Para Juan Almendárez Bonilla, director del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus familias (CPTRT) y exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), es positivo que el claustro pleno de la UNAH no haya guardado silencio de lo que pasa en la UNAH y en el país.
Exhorta a las autoridades de la universidad a dejar el silencio, el que durante mucho tiempo ha guardado sobre lo que ocurre en el país; violaciones de derechos humanos, corrupción, y actualmente la presencia de marines de Estados Unidos en el país, lo que para él viola la soberanía nacional.
También critica el papel de las Fuerzas Armadas y de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) como violadores de los derechos humanos, y dice que de la Universidad únicamente silencio se proclama. Almendárez es consciente del deterioro del país y de la militarización de todas las instituciones, incluida la UNAH la que estuvo antes de este rectorado (el de Francisco Herrera) -a su criterio- abierta y en contubernio con la represión de los estudiantes. Denuncia que la UNAH dio instrucciones para el encarcelamiento de estudiantes.
Para Almendarez Bonilla es necesario que la UNAH se manifieste en torno a la lucha de la Plataforma en Defensa de la Salud y la Educación. Expresa que la UNAH ha guardado silencio frente a la explotación de la industria minera y sobre la gran cantidad de empresas de energía hidroeléctrica, pero que aún así la ENEE “extorsiona al consumidor por las altas tarifas que cobran”.
Condenó los hechos ocurridos el 24 de junio en la UNAH cuando elementos de la Policía Militar del Orden Público entraron a la UNAH y dispararon dejando a cuatro estudiantes heridos de bala.
“Los militares actuaron como si estuvieran en una cacería humana”.
A criterio de Bonilla esto refleja una conducta asesina, refiriéndose también al joven, Eblin Noel Corea Maradiaga que murió durante protestas en Yarumela, la Paz, el 20 de junio.
La impunidad en el país también es un factor a tomar en cuenta, reflexionó Almendárez, quien no espera que la UNAH tenga un posicionamiento de partido político, pero que diga la verdad, porque sino, afirma Bonilla, guardar silencio convierte a la UNAH en complice de las violaciones de Derechos Humanos.
