INDYRA MENDOZA, UNA VIDA POR LA DEFENSA DEL MOVIMIENTO LGTBI EN HONDURAS

EGO3 mayo, 2018

Por María Castro Serantes*

No he vuelto a ver a Indyra desde 2010 e iniciamos nuestra conversación hablando de momentos que había borrado de mi mente.

“De lo que más me acuerdo de María es del velorio de Walter, que vos ayudaste con la cámara. Esas grabaciones las usamos después para la defensa de German Mendoza, al imputado que usaron como chivo expiatorio”.

La noche del 13 de diciembre de 2009, en pleno desarrollo del Golpe de Estado, el activista y defensor de derechos humanos de la población LGTBI Walter Trochez[1] fue asesinado. Esa madrugada una amiga me llamó para ver si podía acompañar a Indyra a identificar el cadáver. No acepté. No sabía ni qué hacer ni qué consecuencias podría tener para mí, pero creo que el mayor impedimento que tenía era el miedo. “Al final nadie fue, nadie”.

Al día siguiente asistí al velorio de Walter y se sentía el miedo en el ambiente. Era el primer asesinado de las caras visibles del movimiento social; todo el mundo miraba a su alrededor con desconfianza buscando ojos y orejas. A Indyra le temblaba el pulso y tenía dificultades para grabar con su cámara de video, Walter era su amigo. Me pidió que grabara y así lo hice.

“Y luego la historia que se vino después… Luego de 3 años de insistir, el Estado trajo a una fiscal especial de Estados Unidos para la investigación, con el FBI y todo el show, de 20 casos emblemáticos de Honduras y uno era el de Walter; y resulta que la policía de aquí sembró evidencias, la policía era el principal sospechoso. Siembra evidencias y agarran a un compañero nuestro gay que estaba en México durante el asesinato, German. Estuvo 2 años preso, y no sólo preso sino que con torturas, violaciones y abuso dentro de la cárcel. Esto es una novela. Fue gracias a nuestras pruebas que lo dejaron libre”.

Indyra Mendoza
Indyra Mendoza

Indyra Mendoza nació en Tegucigalpa el 4 de mayo 1968. “De recién me llevaron a la Ceiba, así que yo me siento ceibeña”. Fue criada por sus abuelos maternos. “Ellos me criaron porque mi papá y mi mamá me tuvieron a los 21. Mi mamá se volvió a casar, mi papá también, cada cual por su lado y terminé criándome con mi abuela y mi abuelo. La verdad, para mí yo siento que fue lo mejor. Mi abuela paterna es negra, negra, negra, Garay Lee, mi abuelo me decía, mi despercudida, por mi color; yo le digo siempre a las compañeras que, aunque no lo parezca, mi sangre es negra”.

Pasó su infancia en el barrio Independencia en La Ceiba, en el que vivía la mayor parte de su familia, una familia muy unida. Su abuela trabajaba en la casa desde que se casó y su abuelo trabajó con el corozo, para hacer el aceite de La Blanquita. “Después puso un molino de maíz, en mi casa desde las 5 de la mañana todos los días se molía maíz. Mi abuelo decía que era mejor amanecer con hambre que dormir con deudas”.

Crece rodeada de cultura, lo que le hizo desarrollar una gran afición por la lectura y el arte. “Yo leía todo; siempre nos dijeron que leyéramos y el arte siempre estuvo en casa. En mi familia, todo se hablaba en la mesa, de economía, de finanzas, de todo. Una familia muy particular”.

La vida de la familia de Indyra está llena de historias. Su padre, militar de las fuerzas aéreas, luchó en la guerra del 69 con el Salvador y su tío Lisandro Garay fue el primer piloto de Honduras. “Hasta salió de Nueva York para volar el primer vuelo hacia Honduras, se cayó en el mar y lo rescataron. Él se compró un avión que se llamaba el Tincute, que era el principio de la primera línea aérea comercial de Honduras”.

