Por Óscar Esquivel
Honduras ha sido dominada históricamente por un pequeño grupo de personas denominados grupos de poder y también llamados grandes empresarios. Los empresarios son conocidos como el grupo de personas que administran o emprenden una idea con el objetivo de generar riqueza. A la luz de ese concepto a priori de lo que es un empresario, ¿qué producen nuestros grandes empresarios? ¿Cuál es nuestra gran industria?
Es muy recurrente escuchar que en Honduras no existen grandes empresarios y que en su lugar lo que hay son comerciantes: personas que trafican o sirven de intermediarios entre los que producen y los que compran. Otros, más agresivos, señalan que en nuestro país no existe la gran empresa, si no que existe una clase parasitaria que vive a costillas del gobierno.
La balanza comercial hondureña ha sido siempre deficitaria: compramos más al exterior de lo que vendemos. Sin embargo, en los últimos años ha ido en aumento el déficit. Para el caso, en febrero del presente año teníamos un saldo negativo de 732.9 millones de dólares, superior al primer bimestre del año anterior, que fue de 633.8. Se estima que para finales de 2018 el déficit será de 5089.7 millones de dólares. Aunque el déficit del año 2017 (5120 millones de dólares) fue superior al del 2016 en un 1.9 %, es de esperarse que el déficit del presente año será superior con respecto al año anterior.
¿Qué exportamos e importamos? Vendemos café, bananos, palma africana, camarones, minerales, melones y mano de obra barata, en su mayoría utilizada en la manufactura. Compramos combustibles, camiones de reparto y vehículos, medicamentos y demás bienes de consumo.
En definitiva, es evidente que la matriz de producción en nuestro país está mal estructurada, y los autodenominados “grandes empresarios” junto a los gobiernos nacionales son los principales responsables. Si tenemos capital –los bancos cuentan con suficiente liquidez–, si tenemos recurso humano –miles y miles de hondureños huyen del país por la falta de empleo–, y si tenemos un vasto y fértil territorio nacional, es contradictorio que no tengamos una matriz eficiente de producción.
La empresa privada hondureña sigue exportando al mundo postre como lo ha venido haciendo desde hace muchos años. Mientras tanto compramos de otros países vehículos, computadoras, celulares, entre otros productos, que son símbolos de una industria pujante. ¿Hay petróleo en Honduras? Nuestra mano de obra sigue mal utilizada y mal pagada. El dinero lo tienen en los
bancos produciendo riqueza ficticia y nuestro territorio sigue siendo explotado por capitales extranjeros.
La tal empresa privada que se jacta de generar empleo y riqueza en el país le está quedando a deber a nuestro país y ha mostrado su incapacidad para producir. Términos como empresarios, oligarquía o grupos de poder, a la luz de lo expuesto anteriormente, le quedan grandes a la mal llamada empresa privada hondureña, salvo mejor criterio. Exceptuamos de estos señalamientos a los verdaderos emprendedores, que no tienen el capital, ni apoyo para emprender sus proyectos. Exceptuamos a la micro, pequeña y mediana empresa, que se debaten día a día en sobrevivir en estas honduras.
