«LOS SEÑORES DEL NARCO» UN LIBRO NECESARIO 

ALG22 enero, 2017

Los señores del narco es el título que lleva el libro de investigación periodística escrito por Anabel Hernández y publicada por Grijalbo en 2010. Un libro difícil de encontrar en los anaqueles de las librerías en Honduras pero que se puede adquirir en PDF a través de una pequeña búsqueda en linea. Es, sin lugar a duda, un libro importante que nos ayuda a comprender cómo se desarrolló el fenómeno del narcotráfico en la región al punto de llegar a ser el flagelo que es hoy en día causa de la muerte de miles de personas en cada uno de nuestros países.

Es un libro sobre México, sin duda, Anabel Hernandez explora el fenómeno del narcotráfico y su vínculos con el gobierno mexicano. Pero toca también (aunque sea de manera superficial), las relaciones del narcotráfico con autoridades de Centro América.

Anabel Hernandez, haciendo uso de expedientes judiciales y testimonios de policías, militares, agentes de la DEA, sicarios, curas y narcos describe cómo el Estado mexicano (y centroamericano) ha protegido y negociado con el narcotráfico en las últimas cuatro décadas.

Según ella cuenta en la introducción, en 2005 Hernandez conoció la historia de Luis Francisco Fernández Ruiz, ex subdirector del Penal de Puente Grande, Jalisco, de donde escapó el Chapo Guzman en 2001. La idea inicial fue contar la historia de Fernandez, que junto a 67 oficiales penitenciarios, fue procesado por haber dejado escapar, el 19 de enero de 2001, al aún desconocido Chapo Guzman.

Joaquín El Chapo Guzman, en su primera captura en 2001 de donde se escapó gracias a la ayuda de autoridades penitenciarias.
Joaquín El Chapo Guzman, en su primera captura en 2001 en la prisión Puente Grande, de donde se escapó gracias a la ayuda de autoridades penitenciarias.

Pero la investigación del caso de Fernandez Ruiz la llevó a conocer a un agente de la DEA quien la convenció que el tema a tratar, no era el ex director del penal de Puente Grande, sino el mismo Guzmán Loera y su colección con la corrupción en Estado mexicano.

«El agente me confió que informantes de la DEA infiltrados en la organización del Ignacio Coronel Villareal le aseguraron eu Guzmán Loera salió del penal de Puente Grande luego de pagar una suma millonaria de dólares como soborno a la familia del presidente panista Vicente Fox. Y que el acuerdo incluía protección sistémica del gobierno federal a él y su grupo: la todo poderosa organización del pacífico». (Hernández, pág. 14)

Hernandez comienza entonces a estudiar el origen del narcotráfico en México y llega, inevitablemente, al escándalo Irán-Contras. Los documentos desclasificados de la CIA y la DEA sobre el caso Irán-contra, le dio la información necesaria a Anabel Hernandez para que ella concluyera en su libro que los narcos se expandieran a niveles insospechados, gracias a esa coyuntura histórica.

Oliver North en audiencia por el caso Irán Contras, que descubrió la conexión entre la CIA y el narcotráfico.
Oliver North en audiencia por el caso Irán Contras, que descubrió la conexión entre la CIA y el narcotráfico.

«Ante la insistencia de la administración de Reagan en seguir financiando a la contra, en 1985 el Congreso estadounidense creó restricciones más enérgicas para impedir que la CIA, la Defensa o cualquier otra agencia de Estados Unidos brindara apoyo directo o indirecto, por medio de operaciones militares o paramilitares, a cualquier grupo o nación. La prohibición obligó a la CIA a retirar parte de su personal de Centro América: “La salida creó un vació que (Oliver) North debía llenar”».  (Hernández, pág. 91)

Anabel Hernandez relata además en su libro como algunos dueños de los hangares (de los cuales da nombres y apellidos) servían para guardar las aeronaves de El Chapo, Amado Carrillo Fuentes y El Güero Palma, tres de los más importantes narcotraficanes te principios del siglo XXI en México. Dichos empresarios colaboradores de los carteles han pasado impunes en la guerra contra la droga y ahora son propietarios de cadenas hoteleras, hospitales y periódicos.

Asimismo, Hernández explica como la guerra contra el narco emprendida por Felipe Calderón fue una farsa, en donde la estrategia consistió en proteger al cártel de Sinaloa.

«La actual guerra contra el narcotráfico emprendida por la administración del presidente Felipe Calderón es tan falsa como la del gobierno de Vicente Fox. En ambos casos la “estrategia” se ha limitado a brindar protección al cartel de Sinaloa. El garante de la continuidad de esa protección ha sido el tenebroso jefe policiaco Genaro García Luna, actual secretario de Seguridad Pública federal, y su corrupto equipo de colaboradores». (Hernández, pág. 16)

El agente de la DEA en México Enquique Camarena fue asesinado en 1986 por el cartel de Guadalajara. Investigaciones recientes han descubierto el interés de la CIA en su ejecución.
El agente de la DEA en México Enquique Camarena fue asesinado en 1986 por el cartel de Guadalajara. Investigaciones recientes han descubierto el interés de la CIA en su ejecución.

También detalla los motivos por los que el gobierno de Salinas de Gortari pidió la cabeza de El Chapo, tras el asesinato del cardenal Posadas Ocampo, y del interrogatorio que se le hizo a éste en el avión en que fue trasladado, donde dijo los nombres de quienes, desde el gobierno, le brindaban protección a su grupo. «Esta declaración fue cambiada tras las amenazas de muerte que recibió», dice Hernandez en su libro. Guzmán Loera, aseguró sin embargo en una segunda declaración, que el gobernador panista del estado de Baja California protegía a los Arellano Félix.