Su bisabuelo, Zoroastro Montes de Oca, fue un defensor de los derechos de los trabajadores/as de la bananera. El hermano de este, Confucio Montes fue un reconocido pintor. “Vengo de una familia con una fuerte tradición de trabajo social y comunitario; cuando era chiquita escuchaba todas las historias. Cuando me hice adulta me convertí en la salvaguarda de la historia de mi familia; me heredaron los documentos, las fotografías… de ambas familias. Al final lo extraordinario que ellos hicieron en su vida fue, de una forma, ordinario, el día a día que pasaban con los trabajadores. Cómo escribían sobre los trabajadores antes de la huelga del 54, de la bananera, cómo escribían en los periódicos, cómo hacían ese activismo, que es lo mismo que yo hago pero que en mi vida que una lo ve como ordinario, verdad. Se convierte en extraordinario cuando pasa el tiempo y se ve el impacto de esto en la vida de otras personas”.

Indyra ha colaborado con el ensayista e historiador hondureño Mario R. Argueta para recuperar la historia de Zoroastro y Confucio Montes de Oca que se recoge en la obra El pincel y el martillo[2]. “La obra y la crítica del pintor, Confucio, y la defensa de la gente trabajadora que hizo mi bisabuelo Zoroastro”.

Deja la Ceiba para ir a la Universidad en Tegucigalpa. “Yo estaba estudiando medicina pero no me daban los ojos. En ese tiempo tenía menos 12 de miopía y era muy difícil para mí. Decidí pasarme a economía porque no me di cuenta de que estaba (la carrera de) Historia, sino hubiese estudiado Historia. Me tocó algo extraño, yo estudié en la Ceiba en un colegio católico y aunque me tocaron los 80 no se hablaba de eso.[3] De hecho mataron a mi vecino, mataron a otros…. Cuando yo llego a la Universidad en Teguz me tocó clase de Sociología con Blanca Guifarro [4] y me dejó totalmente quebrada, no le entendí… Era 1986, estaban aquí desapareciendo a las personas, matando a la gente, y yo le escucho hablar a ella con el mismo lenguaje que yo escuchaba hablar a mis abuelos de mis bisabuelos, de los derechos de los trabajadores, de las trabajadoras, me gustaba como hablaba pero no entendía porque lo que escuchaba no tenía nada que ver con lo que yo vivía en la ceiba, vivíamos en una burbuja. Cuando me vine aquí a Tegucigalpa dos años después mataron a uno de mis compañeros, que era un líder del sindicato. Era algo bien extraño. Fue como durante el golpe de estado, que montón de gente no lo vivió porque mandaban a los hijos a coles privados y no miraban las marchas. Yo siento que yo también en mi etapa de juventud no me di cuenta de lo que pasaba en el país, es increíble.”

En el entorno universitario capitalino toma conciencia de las diversas realidades que vive el país así como de su orientación sexual y empieza su etapa de militancia.

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Indyra Mendoza en una manifestación por los derechos de la comunidad LGTBI

“Salí del closet hasta los 28 años, ya había hecho la maestría. Mi historia es bien chistosa porque las lesbianas a los 15 ya conocen otras lesbianitas, ¡pero no había ninguna en la Ceiba! Todo el mundo escondido, yo no conocí ni Trans en la Ceiba. A los 28 ahí ya me empieza a caer el veinte de que me gustan las mujeres. Esa es la etapa en la que empiezo a conocer a un montón de gente, íbamos a un bar que se llamaba El Closet, escondido y a esconderse. Y unas compañeras abrieron un bar que se llamaba el Incógnita y el primer día les llegó la policía; después abrieron una discoteca que se llamaba igual y el primer día llevaron las cámaras para sacar del closet a todo el mundo, la morbosidad… Ahí sí yo ya empecé a ponerme enojada. Y llegó un idiota que escribía en los periódicos, Otto Martín Wolf, escribió una cosa que se llamaba “Invertidos y otras hierbas”. Fuerte. Yo escribí un derecho de réplica, un artículo que se llamaba “Mis otras hierbas” usando un pseudónimo, Ingrid de la Oca. Esa fue mi primera acción, en 1997. Ahí sí me molestó mucho y ahí empieza mi activismo y comienzo a hacer derechos de réplica a todos los medios de comunicación cada vez que salía algo contra la comunidad. Entonces con un grupo de amigas empezamos a hacer CATTRACHAS. Empezamos a hacer derecho de réplica y seguimiento de medios.

