Necesitamos más feminazis

EGO19 septiembre, 2017

Mara Fernanda Castilla Miranda abordó un vehículo Cabify en la ciudad de puebla, la madrugada del 8 de septiembre. Nunca llegó a su destino. Una semana después  su cuerpo fue hallado en un paraje con señales de violencia sexual. De acuerdo con la Fiscalía de Puebla, la joven de 19 años fue llevada a un hotel, abusada sexualmene y estrangulada por el conductor del vehículo. El caso ha resultado en protestas multitudinarias en la Ciudad de MéxicoJalisco y Puebla.

Tony Gali, gobernador de Puebla, dio a conocer la muerte de la joven Mara Fernanda Castilla, desparecida desde el pasado 7 de septiembre tras abordar una unidad Cabify. Se sabe ahora que el taxista fue quien la mató, luego de secuestrarla y violarla. El gobernador anunció además que la compañía de taxi no funcionaría más en el Estado.

Tras el asesinato de Mara Castilla, la empresa Cabify prometió mayores medidas de seguridad para que sólo los “mejores conductores” puedan dar servicio. Entre estas determinaciones se encuentra la inclusión de un botón de pánico en la app que esté vinculado a los sistemas de emergencia del sitio donde se preste el servicio. El usuario también podrá aportar datos de sus contactos de emergencia. La compañía indicó que compartirá la lista de los conductores dados de baja por comportamientos contrarios a la ley a las autoridades correspondientes.

Pero el problema no es el la compañía Cabifi, el problema ni siquiera el maldito taxista que violó y mató a Mara. Siete mexicanas son asesinadas cada día en México, solo un 25% de los casos son investigados como feminicidios, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

Entre el año 2000 y el 2014 en México fueron asesinadas 26.267 mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Es decir, un promedio de cinco mujeres al día. En quince años la cantidad de homicidios anuales de mujeres se duplicó al pasar de 1.284 casos a 2.349.

Y la prensa siempre reacciona igual. La víctima es la culpable. En mayo de 2017, bajo el hashtag #SiMeMatan, millones de mujeres aclamaron las razones por las que las matarían, en un país donde el «libertinaje» de las mujeres es razón para hacerlo. Irónicamente, Mara fue una de esas millones de mujeres que aclamaron justicia cuando Lesvy Osorio, asesinada en 2013 en las inmediaciones de la Universidad Autónoma de México, para después ser juzgada por una sociedad enferma que sólo se preocupó por decir que lo que le pasó fue «porque ella ya no estudiaba, porque tomaba, porque se fue sola».

Mara escribió en su cuenta de Twitter: «#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza». Y nuevamente la sociedad mexicana culpa a la víctima. Mara murió por haber tomado un taxi sola en la madrugada. Mara murió por beber cerveza. Por salir. Mara murió por ser mujer.

La situación en Honduras no es mejor. La violencia contra las mujeres no entiende de fronteras. Desde el 2005 hasta el 2013, la muerte violenta de mujeres ha aumentado en un 263.4%”, según el informe de las organizaciones feministas presentado ante la relatora especial de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer y sus causas. 636 asesinatos de mujeres se reportaron en el año 2013 y las cifras siguen su aumento. Una mujer es asesinada en Honduras cada 13.8 horas. Las muertes violentas de mujeres hondureñas pasó de 2.7 en el año 2005 a 14.6 en el 2013; incluso mayor que tasas totales de homicidios de países que actualmente están oficialmente en guerra o conflicto armado.

La violencia en Honduras (como en México) es alarmante. Miles de hombres también caen víctimas de esa violencia. Pero hay que remarcar la diferencia. A las mujeres como a Mara las matan sus parejas, sus ex parejas, sus padres o hermanos, sus vecinos, sus amigos, o las mata un desconocido que se sintió con el derecho de violarla y matarla (para que no cuente).

A las mujeres como Mara las matan por ser mujeres.

Y otra vez, solo las radicales levantan la voz. Esas feministas que viven restregándonos en la cara el sistema patriarcal y machista que las violenta por se mujeres. Esas que los machistas llaman peyorativamente «feminazis», porque es fácil ignorar la violencia a las mujeres, es más fácil naturalizarla que reconocerla. Esas Feminazis que aún no son suficientes.

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