LA CICIG EXTIENDE SU RESPALDO A LA GESTIÓN DE LA MACCIH

El pasado miércoles 7 de junio, el comisionado Iván Velásquez, quien dirige la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Guatemala, o por sus siglas CICIG, llegó a Honduras para, a través de varios eventos desarrollados por la sociedad civil, compartir su experiencia en los últimos 11 años, en el esfuerzo por desentrañar casos emblemáticos de corrupción en el vecino país centroamericano y la lucha por fortalecer la institucionalidad para que pueda establecer parámetros que permitan no volver a repetir las condiciones para que tanto la impunidad como la corrupción tengan asidero y espacio para crecer.

Sin embargo, más que solamente brindar un recuento de los casos que ha abordado la comisión de las Naciones Unidas en Guatemala, el principal objetivo de la visita de Velásquez era, primero que nada, establecer los paralelos que existen entre la MACCIH y la CICIG -para lo cual, tanto Velásquez como Juan Jiménez Mayor, vocero de la MACCIH, mencionaron en sus ponencias que no era mucho lo que separaba a los dos organismos- para fundir ambos conceptos en la opinión pública; y segundo, proveer una vitrina para que Iván Velásquez respaldar, en nombre de la CICIG, la gestión que actualmente está realizando la MACCIH en el país, y empujar los actores principales de nuestro país hacia los objetivos más próximos que se perfilan para la misión actualmente, que hoy por hoy son las líneas de investigación que se encuentran en el Ministerio Público y el proyecto de aprobación de la Ley de Colaboración Eficaz.

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Existen diversos motivos por los que la misión se vio llevada a realizar este evento. El primero de ellos es que la opinión pública aún no favorece las acciones de la MACCIH. Desde el principio, la misión fue recibida bajo el más frío escrutinio de la prensa y de la población, dado que lo que la ciudadanía exigió en un principio era una comisión respaldada por las Naciones Unidas. Que la misión se organizara bajo un convenio del gobierno de Honduras con la Organización de Estados Americanos fue visto con gran suspicacia por varios sectores, especialmente por varias organizaciones del movimiento de Los Indignados, quienes en un principio adversaron la propuesta pero gradualmente fueron integrándose a la misma, participando en algunos procesos que ha llevado a cabo la misión como veedores que no producen informes de su observación. A pesar de esto, el apoyo de la población hondureña no ha sido patente, y mucho menos el apoyo del sector gobierno, que pese a aceptar la presencia de la MACCIH en diferentes procesos debido al convenio que se suscribió, en varias ocasiones varios funcionarios, como el excanciller de la república, Arturo Corrales, o el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, e incluso el mismo presidente de la república, Juan Orlando Hernández, le han recordado en declaraciones públicas a la misión que su labor es únicamente de acompañamiento.

El segundo motivo es el constante ataque de varios sectores político-partidarios en el marco del año electoral. El más evidente proviene del candidato y anterior líder del Partido Anticorrupción, Salvador Nasralla, quien desde el auge de las Marchas de las Antorchas impregnó a la opinión pública con la exigencia de la instalación de una comisión internacional análoga a la CICIG en Honduras, que caló fuertemente en el imaginario nacional especialmente tras el caso emblemático La Línea, donde la CICIG y la Fiscalía de Guatemala fueron cruciales para enjuiciar y posteriormente privar de libertad al expresidente Otto Pérez Molina y a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti. Una vez instalada la MACCIH, Nasralla ha sido uno de los mas acérrimos antagonistas a la labor de la misión, declarando en numerosas ocasiones que de ganar la presidencia expulsaría a la MACCIH para buscar la instalación de una CICIH. A su discurso se ha sumado, aunque sin tomar el rol principal en el mismo, el expresidente Manuel Zelaya, y con ellos varias de las figuras principales del Partido Libertad y Refundación y la facción de Salvador Nasralla que emergió del PAC. La resistencia de estos sectores, especialmente de las figuras del Partido Anticorrupción, serían sorprendentes al desconocer el contexto, pero tras las intensas negociaciones interpartidarias que se venían dando desde el 2016 en el Pacto de Toncontín, el discurso de Nasralla se ha venido modificando sustancialmente, particularmente en lo que concierne a su posición sobre el gobierno y gabinete que acompañó al expresidente Manuel Zelaya en su gestión.

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Durante la conferencia de prensa que brindaron Iván Velásquez, Juan Jiménez Mayor y Carlos Hernández después de la conferencia magistral, el vocero de la MACCIH, Juan Jiménez Mayor, manifestó que la misión tenía en la mira varios casos de corrupción que databan desde el año 2008, en la gestión de Manuel Zelaya, y aludió directamente a uno de los más escandalosos casos de corrupción que aún no se han resuelto: el carretillazo, en el cual se extrajo una cantidad estimada de 40 millones de lempiras de las bóvedas del Banco Central de Honduras y por el cual se responsabiliza al entonces Ministro de la Presidencia, Enrique Flores Lanza, quien actualmente se encuentra asilado en Nicaragua. Inmediatamente, los sectores y figuras afines al gobierno del Poder Ciudadano respondieron acusando a la MACCIH de persecución política, cuando en el pasado la acusaron de ser inefectiva «por no tener dientes».

La MACCIH, pues, presentó en este evento, frente a la opinión pública y los sectores que la adversan, quiénes son hasta el momento sus más fuertes aliados: el Fiscal General, Óscar Chinchilla, que hasta el momento parece haber colaborado de la manera más abierta y franca posible con los fiscales internacionales de la misión y con el resto de su equipo; la sociedad civil, en la figura de la organización Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ) y Transparencia Internacional; y ahora, el comisionado Iván Velásquez junto a la CICIG, lo que viene a ser una muestra de que la misión cuenta con aliados internacionales cercanos e inyecta credibilidad en su todavía corta gestión. Es una muestra de las fortalezas y recursos con los que cuenta la misión para hacer frente a los ataques que ha venido enfrentando de parte de diversos poderes desde su instalación.

 

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