La caída de Sauceda, un hombre de Dios que jugó para el Diablo

EGO13 febrero, 2020

Hay necesidad del Dios malo tanto como del Dios bueno; no se debe la propia existencia precisamente a la tolerancia, a la filantropía… ¿Qué importancia tendría un Dios que no conociera la cólera, la venganza, la envidia, el escarnio. la violencia?.

Friedrich. Nietzsche. El Anticristo.

“Es un hombre de Dios” repitieron muchos al enterarse de que a las seis de la mañana del martes 11 de febrero de 2020, la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) había cercado el acceso a la casa del Comisionado de Policía -recién- ascendido, Leonel Sauceda. El hombre de Dios comenzaba la prueba de justificar alrededor de 16 millones de lempiras, lo que en lenguaje técnico judicial significa: lavado de activos, al no poder justificar 13.8 millones de lempiras. También su esposa, Patricia Estrada Pacheco es parte de la investigación.

Desde 2002 era investigado por supuestos vínculos con el narcotráfico. El que de alguna forma desde los dosmiles en Honduras se volvió un oficio tan común como en su tiempo fue ser zapatero, ebanista o sastre.

Después de todo el despliegue mediático algo queda claro: no existe colaboración entre los entes de seguridad del gobierno, ni siquiera con las -parasitarias- comisiones interventoras, o en este caso con la Comisión Depuradora. La que desde el punto de vista del lugar común tiene color de hormiga el futuro de su credibilidad.

Aunque Omar Rivera intentó -otra vez, lugar común- lavarse las manos, la cara, las lagañas de los ojos, un baño de ignorancia -la que a veces absuelve de equivocarse- al decir que ellos como Comisión Depuradora no tienen atribuciones de investigación, sino que esa parte, esa parte de investigar los patrimonios y de rascar un poquito la costra de los posibles depurados, es atribución del Ministerio Público (MP).

“Estamos claros que se cumplió a cabalidad el procedimiento y que bajo ninguna circunstancia nosotros transgredimos la ley al asignarle los ascensos respectivos a los oficiales que fueron promocionados incluidos el comisionado general Sauceda (…) Nosotros no tenemos facultades para evaluar el patrimonio, nosotros justamente de acuerdo a las facultades que tenemos verificamos que la ley orgánica de la policía, la ley de la carrera policial y el reglamento de ascensos se cumplió … y no existía reparo en firme, no existía sanción disciplinaria pues evidentemente no podíamos obviar proceder a otorgar el ascenso como lo hizo el Congreso Nacional”. Omar Rivera.

La depuradora confío en la Ley Orgánica de la Policía, en la Ley de la Carrera Policial y el reglamento de ascensos, la depuradora confió en la institución que ellos depuran, un oxímoron imperdonable en esta lucha por una Policía Nacional impoluta.

Las respuestas de Rivera quedan muy cortas si se les aplica la responsabilidad de Estado de investigar a los que se van a separar de la institución.

Rivera, -ahora como un funcionario más responsable en su papel- atribuyó ese descuido al Ministerio Público, al que es probable se le aumente el presupuesto.

Desde que se conoció el allanamiento y la posterior captura de Sauceda, varias preguntas se incubaron y parieron en el pensamiento colectivo de las personas: ¿y la depuradora? ¿cómo lo ascendieron y por qué la depuradora no sabía nada?. Las respuestas, pues no las hay, pero si muchas justificaciones.

A Leonel Luciano Sauceda Guifarro se le investigaba desde el 2002.

Sauceda lloró

Jesús lloró tres veces, o al menos así se relata en la Biblia, la primera cuando se enteró de la muerte de Lazaro, un amigo suyo. La otra ocurre en Lucas 19,41-42, la otra, minutos antes de ser capturado, juzgado y crucificado. Leonel Sauceda también lloró.

Fue en 2015 cuando era vocero de la Policía Nacional y tuvo que informar sobre una masacre en la que asesinaron a siete personas, en la colonia 19 de septiembre o El Infiernito en Comayagüela.

Como en una reedición de La Divina Comedia, el hombre de Dios bajó al Infiernito y lloró al reconocer lo que es la sangre de la muerte y la violencia del asesinato.

Captura de pantalla, video cortesía diario La Tribuna.

El entonces vocero no pudo contener su dolor por los familiares de las víctimas, por la escena, por la indiferencia de las autoridades, ahhh, él era una autoridad y lo fue hasta el martes 11 de febrero.

Esa masacre ocurrió un día después de que en Choloma asesinaron a ocho personas. Más números, pero esta vez no hubo lágrimas.

Según datos del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) en Honduras, desde el 2002, en concreto desde hace 19 años se registraron más de 86 mil muertes violentas, 86 mil muertes. La cifra en sí preocupa, pero es aún más alarmante que el 90 por ciento de los casos quedaron en la impunidad.

