extremista en una iglesia afroamericana de Charleston, en Carolina del Sur. Desde entonces, las banderas y los monumentos de los confederados presentes en los estados del sur están en el ojo de la tormenta. «Esos monumentos son hitos y esfuerzos para conmemorar una época en la que reinaba la supremacía de la raza blanca», explicó la profesora Lenhardt. (Con información de AFPEFE y BBC Mundo).

En 1871, el presidente Ulysses S. Grant firmó en Acta, según la cual las tropas federales debían ejercer la fuerza pública en lugar de las estatales, y los miembros del Klan debían ser procesados legalmente en una corte federal, en vez de las cortes locales y estatales. Bajo esta legislación, cientos de miembros del Klan fueron encarcelados o multados, y se supendió el habeas corpus en nueve condados de Carolina del Sur. A la postre, el Klan fue completamente destruido en ese estado y diezmado en el resto del país, donde ya había iniciado su declive algunos años atrás.

El domingo de Pascua de 1873, ocurrió la masacre de Colfax, el evento más sangriento de violencia racial durante la Reconstrucción. La masacre comenzó cuando algunos ciudadanos negros se resistieron a la violencia del Klan y a sus aliados de la Liga Blanca en Colfax, Luisiana. Como resultado del enfrentamiento, ciento cincuenta hombres negros perdieron la vida.

Ese caso y la persecución federal sirvió para terminar de disolver el primer KKK, que volvió a surgir luego en 1915, demostrando el recientemente descubierto poder de los medios masivos de comunicación, luego de la película El nacimiento de una nación. 

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La película El nacimiento de una nación glorificaba al primer Klan, que en ese entonces era ya una memoria lejana. La película se basa en el libro y obra de teatro The Clansman (El hombre del Clan), así como en el libro de Thomas Dixon The Leopard’s Spots (Las manchas del leopardo). La película generó una locura nacional por el Klan. En una función de preestreno en Los Ángeles, se contrató a actores que se disfrazaron como miembros del Klan como parte de la promoción. En algunos casos, la audiencia entusiasmada disparaba sus armas hacia la pantalla.

La popularidad e influencia de la película aumentaron cuando el historiador y presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson avaló la exactitud de la misma. Gran parte de la iconografía del Klan, incluyendo los disfraces blancos y las cruces ardientes, procede de la película, que se inspiraba más en el romántico concepto que Thomas Dixon, Jr. tenía de la vieja Escocia que en los auténticos símbolos usados por el primer Klan.

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El mismo año, el linchamiento del judío Leo Frank ocupó gran parte de la atención pública. Frank, gerente de una fábrica en Marietta, Georgia, fue acusado de crímenes sexuales y del asesinato de Mary Phagan, una niña de catorce años empleada en su fábrica. Frank fue condenado a muerte en un cuestionable juicio, donde se solicitó que ni el acusado ni su abogado defensor estuvieran presentes en el momento de anunciar el veredicto, ya que se temía que la turba que rodeaba el edificio de la corte actuara violentamente. Las apelaciones de Frank no prosperaron, pero el gobernador del estado cambió la sentencia de muerte por una de cadena perpetua. Sin embargo, la turba, autollamada Los Caballeros de Mary Phagan secuestró a Frank de la prisión donde se encontraba y lo linchó públicamente.

Muchos sureños consideraban que Frank era culpable, y para ellos había una fuerte resonancia entre el juicio y la película El nacimiento de una nación, ya que veían una analogía entre Mary Phagan y Flora, un personaje de la película. Flora era una joven virgen que se lanza de un acantilado para evitar ser violada por el personaje negro Gus, quien era descrito como un «renegado, producto de las viciosas doctrinas que los carpetbaggers esparcieron».