Había una campaña de camas Olimpia que era “Hola, me llamo Juan.” Era una campaña de radio, prensa y tv. Comparaban las camas Olympia con mujeres y las otras con travestis. Entonces salía la cama Olympia, una rubia despampanante, y las que no eran Olympia eran rubias a las que les salían pelos. Yo tenía fax en mi casa, enviamos un fax a camas Olympia pidiendo que cambiaran, que era indigno; por aquel entonces no nos salía la palabra discriminación ni derechos humanos. Y llega un día un fax en el que nos pedían disculpas y nos dicen que van a retirar la campaña Centroamericana. Nos quedamos ¡qué! ¡Y retiraron la campaña en toda Centroamérica! Se dieron cuenta de que estaban siendo discriminatorios contra la comunidad, que no éramos ni comunidad ni LGTBI por aquel entonces. Entonces, ahí fue cuando decidimos que íbamos a hacer eso”.

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Activistas de la comunidad gay en una marcha del 1 de mayo.

En aquella época Indyra trabajaba en la Fundación para el Desarrollo Municipal y haciendo consultorías. “No era feminista ni las conocía. Éramos un grupo de amigas y amigos; nos llamábamos Red de Respuesta, porque dábamos respuesta. Veíamos tele con el control del VHS y grabábamos las noticias, lo mismo que hacemos ahora, sólo que ahora es más fácil porque todo es digital. Y hacíamos el derecho de réplica, porque todo era peyorativo sobre la comunidad. Eso de Invertidos, me enojaba, es lo peor de lo que nos han llamado”.

Y así nace CATTRACHAS, la primera organización lésbica en Honduras. CATTRACHAS es una organización lésbica feminista, dedicada a la investigación y comunicación para la incidencia política y la defensa de los derechos humanos de la comunidad LGTTBI en Honduras.[5] Trabajan sin logos de las organizaciones que las financian para mantener su independencia y no tiene personalidad jurídica.
“Somos autónomas e independientes. Somos chiquitas, hacemos muchas cosas con pocos fondos pero somos muy eficientes porque trabajamos procesos. Cuando surge CATTRACHAS no había un movimiento LGTBI, había organizaciones sobre todo en torno al VIH. Prisma, Colectivo Violeta, Comunidad Gai Sanpedrana, estaba naciendo el movimiento Kukulklan, Arcoíris, pero eran de hombres gais. Y nosotras nos dedicamos a medios de comunicación a través de la defensa de los derechos humanos, también con el sistema de justicia. El origen de CATTRACHAS es un seguimiento de medios y sigue siéndolo. Evidencias por todos lados; este espíritu de la evidencia es importante.”

CATTRACHAS da un salto cuando comienzan a participar en encuentra internacionales.
“En 2003 nos invitan a Costa Rica ya como grupo y en 2004 a Ginebra. En Ginebra me invitan junto con 30 activistas del mundo; ahí nace el movimiento LGTBI en el mundo y casi todas las organizaciones en América Latina porque en 2004 surge el primer brote fundamentalista en el mundo cuando en España se habla de aprobar el matrimonio homosexual y llega la noticia aquí… los aleluyas empiezan. La única que nos paró bola por aquel entonces fue la maestra Blanca Guifarro y un poco Custodio[6].

Fotos Indyra Mendoza (5)
Indyra Mendoza

Nos invitan a Ginebra y nos dicen que llevemos un informe. Y yo empiezo a recopilar medios, hago entrevistas a las compañeras trans sobre los abusos de la policía, palizas, desapariciones y hago el informe. La que nombraron como relatora de los derechos de las mujeres empieza a hablar sobre mujeres y género, y voy yo y levanto la mano y digo “usted está aquí hablando de derechos de las mujeres, nada de género”. En ese momento ni yo sabía que era género, no sabíamos ni cómo queríamos ser llamadas. Entonces se me junta una muchacha al lado y me dice “soy la asistenta de la relatora y dice que te de una cita». ¡A mí en Ginebra! Los otros 25 que no tenían nada que hacer se vinieron a mi cita. Yo llevo mi informe y lo entrego, dos copias, al relator de tortura y a la de mujeres. Ya en Honduras me llega un correo y me dice Indyra, fíjate que recibimos tu informe pero me gustaría que lo rellenaras de esta forma y me manda el formato. Eran 7 casos, lo envío por DHL; el día que mando el paquete me llaman que mataron a Leonela, una de las trans sobre las que yo hablaba en el informe. Después me invitan a la segunda sesión en noviembre y ahí ya me capacitaron en Derechos Humanos. Ya me reuní con las relatoras, ya dije que habían matado a Leonela, y en 2005 salimos en el informe del relator de tortura y de la relatora de las mujeres pidiendo al Estado de Honduras que investigara el asesinato de Leonela”.