En noviembre de 2015 en un hecho extraño y como parte de la investigación del asesinato de Melvin Ondina Martínez Ordóñez, fue encontrado un supuesto muñero Vudú con la cara de Leonel Sauceda, el entonces portavoz de la Policía Nacional atribuyó el hecho a personas alejadas de Dios. Se concluyó que Martínez Ordónez practivaba brujería y uno de los trabajos era perjudicar a Sauceda.

La cronología

De acuerdo a las investigaciones realizadas desde el 2002 a Leonel Sauceda y el informe de un agente asignado a Choluteca, también según el testimonio de un exinvestigador del caso, los primeros reportes datan del 16 de octubre 2002. Cuando Sauceda ocupada el cargo de jefe regional de transito en Choluteca.

En el expediente elaborado por la jefatura de Monjaras Choluteca, se señala que Sauceda era integrante de una organización de tráfico de drogas (no especificada) junto a 17 policías más.

Según el oficio DGPP-DNT-0275-2004 de departamento de análisis transito Sauceda y otros miembros de la red coordinaban el aterrizaje de las avionetas.

Esto se evidenció por el aterrizaje accidentado de una avioneta en un predio privado, obligados a esto porque agente de la Policía que no formaban parte de la estructura de Sauceda, bloquearon el portón de acceso a la cañera de propiedad privada, lo que llevo a los tripulantes a cambiar el rumbo de la pista habitual a dos kilómetros más allá en las cercanías de la aldea Tulito, en las coordenadas 1310884W3714812, hasta a donde llegó Sauceda en compañía de oficiales de su confianza y un diputado.

Imagen: Google Maps.

La pista oficial estaba en una cañera propiedad de un ciudadano guatemalteco. Según el informe del agente Exequiel Antonio Estrada Izaguirre, ya era una especie de costumbre que aterrizaran dentro de la propiedad privada.

Los expedientes de las investigaciones contra Sauceda indican que este también habría ayudado a que los tripulantes de la avioneta, el colombiano Luis Mauricio Palacios Giraldo y el guatemalteco José Ramón Gamboa Lara, capturados por policías externos a la red de Sauceda, cuando los del grupo de Sauceda los dejaron ir, pudieran salir en libertad evadiendo los procesos penales, o sea una fuga.

De acuerdo al testimonio de Luis Mauricio Palacios Giraldo y, de José Ramón Gamboa Lara, piloto y copiloto- los oficiales que llegaron al lugar del accidente descargaron, tanto la droga como el dinero que transportaba, luego quemaron la avioneta.

Según el testimonio de un exinvestigador de esta causa y brindado al noticiero TN5 la avioneta si fue quemada, pero el contenido fue trasladado en una patrulla hasta la frontera con Guatemala:

Es importante destacar que José Ramón Gamboa Lara es familiar del dueño de la propiedad en la que aterrizaban las avionetas.

En la investigación se relata que Sauceda en compañía de otros oficiales llegaron a la posta policial número seis de Choluteca en la que estaban detenidos el piloto y copiloto de la avioneta y les dijeron:

“Los detuvieron verdad no se preocupen nosotros vamos a planificar algo para facilitar la fuga, no se preocupen, ustedes tranquilos”. Especifica el documento.

Los detenidos fueron trasladados a la penitenciaria nacional, Marco Aurelio Soto, o Tamara, pero el 31 de mayo de 2003 en camino hacia Tegucigalpa se escaparon aprovechando un falso operativo ubicado frente al cementerio Santa Cruz Memorial, antes de la posta de El Durazno, los prófugos iban a una audiencia en los juzgados de Comayagüela.

Una practica muy común en el mundo del crimen organizado es la de atar, o matar cabos. Cuatro de los policías que investigaban el hecho fueron asesinados en diferentes sectores.

Otra investigación, ubica a Sauceda en otro cargo ahora el de subteniente asignado a la Policía de Hacienda, en aduana del Amatillo, Valle, Sauceda habría sido parte de una red de trafico de ilegales y tráfico de drogas. Esa estructura era dirigida por José Natividad Luna Pereira “Chepe Luna”. Asesinado en 2014.

Según esta investigación Sauceda cobraba hasta 50 mil lempiras por furgón, lo que se considera un delito de defraudación fiscal valiéndose de su cargo.

Esta información llego a la inspectoría general de la Secretaria de Seguridad en el informe elaborado se indica que de las acciones de Sauceda tuvieron conocimiento los exdirectores de la Policía Nacional; Coralia Rivera y José Luis Muñoz Licona.

Desde el 10 de marzo de 2003 la Dirección de Tránsito recibió el informe enviado por el inspector Juan Carlos Sotelo, edecán de la directora de la policía, Coralia Rivera, para que investigara de inmediato, pero el documento se le asignó a uno de los oficiales hasta el 5 de abril de 2004, cuando los inculpados ya no podían ser sometidos a un procedimiento administrativo. Casi un año después. ¿protección como señalará más adelante el exinvestigador?

