PARA QUÉ SIRVEN LAS FUERZAS ARMADAS DE HONDURAS

EGO19 diciembre, 2017

Por Óscar Esquivel

Las Fuerzas Armadas son integrada por la Comandancia General que actualmente es ocupada por el Presidente de la República, Juan Orlando Hernández, y que aspiró al segundo mandato, aún cuando la constitución que juró defender prohíbe la reelección. El segundo al mando de las Fuerzas Armadas es Samuel Reyes, quien está cargo de la Secretaría de Defensa. Samuel Reyes participó en las elecciones de Noviembre de 2013, siendo electo como diputado propietario; cargo que dejó para ocupar la Secretaría de Defensa, quedando en su puesto el diputado suplente Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano de Juan Orlando Hernández. Siguiendo con la jerarquía del cuerpo armado, el tercer lugar lo ocupa el Estado Mayor Conjunto, desprendiéndose de ahí el Ejército, la Fuerza Naval y la Fuerza Aérea, sin perder de vista que al Comandante General lo elige -en teoría- el pueblo, que es el soberano y que es al único que deben obediencia absoluta las Fuerzas Armadas. Insistimos en que al menos la teoría o la ley así lo manda.
La Constitución de la República, vigente desde 1982, en el capitulo X, correspondiente a la Defensa Nacional y de la Seguridad Pública reza losiguiente: “Artículo 272.- Las Fuerzas Armadas de Honduras, son una Institución Nacional de carácter permanente, esencialmente profesional, apolítica, obediente y no deliberante. Se constituyen para defender la integridad territorial y la soberanía de la República, mantener la paz, el orden público y el imperio de la Constitución, los principios de libre sufragio y la alternabilidad en
el ejercicio de la Presidencia de la República”. En la práctica, el artículo 272 no se cumple, ya que los 2 primeros rangos en la jerarquía de las Fuerzas Armadas son ocupados por políticos (Comandancia General y Secretaría de Defensa). Siguiendo con el artículo de la Constitución, establece que sirven para garantizar la alternabilidad en el poder; sin embargo, Juan Orlando Hernández quebrantó la constitución al reelegirse, y las Fuerzas Armadas no actuaron conforme a su mandato por ley.

En el 2009, con la simple sospecha que José Manuel Zelaya Rosales se quería quedar en el poder, le dieron un golpe de Estado, asesinando y violentando demás derechos de los hondureños. En esta ocasión con Juan Orlando Hernández, que sí violento su juramento ante la carta magna, no actuaron. El pueblo hondureño, valiéndose del artículo 3 que le da el derecho a la insurrección: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. …” sale a defender la alternabilidad y el triunfo de Salvador Nasralla, siendo reprimidos por los militares disparando a bala viva, asesinando e hiriendo a muchos hondureños.

Es a la Carta Magna que el pueblo hondureño se apega y evidentemente las Fuerzas Armadas traicionaron en el 2009 y traicionan nuevamente en 2017. Evidentemente, queda también demostrado que no defienden los intereses de las mayorías del pueblo hondureño, sino que a intereses de una élite corrupta, hondureña y extranjera. La escala básica de los militares, que padece las mismas miserias de las mayorías, son enviadas por sus superiores a violentar a esas mayorías. No es desconocido que las cúpulas militares (creemos que hay excepciones) son sobornadas de diferentes maneras, traicionando al pueblo al que juraron defender. Hasta el momento van más de 20 hondureños asesinados por miembros de las Fuerzas Armadas.
Siguiendo con el artículo de la Constitución en mención, el mandato es a defender la integridad territorial y la soberanía de la República, pero el usurpador Juan Orlando Hernández
viola la integridad territorial con las “ciudades modelo”; y en lo que respecta a la soberanía, el tráfico de cualquier tipo en nuestras fronteras terrestres, marítimas y aéreas es el pan de cada día, sin olvidar las bases militares norteamericanas afincadas en suelo hondureño.

Hemos investigado el presupuesto asignado a las Fuerzas Armadas de Honduras y no hay información disponible (secreto de estado). Sin embargo, con la certeza de las bombas lacrimógenas y balas lanzadas a un pueblo indefenso, sabemos que es un presupuesto estratosférico. Con el equipo bélico adquirido en los últimos años, sabemos que este presupuesto es muy superior al asignado a la educación y salud de nuestro noble pueblo.

Insistimos que actualmente las Fuerzas Armadas de Honduras son el brazo armado de una élite corrupta, nacional y transnacional, que somete a las mayorías del pueblo hondureño. Entendemos que impidan que llegue un gobierno del pueblo y para el pueblo, por que ese gobierno estará en la obligación de revisar la función del cuerpo castrense y a la vez someter al tribunal popular a los que hoy masacran sin piedad a un pueblo indefenso. Hoy, un pueblo indefenso se enfrenta en las calles con las Fuerzas Armadas que un día juraron defender los sagrados intereses de las mayorías. Evidentemente no existe correlación de fuerzas, pero este pueblo hondureño digno, más temprano que tarde, vencerá.

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