CATTRACHAS hacía incidencia política y defensoría antes de conocer lo que esto significaba y trabaja con el sistema internacional de Derechos Humanos antes que con el Interamericano.

“Con evidencias presentamos informes a los instrumentos internacionales denunciando las violaciones de derechos de la comunidad LGTBI. En 2012 metimos el caso de Leonela en el sistema Interamericano; el otro caso de Vicky. Vicky es la primera persona asesinada durante el golpe de estado[7], era una mujer trans asesinada en San Pedro Sula durante el toque de queda; no le hicieron autopsia porque decían que era VIH positivo. Entonces eso involucra política, transfofia y discriminación a personas con VIH.”

Además del seguimiento de medios y la denuncia internacional de violaciones de derechos humanos hacia la comunidad LGTBI en Honduras, CATTRACHAS se ha especializado en la puesta en marcha de observatorios de monitoreo de muertes violentas.

“Creé un sistema informático de monitoreo de medios de muertes violentas y lo replicamos en varios sitios. Pasamos a registrar mejor. No sólo trabajamos con la noticia de la muerte, hacemos cruces con medicina forense y la unidad de muertes violentas de personas LGTBI; hacemos un análisis de los medios en todo y después eso nos sirve para hacer incidencia, para decir, por ejemplo, cómo el fundamentalismo religioso interfiere y cambia la política del país. Día a día monitoreando y después armamos todo”.

El Golpe de Estado de 2009 cambia el escenario y el movimiento feminista y LGTBI ganan visibilidad.“Nuestra gran entrada triunfal en el movimiento feminista fue durante el golpe. Entonces ahí es donde ya empezamos a formar parte del movimiento”.

Fotos Indyra Mendoza (4)
Feministas en una acción contra el golpe de Estado en 2009.

Durante los seis meses del golpe de Estado CATTRACHAS hizo grabaciones de lo que iba pasando desde la perspectiva del movimiento feminista y LGTBI, visibilizando sus acciones.

“No se estaba documentando y lo hicimos. El movimiento internacional feminista se empieza a dar cuenta del golpe por los videos que sacamos. Teníamos cámaras de cualquier tipo, la batería duraba 2 horas. Fuimos avanzando tanto que llegó un momento que mi mano grababa sola y ya hacía el guión con la cabeza. Fuimos haciendo un archivo minucioso de lo que pasaba. Nos costaba hacer la edición como 3 horas, después subirlas a internet a YouTube, se iba la luz, se iba el internet… la velocidad… terminábamos a las 12 de la noche para estar ya a las 6 de la mañana en la marcha. Yo ponía el himno nacional al principio de los videos, porque no quería que me robaran el himno como símbolo patrio. Después empecé a meter canciones de mujeres. Mujer tambora, corazón tambora de Guatemala. Canciones de feministas de América Latina. Y me llamaban agradeciendo porque se sentían parte de la Resistencia, hubo una hermandad muy fuerte de las feministas, hubo mucha solidaridad del movimiento feminista de otros países. Eran videos de mujeres y LGTBI. Negras, indígenas… las macizas del mercado, las profesoras, las sindicalistas. Hicimos la visión del momento sólo de mujeres y de la comunidad LGTBI”[8].

El movimiento feminista y LGTBI aumentan su visibilidad durante el golpe de estado gracias a sus originales acciones y su persistencia en introducir su discurso sobre la igualdad de género dentro de la Resistencia Popular contra el Golpe de Estado.

