Lo que duele la impunidad en el Día de la Mujer Hondureña

EGO28 enero, 2019

Silvia Elizabeth Raudales fue asesinada el 1 de enero del 2019, mientras muchas personas disfrutaban del primer día del año comiendo recalentado, viendo películas clásicas o durmiendo, Silvia era apuñalada en la colonia Linconl de Comayagüela, mientras su hijo de dos años miraba. Murió degollada en una cuneta, sus metas de año nuevo no llegaron el ver el final del primer día de este nuevo año.

Al día siguiente, la Policía Nacional capturó a Miguel Enrique López, gracias -según confirmó la policía- a la denuncia de un testigo que utilizó el servicio 911 de emergencia. López asegura la Policía Nacional es miembro de una pandilla, no especificaron cuál, también se le acusa del asesinato de Denilson Arévalo Flores, otra persona que el Distrito Central no lloró.

Silvia Elizabeth Raudales en este año será la primera víctima de los feminicidios.

Es el día de la mujer hondureña, 25 días después de la muerte de Silvia y es conmemorado con movilizaciones y exigencias al gobierno, a la sociedad y a las mujeres. El movimiento Mujeres por la Paz Visitación Padilla convocó a una movilización para hacerce oír en esta ciudad que las desconoce, la misma que desconoció a Silvia.

Son las 8:33 de la mañana del viernes 25 de enero, el parque César Castellanos en el bulevar Juan Pablo II comienza a llenarse de mujeres, en su mayoría visten camisas moradas, pañuelos morados, sombreros de mimbre de ala ancha. Sentada en una de las bancas, aparte de los grupos que se se organizan una mujer tiene la mirada perdida, mientras carga e intenta dormir a su hijo, un bebe de unos cinco meses, observa el movimiento de las demás mujeres mientras se preparan para salir del parque con rumbo al centro de la ciudad.

Quieren gritar y manifestarse contra el feminicidio, la violencia de genero, la invisibilidad de su lucha. Son mujeres de varios colectivos, pero la mayoría son del Movimiento Mujeres por la Paz Visitación Padilla.

Unas mujeres ríen, otras como Merlín Eguiguren, dirigente del movimiento Visitación Padilla, responde las preguntas de los periodistas de televisión. Otras organizan todo o esperan y mientras lo hacen se toman fotos, algunas ensayan las consignas que gritarán.

Merlín Eguiguren, del movimiento Visitación Padilla.
Foto: Fernando Destéphen.

Dos policías están apostados frente al hotel Aurora -en un tiempo reciente cuartel general de la Alianza de Oposición de Manuel Zelaya Rosales y Salvador Nasralla- casi a unos diez metros del punto de reunión, se asume que serán los encargados de cerrar las calles y dar seguridad durante la movilización, convocada por el movimiento Visitación Padilla, pero a medida avanzó el paso de las mujeres, ellos se perdieron.

Las calles de esta nueva ciudad de la furia, Tegucigalpa están igual, carros con conductores desesperados, asfalto caliente, indiferencia.

Un grupo de mujeres lleva en sus manos cruces con nombres, son los nombres de las mujeres que han muerto, es un acto simbólico, no se puede representar la realidad de los feminicidios en Honduras en una cruz, no cabrían los nombres. Suenan las vuvuzelas y las matracas.

Las mujeres siguen llegando, jóvenes, adultas, de la tercera edad, se quieren hacer sentir en las calles de una Tegucigalpa que muchas veces las ignora y no las llora cuando las matan.

“Para el sombrero si hay que apuntarse, porque se devuelve” le dice una mujer a otra, algunas son acompañadas por sus hijos, otras están solas.

“Vamos a la calle” dice Merlín Eguiguren y se levantan, comienzan a salir del parque, a formarse para caminar.

El 25 de enero se celebra el Día de la Mujer hondureña, esto en conmemoración de la lucha histórica que significa que le fueron reconocidos sus derechos políticos, la primer conquista política de las mujeres en Honduras.