El juicio de Frank fue hábilmente utilizado por el político georgiano Thomas E. Watson, quien también era editor de la revista The Jeffersonian, y a la postre fue parte importante en la reorganización del Klan. El nuevo Klan fue oficialmente inaugurado en una reunión presidida por William J. Simmons, en presencia de algunos ancianos miembros del Klan original, además de miembros de los Caballeros de Mary Phagan.

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El segundo Klan tenía nuevos propósitos antisemitas, anticatólicos y antiinmigrantes. Con esto, consiguió extender fácilmente su alcance, al reclutar miembros por todo el Medio Oeste, cuando anteriormente los estados del Sur eran los que más contribuían a engrosar sus filas. Los reclutadores hacían énfasis en señalar a los banqueros judíos, los negros, los católicos o algún otro grupo social o étnico como los causantes de los problemas del ciudadano común. La diferencia entre el primer KKK y el segundo, radica en que, mientras el primero podía caracterizarse como sureño y exclusivamente del partido Demócrata, el segundo Klan -pese a seguir siendo predominantemente Demócrata- consiguió penetrar fuertemente en el Partido Republicano, extendiédose su influencia por todos los Estados Unidos.

En las décadas de 1920 y 1930, una facción del Klan llamada la Legión Negra tenía una gran actividad en el medio oeste de los Estados Unidos. La Legión Negra usaba uniformes negros, en vez de las túnicas blancas características. Fue la facción más violenta del Klan, y adquirió notoriedad por asesinar a socialistas y a comunistas.

Adicionalmente, algunos grupos del KKK tomaron parte en linchamientos, llegando a asesinar a soldados negros que volvían de la Segunda Guerra Mundial, aún con sus uniformes militares. El Klan advirtió a los negros que debían respetar los derechos de la raza blanca «en cuyo país se les permite vivir».

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El colapso del segundo Klan se debió parcialmente a la reacción en su contra, y en parte gracias al escándalo alrededor de David Stephenson (entonces miembro del Partido Republicano, después de haberlo sido del Partido Socialista y del Partido Demócrata), miembro del Ku Klux Klan que fue condenado por la violación y el asesinato de Madge Oberholtzer, tras un juicio que fue sensación nacional.

Según el historiador Leonard Moore, tanto los escándalos como las reacciones contra el Klan progresaron por fallos críticos de liderazgo en el Klan, lo que colapsó la organización:

Stephenson y los otros vendedores y aspirantes políticos que maniobraban por el control del imperio invisible de Indiana, carecían de la habilidad y el deseo de utilizar al sistema político para llevar a cabo los propósitos manifiestos del Klan. Ellos tenían poco interés, o tal vez no conocían las preocupaciones más fundamentales del movimiento. Para ellos, el Klan no era sino un medio para que ganaran riqueza y poder a nivel personal. Ellos habían llegado a la cima del poder en la encapuchada organización ya que el Klan no había necesitado un liderazgo fuerte y dedicado, hasta que se convirtió en fuerza política. Los políticos más experimentados que respaldaban al Klan, no ayudaron mucho. Las divisiones internas eran una barrera para algunos, y en otros casos su apoyo era pragmático y no por convicción. Cuando las acusaciones de crímenes y corrupción mancharon al Klan, aquellos que se preocupaban por su futuro político tenían menos motivos para actuar en nombre del Klan.

Como resultado de los escándalos, el Klan cayó en desgracia, y en la década de 1930 se retiró de la actividad política. El líder nacional Hiram Evans, vendió la organización en 1939 al veterinario de Indiana James Colescott y a un médico de Atlanta, Samuel Green, quienes fueron incapaces de frenar el éxodo de los miembros del Klan. La imagen de la organización recibió otro golpe cuando se descubrieron las simpatías que Colescott tenía por organizaciones pronazis; la involucración del Klan en los disturbios raciales de Detroit en 1943; y esfuerzos por sabotear la intervención estadounidense en la guerra mundial. En 1944, el Klan recibió una citación para pagar 685,000 dólares en concepto de impuestos atrasados. El KKK pasó de tener 4 millones de miembros en 1915, a 30,000 en 1930.