“Antes de 2009 íbamos a las marchas del primero de mayo; íbamos marchando la comunidad y delante iban los sindicatos; nosotros hacíamos acciones de correr y ellos corrían para que no nos juntáramos con ellos; corrían para dejar un espacio; así de desprecio. Llega el golpe y no les queda de otra. El movimiento LGTBI es el que más gana en el golpe. Bueno, obviamente también el COPINH, pero a ellos se les había ya visto en acciones fuertes. No digamos el movimiento negro, que antes era invisible. Con los videos hicimos que la gente conociera y reconociera a otras. Berta Cáceres no era conocida en el movimiento feminista latinoamericano, era una lideresa del movimiento indígena. Cuando yo empiezo a montar los videos un montón de gente que no conozco empieza a escribir, a llamar… a pedir, y empieza a escuchar a Berta con su discurso inclusivo y feminista y empiezan a enamorarse del discurso de Berta; la gente comienza a preguntar quién es. Lo que sí hay en nuestros videos es mucha gente que ahora está muerta, o porque les asesinaron o porque murieron de forma natural. Es increíble”.

Formaban parte de la resistencia, aunque sufrían la homofobia que imperaba en el movimiento social.
“Al principio íbamos con los compañeros, yo siempre filmando, y ¡culeros, culeros! Empezaban a decirles a los militares. Y yo les decía, no jodás, yo soy culera y estoy aquí. Una vez estaba con Juan Barahona[9] en una reunión de la resistencia y dice “y es que nos dicen maricas por no agarrar las armas”, y yo le dijo “no jodás, serás medio hombre, pero jamás marica”. Es que me enojó. (Risas). De verdad los educamos de poco a poco. Fue un momento un poco igualador”.

El movimiento LGTBI fue duramente tocado durante el golpe de estado, con un gran número de asesinatos.

“Asesinaron 36 personas en 6 meses, se les fue la mano. Antes del golpe todas las violaciones que teníamos registradas eran o asesinatos o ejecuciones extrajudiciales con vinculación de la policía. Policías extorsionando y robando. De hecho, hasta metimos preso a un policía antes del golpe. Llega el golpe y los tres primeros días mataron 3. Esa niña, Vicky, fue la primera de la lista. Día 2, otra, día 3, otra, día 4 otra, fue una cosa exagerada. Ellos estaban en las calles y tenían el poder. Militares, policías, guardas de seguridad… si hasta los guardas privados estaban en la calle, para ellos no había toque de queda. Todos con armas, machos se sentían… y a parte la impunidad. Pero ese es el rompe aguas. Ya en el 2010-11 hacemos tanta incidencia con la CIDH, sistema universal, el EPU (Examen Periódico Universal) y todo, que se crea la unidad LGTBI y empiezan a investigar las muertes y los asesinos ya no eran los policías, eran guardias de seguridad, taxistas, mareros… Dejaron tan establecido que cualquiera nos podía matar que cualquiera nos mató, pero cualquiera. Los policías pasan de la extorsión, la violación física sexual y robo a las trans al crimen organizado, a la explotación en masa a otros niveles y al secuestro. ¿Para qué quieren extorsionar a una trans si están ganando millones extorsionando a los transportistas? Ahora nos mata cualquier pendejo, eso sí, pero no policías, ya no hay ejecuciones extrajudiciales”.

Pero el asesinato que más impactó fue el del activista Walter. Indyra fue la única persona que fue a identificar el cadáver.

