La alcaldía de San Pedro Sula, que preside el alcalde Armando Calidonio, ejecutó en el año 2019 un programa de reforestación donde la comuna cuenta con unos 50 Amigos Municipales Forestales, quienes realizan una labor de control de plagas, prevención de incendios y cuidado de las áreas reforestadas los 365 días del año.
Para continuar creando una conciencia ambiental entre los vecinos, conservar vivas las fuentes de agua y al mismo tiempo contribuir a mantener una San Pedro Sula más verde, la administración de Calidonio, a través de la Gerencia Municipal de Ambiente, desarrolló durante 2019 un programa permanente de reforestación que permitió la siembra de miles de árboles maderables, frutales y ornamentales.
Alejandro San Martín, subdirector del Departamento de Protección y Control Forestal, valoró que el año recién finalizado fueron 600 voluntarios de empresas privadas, instituciones gubernamentales, asociaciones, organizaciones, centros educativos, iglesias y fundaciones los que participaron en las jornadas.
«Es admirable la confianza que estos voluntarios y las empresas, instituciones, organizaciones, asociaciones o fundaciones que representan, confían en la labor que la Municipalidad está realizando, porque no solamente donan su tiempo y esfuerzo, sino que también aportan con fertilizantes y herramientas básicas para cumplir con esta ardua labor de cuidar y reforestar el bosque», subrayó San Martín.
El funcionario resaltó que durante el año 2019 también se entregaron miles de plantas a grupos poblacionales, estudiantes y miembros de patronatos, para la reforestación de áreas verdes, bulevares, fincas de café, cultivos forestales y protección de fuentes de agua.
«Las jornadas de reforestación se realizaron en las comunidades Ladrillo, Aguacatales y El Cusuco, así como en el Cerro Rusia y Cerro El Tigre de Cofradía. También en el Jardín Botánico Hermanos Pérez Estrada de El Ocotillo, el bordo de quebrada Miramelinda, bordo río Zapotal y la 33 calle, desde El Polvorín hasta la Toyota», dijo.
El subdirector enfatizó que las jornadas de reforestación son importantes por dos razones: para motivar a los jóvenes a conocer la cordillera y para que aprendan más sobre los árboles, los múltiples beneficios que nos ofrecen y el trabajo que implica la siembra y el cuidado de un árbol.
«No se trata solo de cavar un agujero en la tierra, colocar el árbol y cubrirlo nuevamente con tierra. Cada árbol necesita un mínimo de 18 meses de cuidados, hasta que haya alcanzado el tamaño y la resistencia necesaria para seguir su crecimiento normal», explicó.
En ciertas zonas reforestadas se han plantado árboles frutales, con el propósito de que los vecinos aprovechen las cosechas, no dañen la planta y se genere una mejor conectividad y diversidad del bosque.