 

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El Ku Klux Klan aún existe, en forma de aislados grupos de simpatizantes, que probablemente no pasan de unos cuantos miles. En 2002, en un reporte sobre el Extremismo en Estados Unidos, la Liga Antidifamación escribió: «… hoy no hay tal Ku Klux Klan. La fragmentación, la descentralización y el declive han seguido ininterrumpidamente». Sin embargo, también puntualizan que «la necesidad de justificarse aún persiste en los descontentos, y es improbable que desaparezca, independientemente de cuán bajo llegue la suerte del Klan».

Algunas de las mayores organizaciones del KKK son:

Iglesia de los caballeros estadounidenses del Ku Klux Klan (Church of the American Knights of the KKK, o «KKKK»)

Clanes imperiales de Estados Unidos (Imperial Klans of America)

Caballeros de la camelia blanca (Knights of the White Kamelia)

Caballeros del Ku Klux Klan (The Knights of the Ku Klux Klan). Están encabezados por el Pastor Director Nacional, y tienen su sede en Zinc, Arkansas. Dicen que son la mayor organización del KKK actualmente, y se autodenominan «el Klan de la sexta era».

Hay otras organizaciones de menor tamaño que continúan usando el nombre del Ku Klux Klan, en todo el país.

En 2005, se calculaba que había unos tres mil miembros del Klan, divididos en 158 capítulos, surgidos de varias organizaciones independientes. Casi dos tercios de ellas se encuentran en los estados que alguna vez fueron Confederados. El otro tercio se encuentra mayoritariamente en el Medio Oeste de los Estados Unidos.

La ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) ha otorgado apoyo legal a varias facciones del KKK, en defensa de sus derechos de manifestaciones, desfiles y marchas, otorgados por la Primera Enmienda de la Constitución; así como de su derecho a proponer candidatos a puestos públicos. En julio de 2005, la casa de un hombre hispano fue quemada tras acusaciones de violencia sexual contra una niña blanca de nueve años. Después del incidente, miembros del Klan aparecieron con sus túnicas blancas, repartiendo panfletos. El Klan organizó una marcha antiinmigrantes en Russellville, Alabama, en mayo de 2006.

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Aunque en las redes sociales se distribuyó una foto en donde salen los padres del presidente Donald Trump vistiendo túnicas del KKK, la fotografía ha demostrado ser falsa. No así la política del presidente Trump, que parece reforzar a grupos extremistas de derecha con raíces en el KKK.

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Sin embargo la retórica nacionalista y una política que críticos califican como racista, ha empoderado a grupos extremistas en Estados Unidos, incluyendo reductos del viejo KKK.

En agosto de 2017 el diario El Pais, publicó una nota sobre David Duke, una de las figuras más importantes del KKK moderno.

En 1972, un veinteañero simpatizante nazi llamado David Duke estuvo relacionado con unas protestas en Nueva Orleans en defensa de una estatua de Robert E. Lee, general de la Confederación durante la Guerra Civil. Hubo choques con manifestantes negros que consideraban la estatua un símbolo del esclavismo que defendían los Estados secesionistas del sur de Estados Unidos. 45 años después, el monumento fue finalmente retirado y Duke volvió a estar involucrado en la defensa de Lee.

El exlíder de una filial del Ku Klux Klan (KKK) fue uno de los decenas de supremacistas blancos que inundaron Charlottesville (Virginia) en agosto pasado. Acudieron a protestar contra la decisión del Ayuntamiento, paralizada por la justicia, de desmantelar una estatua del general confederado. Como en los tiempos funestos del KKK, algunos llevaban antorchas de fuego al grito de “no nos vais a reemplazar” y capuchas blancas. Otros lucían esvásticas e iban fuertemente armados. La presencia de la extrema derecha desató el caos en la tranquila Charlottesville. Hubo enfrentamientos con grupos antifascistas y un neonazi arrolló con su coche a contramanifestantes, matando a una mujer, Heather Heye, de 32 años.

