Honduras en la postmodernidad es un Estado líquido que no puede volverse sólido para la gobernabilidad de un Estado normalizado. La institucionalidad es un pendúlo que oscila de forma peligrosa de discurso en discurso de políticos que con el folclorismo del oficialismo o la oposición desconocen las realidades de un pueblo -metafórico- que es su mejor eslogan de campaña.
El excandidato candidato presidencial y presidente del partido Alianza Patriótica, Romeo Vásquez Velásquez al ser consultado sobre si Honduras reune las condiciones de seguridad para ser un Tercer País seguro, demostró su falta de información sobre las políticas y procesos migratorios de la administración de Donald Trump.
De una manera muy tradicional en la política hondureña contestó que Honduras debe ser un país seguro para todos, “seguro para vivir, seguro para invertir, seguro para estudiar, seguro para pasear, esa es la misión que debemos tener como hondureños no convertirlo en un país seguro para otras cosas, pero sí seguro para que vivamos los hondureños”, para después hacer campaña en favor de su partido, asegurando que la seguridad es la consigna de su partido.
Sin entender el tema migratorio repitió lo mismo pensando en la campaña electoral.
Con la retórica tradicional de la política hondureña criticó a los políticos tradicionales y pidió que no se apoye esas estructuras porque desde hace 38 años han gobernado y el país no ha progresado en nada, lo que los convierte en incapaces para gobernar un país con oportunidades de desarrollo humano adecuado con personas educadas, otra vez el general muestra su falta de información al excluir a la población que no tiene acceso al sistema educativo o lo abandonado huyendo de la inseguridad o la falta de empleo, factores que inciden en la migración.
Datos de la Secretaría de Educación a junio de este año reconocen que en los últimos tres años la deserción escolar incrementó en un 67 por ciento, los departamentos con más incidencias son: Cortés, Francisco Morazán, Yoro, Atlántida, Olancho y Comayagua. En el 2018, más de 81 mil estudiantes desertaron. Números que acercarían a Vásquez Velásquez al problema.
Continuando con su discurso de militar duro considera que se está perdiendo la gente, la que huye del país y asegura que se debe cambiar la forma de pensar y luchar por hacerle frente a los problemas como el narcotráfico que ha penetrado el gobierno, la corrupción gubernamental y los partidos políticos.
También invitó a todos los hondureños a amar el país para derrotar a los enemigos de la sociedad hondureña.
En cuanto a las reformas electorales al Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) Vásquez Velásquez considera que hay no hay que tenerle miedo a la segunda vuelta y que debe ser una prioridad el manejo de las mesas electorales “porque si no se manejan adecuadamente las mesas electorales se va a seguir dando los temas de corrupción” también dijo que las mesas electorales han sido -tradicionalmente- controladas por los partidos que tienen más dinero -en ese momento extendió la mano derecha, juntó sus dedos indice y pulgar, los frotó representando dinero- y así compran voluntades, credenciales y votos, dice que ese patrón no se puede seguir dando en Honduras porque eso es corrupción.
A Vásquez Velásquez como un buen político la amnesia selectiva lo absuelve de equivocarse, en las Elecciones Generales de 2013, una persona acreditada por el Partido Alianza Patriótica y miembro de la mesa electoral fue consultado sobre a cuál partido político representaba, él con su mirada fija en la cámara, el trago de saliva en la garganta y el aluvión de palabras que tenía en mente contestó que representaba al Partido Nacional, de su suéter azul oscuro colgaba la credencial del Partido Alianza Patriótica, el reportero le hizo ver eso y no pudo contestar, intentó esconder su cara de la cámara, pero era tarde, había sido expuesto.
Con la cabeza agachada y con el micrófono del reportero a centímetros de su boca, intentó esbozar una respuesta que no lo metiera en más problemas y dijo que no sabia, sonrió e intentó volver a la normalidad ordenando algo en la mesa. En la que todo estaba en un orden aceptable.
“Estoy representando a este partido, pero no sé qué clase de partido es. Si soy del Nacional»… Sonrisa nerviosa. Al final dijo que él era sustituto, pero su cara no volvió a ser la misma.
Romeo Vásquez Velásquez sugiere que las mesas sean cívicas, controladas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) e integradas por ciudadanos que sean escogidos al azar “de esa forma se garantiza que el proceso sea transparente”.
Al ser consultado sobre cuántos diputados le quedan a su partido en el Congreso Nacional en síntesis dijo que “las personas que se adaptan a la disciplina de Alianza Patriótica van a seguir ahí” porque eso es lo que quieren ellos, gente disciplinada. Doctrina castrense de una vida.
Culpó a la falta de lealtad de algunas personas que se van del partido. “Debe haber lealtad, debe haber sacrificio, debemos luchar con el honor que debe luchar todo hondureño en beneficio de la patria”. Ordenadas en otro orden las palabras lealtad, sacrificio, honor que pronució Vásquez Velásquez representan el lema de las Fuerzas Armadas de Honduras: «Honor, Lealtad, Sacrificio». El general no ha abandonado la traición militar.
A Alianza Patriótica en el Congreso Nacional solo le quedan dos diputados propietarios y tres suplentes. Tres diputados propietarios y dos suplentes transfugaron a una bancada independiente y el vicepresidente alterno Enrique Yllescas anunció su renuncia al partido para formar su propio partido político.
En las Elecciones Generales 2013 Alianza Patriótica logró un 0.20 por ciento de votos, lo que representa: 6,105 votos. En las Elecciones Generales 2017 el resultado fue similar: 2.0 lo que representa: 6,517 votos, un aumento de 412 votos en relación al 2013.
Partidos Pequeños el antecedente de la cancelación
Luego de los comicios electorales del 2013 el TSE resolvió cancelar la personería jurídica de los partidos Alianza Patriótica de Honduras y al Frente Amplio Político en Resistencia (FAPER) por el bajo porcentaje obtenido en las elecciones:
FAPER: 3, 118 votos.
APH: 6,105 votos.
Estos partidos requerían al menos tener un 2% de votos en las elecciones del 2013, por ese bajo promedio la resolución del TSE, en base al artículo 96 de la Ley de Electoral y de las Organizaciones Políticas en el numeral 4: “Cuando no haya obtenido en las elecciones generales para cargos de elección popular por lo menos el dos por ciento (2%) del total de los votos válidos tomando como base el nivel electivo de mayor votación obtenida, salvo el caso que el Partido Político obtenga por lo menos un Diputado al Congreso Nacional”.
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Los representantes de estas instituciones políticas, el general Romeo Vásquez Velásquez de la Alianza Patriótica y Andrés Pavón del FAPER apelaron dicha resolución aduciendo que ellos representan un sector de la sociedad hondureña y la sala de lo constitucional de la Corte Suprema de Justicia falló a su favor lo que les permitió continuar participando en política.
Hasta mayo de 2018 la deuda política que el gobierno le otorgó a Alianza Patriótica fue de Nueve Millones Ciento Setenta y Tres Mil Ciento Setenta y Tres Lempiras con Ochenta y Dos Centavos (L.9,173,173.82), según la resolución No. 07-2018