«Los pleitos entre los Arellano Félix, Guzman Loera y su amigo Héctor El Güero Palma eran como de chicos de preparatoria con metralletas; ya habían aparecido algunas veces en las páginas rojas pero sin mucha relevancia. Joaquín Guzmán Loera poesía una suma considerable de dinero, como cualquier capo, pero carecía de poder propio, el que tenía era el que le llegaba usando el nombre de Amado Carrillo Fuentes. Tal vez por esa razón el gobierno de Guatemala lo había enviado a México como un preso de quinta. Sin embargo, el valor político coyuntural de El Chapo parecía esencial para el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Aquel hombre tumbado en la cajuela de la vieja pick up era un excelente pretexto para justificar el homicidio del cardenal Juan Jesus Posadas Ocampo». (Hernández, pág. 21)

Al mismo tiempo, especifica cómo se desempeñaban los principales capos de la droga de esa época, Ernesto Fonseca, Amado Carrillo, El Güero Palma, Pedro Avilés, Ángel Félix Gallardo y Caro Quintero.

Nos describe además el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena —por el cual está preso Ramón Matta Ballesteros— que cambió la historia del narco en México, considerándose  uno de los peores errores de los capos y como la CIA fue la principal interesada de ejecutarlo.

Ramón Matta fue extraditado ilegalmente a Estados Unidos en 1988. Guarda prisión por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena. Se dice que él ofreció al presidente Azcona pagar la deuda externa, a cambio de protección del estado.
Ramón Matta fue extraditado ilegalmente a Estados Unidos en 1988. Guarda prisión por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena. Se dice que él ofreció al presidente Azcona pagar la deuda externa de Honduras, a cambio de protección del estado.

«La DEA descubrió que el interrogatorio de Camarena realizado por narcotraficantes y policías, entre otros, había sido grabado. Las autoridades mexicanas primero negaron la existencia de dichas grabaciones, pero al final el procurador general Sergio García Ramírez les entregó copias de algunas de las cintas a los agentes de la DEA (…) En 1988, cuando se llevaba a cabo el juicio contra los primeros nueve acusados en el caso Camarena, una parte de los audios fue presentada ante la corte de Los Ángeles. Esa misma grabación fueron escuchadas en 1990 en el juicio contra Rubén Zuño Arce, Juan Ramón Matta Ballesteros y Juan José Bernabé Ramíres (…) Nueve años más tarde, en 1999, Héctor Berrellez, el responsable de la Operación Leyenda, quien obtuvo algunos de los casetes del interrogatorio en el que murió Camarena, señaló en una entrevista con el diario USA Today: “en las cintas, los vendedores de droga le preguntaban repetidamente a Camarena: ´¿Qué sabes de la CIA? ¿Qué sabes acerca del involucramiento de la CIA con la plantación?´” Berrellez afirmó que uno de sus informantes le dijo que Caro Quintero conseguía armas gracias a su conexión con la CIA…» (Hernandez, pág. 110)

Anabel Hernandez nos relata entonces en su libro Los señores del narco el modo como la CIA participó en el traslado de droga para apoyar a la contra nicaragüense —y el papel que Honduras jugó en esa coyuntura— mientras protegía tanto a cárteles mexicanos como colombianos, facilitándoles pistas y aviones para obtener dinero, en tanto financiaba a la contra en la compra de armas y recursos.

El Chapo Guzman fue extraditado a Estados Unidos el pasado 19 de enero. Actualmente espera juicio en un tribunal de New York. Se ha declarado inocente.
El Chapo Guzman fue extraditado a Estados Unidos el pasado 19 de enero. Actualmente espera juicio en un tribunal de New York. Se ha declarado inocente.

La CIA, según expone Hernandez en su libro, tiene en ese tiempo una red llamada LITEMPO, la cual era conformada por altos funcionarios del estado Mexicano a favor de los intereses norteamericanos. El objetivo era detectar grupos subversivos y comunistas, desarticulándolos apoyándose en narcotraficantes del cártel de Guadalajara.

«El objetivo principal del plan LITEMPO era la cooperación entre esos funcionarios y la CIA para detectar grupos “subversivos” y “comunistas”. Y sin duda para Estados Unidos el gobierno sandinista era un peligro comunista en la región.»

En su libro, Hernandez nos revela como el presidente de México Luis Hecheverria Álvarez (1979-1976) formó parte de la estructura anticomunista conformada por la CIA y era conocido como LITEMPO 8.  Esa estructura terminó trabajando para El Chapo Guzman Loera.

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El libro Los señores del narco de Anabel Hernandez fue escrito entre 2005 y 2010, cuando aún estaba en construcción el imperio de El Chapo Guzman. Estudia la historia del narcotráfico mexicano desde el inicio de los años 70 hasta el escape de la cárcel en 2001 de El Chapo. Deja por fuera quince años de imperio de la droga 2001-2016. Hace poca referencia a Honduras, apenas habla de la importancia que el país tuvo en la operación Irán-Contra y como zona de acción para Ramón Matta Ballesteros. Es, sin embargo, un texto revelador y escalofriante, pues desnuda a la clase política mexicana y sus vínculos con el crimen organizado y estoy seguro que mucho de lo que allí se expone, puede servirnos para comprender este caos de país que ahora tenemos.

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Lea el libro completo Los señores del narco siguiendo dando click aquí.

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