Fue a través del Decreto N° 29 de 1955 durante el gobierno del Dr. Julio Lozano Díaz que se aprobó el decreto presidencial que permite a las mujeres hondureñas gozar de sus derechos políticos, el derecho a ejercer el voto y a participar en la actividad política del país logrando así ir más allá del espacio doméstico a un campo público y electoral.

Cientos de mujeres se movilizaron para exigir ser escuchadas.
Foto: Fernando Destéphen.

Este día, en esta movilización ya no exigen un derecho al voto, piden igualdad, visibilidad, ser tomadas en cuenta por las mujeres que ya están en puesto de toma de decisión como dice Merlín Eguiguren:

“Creo que debería su obligación no tendríamos que demandárselo nosotras, tendría que ser su responsabilidad porque saben que están en esos puestos de toma de decisiones por el voto de las mujeres que somos las mayores votantes.”

Eguiguren les exige una mayor participación hacía y para con las mujeres:

“Esto es una marcha de exigencia de derechos como lo ha venido haciendo Visitación Padilla desde 35 años”.

35 años de lucha en un país considerado misógino y en una de las regiones más peligrosas del mundo: el triángulo norte de Centroamérica, un país en el cual el 90 por ciento de los feminicidios quedan en la impunidad. 35 años de lucha en favor de las mujeres no ha poder pronunciarse fácil en un contexto actual, y como dice Eguiguren, su energía para seguir en las calles viene “de la rabia, del coraje de la necesidad de no perder la esperanza para poder seguir viviendo, también un poco la locura que debimos haber tenido durante estos 35 años para andar en las calles.”

La necesidad de seguir viviendo dice Eguiguren, necesitar esperanza para seguir con vida y luchando en un país en el que en 16 años han asesinado a más de 6.000 mujeres, según Suyapa Martínez directora del Centro de Derechos de Mujeres.

Según datos del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras de enero a noviembre del 2018, habían ocurrido 848 muertes por causa externa de mujeres de estas, los homicidios (femicidios) ascienden a 320, lo que representa una tasa parcial de 6.9 por cada cien mil habitantes mujeres. Cada 22 horas, una mujer muere de manera violenta.

En 2017, el país registró 388 muertes violentas de mujeres y femicidios que representan una tasa de 8.6 por cada cien mil habitantes mujeres.

Los datos simplifican un poco lo complejo del tema, el feminicidio y todas la formas de violencia contra la mujer parece que quedan en datos, estadísticas e informes, Merlín Eguiguren se muestra pesimista sobre si este momento de inestabilidad política es el punto de inflexión para que las políticas cambien en favor de las mujeres:

“No soy muy optimista con relación a eso pero, ojalá fuera, ojalá lográramos tomar consciencia todos los sectores de la necesidad de transformar estas estructuras que están matando al pueblo lentamente, y es necesario que otros actores decentes tomen el control del país.

A pesar de que en diciembre del 2018 las autoridades de la Policía Nacional y del ministerio de seguridad celebraban una reducción en la tasa de homicidios en comparación con el 2017 que fue de 10.59 por cada 100 mil habitantes y en diciembre se cerró con 10.05, una diferencia de -0.53, el 2019 comenzó con más de 20 muertos en diferentes masacres a nivel nacional.

Situacion comparativa de casos de homicidios a nivel nacional
(datos preliminares)

 

La movilización terminó en el centro de Tegucigalpa el día que en el Congreso Nacional se instauró la segunda legislatura del segundo gobierno del Presidente Juan Orlando Hernández, ese día cientos de mujeres gritaron también para ser escuchadas por la indiferencia de los políticos y la desidia de un pueblo interesado más en la política que en la cantidad de hondureñas que no van a poder tener una vida mejor, como Silvia Elizabeth Raudales.

Vea las fotos en nuestra página de Facebook

Acerca de El Pulso

Propósito: Somos un equipo de investigación periodística, que nace por la necesidad de generar un espacio que impulse la opinión sobre los temas torales de la política, economía y la cultura hondureña. Estamos comprometidos con el derecho que la gente tiene de estar verdaderamente informada.

Derechos Reservados 2019-2021