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Duke, de 67, fue recibido como un héroe en la plaza en la que se levanta la oxidada estatua ecuestre de Lee. Sonreía y gritaba entusiasmado mientras prometía cumplir el lema de Donald Trump de “recuperar de vuelta” el país. La acogida es sintomática. Tras años soterrada, la derecha racista vuelve a asomar en EE UU. Figuras como Duke, profundamente denostado en su feudo en Luisiana, han salido de la oscuridad.

Para él son buenos tiempos. “La presidencia de Trump ha empoderado a muchos europeos americanos porque él dijo que estaba en contra del orden internacional, la guerra sionista”, afirma Duke en una entrevista telefónica en alusión a la raza blanca. “Hace cosas buenas y otras con las que no estamos de acuerdo, pero sí [nos identificamos con] Trump, no específicamente por el hombre sino por el significado, los principios”.

Duke ha sido casi todo en su vida. Simpatizante nazi desde los 14 años, fundador de una rama del Klan como veinteañero en 1974, congresista en Luisiana entre 1989 y 1992, encarcelado 15 meses en 2002 por fraude fiscal, aspirante fallido a gobernador, senador y presidente de Estados Unidos; y ahora agitador de la extrema derecha en Internet.

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La Liga Antidifamación lo ha definido como “quizás el más conocido racista y antisemita americano”. “Es la figura más reconocible de la derecha radical americana, un neonazi, duradero líder del Klan y ahora portavoz internacional de los negacionistas del Holocausto”, añade el Southern Poverty Law Center, especializado en el estudio del extremismo.

Duke niega ser un supremacista, racista o antisemita y dice condenar la violencia y lamentar su papel en el KKK, del que se alejó solo oficiosamente una década después. Pero se define como el mayor defensor de la raza blanca, insulta continuamente a los judíos y a Israel, y ha escrito que los negros son menos inteligentes y más violentos que los blancos.

Como otros supremacistas, se ampara en la libertad de expresión que rige la vida estadounidense y arremete contra las ataduras de la corrección política. Justifica su presencia en Charlottesville en el “derecho” de los blancos a “estar orgullosos de su legado”. “Si realmente crees en los derechos humanos, no puedes tener derechos humanos sin una verdadera libertad de expresión”, esgrime.

Duke lamenta que defender los “intereses de la raza blanca se considere racista” y manda un aviso a Trump: “Fue el apabullante voto blanco el que lo colocó [en la Casa Blanca] y debería recordarlo”. Pero después de que el republicano culpara a “ambos bandos” de la violencia en Charlottesville, el exlíder del KKK le elogió públicamente: “Gracias presidente Trump por tu honestidad y coraje en decir la verdad”.

Hay algunos paralelismos en las carreras políticas de Duke y Trump. Ambos derrotaron al establishment republicano y sorprendieron cuando ganaron las elecciones, a la Cámara de Representantes de Luisiana en 1989 y a la Casa Blanca en 2016, respectivamente. Duke es mucho más explícito en la defensa de la raza blanca, pero con su promesa de frenar la inmigración musulmana e hispana, el ahora presidente apelaba al votante temeroso con el declive blanco de EE UU. “El Gobierno está tratando de destruir la identidad de varias razas”, dijo Duke hace 28 años. Hoy repite algo muy parecido.

La Guerra Civil nortamericana transcurrió entre los años 1861 y 1865. Los Estados del Norte (la Unión) se enfrentaron a los del Sur (los Estados Confederados) por tener diferentes políticas en lo referido a la esclavitud y al desarrollo económico de su nación. Los del Norte abogaban por abolir la esclavitud de los afroamericanos y favorecer la industria, mientras que los del Sur querían mantener a los esclavos para los trabajos en el campo.

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