Según la investigación la inspectoría general de la secretaria de seguridad Sauceda y los miembros de la banda criminal realizaron viajes injustificados a Estados Unidos, Bolivia y Ecuador, estos elementos fueron enviados al exdirector de la Policía Nacional, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla el 27 de junio de 2012, quien, un año después lo remitió a José Leandro Osorio Santos quien desempeñaba el cargo de director de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) quien autorizó una comisión para investigar a Sauceda y la red.

Otra vez en esta parte de la investigación se pidió el flujo migratorio de los miembros de la banda delictiva. También se autorizó que la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS) comenzará a investigar.

Le recomendamos leer:

http://elpulso.hn/quien-es-leonel-sauceda-el-comisionado-de-policia-acusado-de-lavado-de-activos/

Investigación y testimonio

En una entrevista exclusiva del noticiero TN5 y de la periodista, Raquel Lazo, uno de los investigadores del caso explicó desde hace cuánto comenzó la investigación y por qué se investigaba a Sauceda.

El entrevistado, con su rostro difuminado y con una puerta color café atrás, confirmó que desde octubre de 2002 comenzó la investigación.

Según el testimonio fue a raíz del aterrizaje de una avioneta en la aldea San José de la, Choluteca, a esa zona llegaron “un grupo de oficiales de la policía, hubieron políticos, hubieron empresarios que hicieron acto de presencia como que ya sabían que la narcoavioneta iba a aterrizar en ese lugar, donde se supone, supuestamente según ellos la droga fue incinerada junto a la narcoavioneta, pero eso es falso porque en las investigaciones se constató y se pudo comprobar que la droga la bajaron y la llevaron a una unidad de la Policía Nacional.”

Retrocedamos: en esa época, Sauceda ocupaba el cargo de jefe regional de transito en Choluteca.

El testimonio continua y el investigador explica que fue un policía de la escala básica que denunció las acciones irregulares porque “ ese policía no quería estar asignado en el lugar (Monjaras), porque no se quería ver involucrado en ese tipo de hechos, de supuestos hechos de narcotráfico porque el funcionario policial está expuesto a cometer delitos por acción y por omisión” el investigador sugiere que el policía denunció por temor a que se le involucrara en un caso por omisión porque en esa zona “estaban aterrizando narcoavionetas”.

El investigador si confirma que el policía, ese desconocido que denunció por temor, fue asesinado. Al menos 4 asesinatos se dieron a raíz de esa investigación. Incluidos Exequiel Antonio Estrada Izaguirre y Juan Carlos Sotelo.

“Este oficial que hoy (el 11 de febrero) estaba siendo protegido por políticos, por cúpulas policial y nadie lo toco, vea usted, tenemos un ejemplo claro la comisión depuradora, la comisión depuradora no lo tocó ni a él, ni a otros que no se merecen ni ser policías y menos ascenderlos al grado inmediato”

Para el investigador, Leonel Sauceda siempre estuvo protegido más allá de la sangre de Cristo de la que siempre hizo alarde.

Fue intocable. Era intocable. Ahora está detenido.

Para el investigador estos casos no son un novedad dentro de la Policía Nacional “todo mundo hasta el policía más humilde sabía en las andanzas que andaba este oficial”.

“Nosotros hicimos una serie de investigaciones donde este oficial y otros oficiales que también ascendieron a general son señalados y encontrados con el presunto de que estaban al servicio del crimen organizado”.

Una serie de lineas de investigación se hicieron en torno a Sauceda, pero ninguna tuvo resultados a pesar de tener fuertes indicios de su participación en delitos de narcotráfico.

Interpretando y repitiendo las palabras de este investigador, ninguna investigación prospero porque Sauceda estaba protegido desde muy arriba “era uno de los niños bonitos de algunos políticos y de algunos ministros y también de algunos altos oficiales de la Policía y por eso era intocable”.

El investigador considera como penoso y triste que cuando llegaron a revisar los expedientes de la inspectoría general algunos fueron apartados otros no a pesar de ya haber sido investigados y de tener sus registros de movimientos bancarios y migratorios.

Aunque en el país existe -al menos en teoría- la presunción de inoncia y habrá que esperar los resultados del proceso judicial, pero mientras llega ese momento, Sauceda y su esposa están detenidos bajo la figura de detención judicial, Sauceda fue trasladado al Primer Batallón de Infantería mientras que su esposa fue enviada a la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social en Támara (Cefas).

La audiencia inicial será el viernes 14 de febrero será la oportunidad para desvirtuar las acusaciones de lavado de dinero y poder justificar el origen de los 13.8 millones de lempiras.

El mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía.

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