“Me sentía súper impotente porque era el cadáver de mi amigo, con el cual yo iba a reconocer cadáveres antes; pero también súper enojada porque yo llamando a todo el mundo, a la gente grande de las organizaciones, y ninguna pudo ir. Yo, a parte del dolor, la necesidad de tomarle fotos al cadáver, ¡que vale más que le saqué fotos! Nadie vino. Nos pusieron de rodillas a todo el mundo ese 13 de diciembre; si nadie llegó, dije yo, estamos de rodillas, nos ganaron en terror. Los dos niños que estaban con él andaban con camiseta rosada de la organización a la que pertenecían, yo sabía que por seguridad había que cuidarlos. Una amiga cooperante nos permitió ir a su casa porque era un lugar seguro, darles dinero, cambiarles de camiseta, y nunca más en la vida los volví a ver. Y empezar después al día siguiente, cuando yo todavía estaba destruida, y escuchar a gente hablando, inventando, exagerándolo todo, dándole la oportunidad al estado de decir NO ES CIERTO. Y todo el mundo levantando la bandera de Walter cuando la verdad no estuvo nadie ahí. Nadie, yo sentí al movimiento de rodillas y me sentí destruida. Decidimos irnos a Santa Rosa de Copán a pasar el fin de año allí porque ya no queríamos saber de nada. Yo lloraba, no podía controlar, era un dolor. Yo había perdido, era todo el mundo perdido. Así como cuando mataron a Berta Cáceres, ese dolor, así de adentro, solo lo sentí ahí en la Resistencia en ese tiempo”.

Fotos Indyra Mendoza (10)
Manifestaciones públicas del movimiento feminista hondureño.

De las cosas que enorgullecen más a Indyra es el hecho de que CATTRACHAS trabaje siempre con base en la evidencia y el haber aportado en la creación de la Unidad LGTBI de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. También de haber contribuido a la memoria histórica de lo que pasó durante el golpe gracias a los videos que grababan.

“Cuando me muera y me estudien 60 años después van a hacerlo por los videos. Va a ser por eso, no por mi aporte a la comunidad, ni las leyes. De la evidencia es de lo que me siento más orgullosa”.

Indyra considera que el problema principal en Honduras no es la impunidad, la respuesta del Estado ante los asesinatos, sino la prevención de los mismos.

“No hay prevención pero sí reacción; los gringos mandan a las fuerzas de tareas de investigación y cuando ellos hacen su trabajo en casos específicos, allí sí capturan a todo el mundo. Pero ya nos han asesinado, somos bajas permitidas. La Embajada americana, que es la que manda en este país, cumple; mandan a sus fuerzas de tareas de investigación y no hay impunidad”.

Para ella uno de los principales problemas mundiales es el fundamentalismo religioso.

“Yo siento que ahora los fundamentalismos religiosos son una ola regional total. El Opus Dei hace lo mismo aquí como en El Salvador, como en Dominicana. Y los otros, los aleluyas, también trabajan así. Están en la OEA; a nivel mundial se siente el conservadurismo, van ganando”.

Indyra no se siente activista, sino defensora de los Derechos Humanos.

“Yo soy defensora, yo defiendo la vida. He tenido que enterrar a mucha gente, tanto que la muerte no podría ser más parte de mi vida. Pero creo que tener una buena familia, sentirse en la familia, hacer cosas diferentes como los hobbies, poder hacer otra cosa, es fundamental. Es lo que le diría a cada defensora, a cada feminista, ¡BUSQUEN UN OASIS PORQUE LA CARGA QUE TENEMOS ES DEMASIADO GRANDE! Y ahora ni siquiera bailamos, ahora ya ni fiesta. Yo hago cosas que no tienen nada que ver con los Derechos Humanos y así es como he logrado realmente no ahogarme, no tener pesadillas. Y claro que pienso en Berta, pienso en Walter. Me enojo con Walter que me llamó para decirme que lo mataban pero no dio pistas sobre quién fue; me enojo con Berta, que no tenía ni una cámara ahí. Recuerdo a Cynthia Nicole, a todas las compañeras y las amigas y amigos, pero ya no con ese dolor. Trato de sacarlo del cuerpo porque he conocido a compañeras más grandes que han estado muy enfermas, yo no quiero estar así. Quiero seguir viviendo en el arte, quiero otras cosas. No quiero quedar sola, no quiero quedar pobre, no quiero quedar con pesadillas. No tengo miedo a la muerte, pero no quiero sentirme enferma mientras vivo. Y no quiero que ellas lo pasen, cada día que hablo con ellas se lo digo”.

Indyra es mezcla de temple y pasión. Volcán y glaciar. Es voz y ojos de una comunidad que en su país, en su región, está en peligro simplemente por existir.


[1] https://en.wikipedia.org/wiki/Walter_Tr%C3%B3chez

La historia jamás contada sobre el asesinato de Walter Tróchez


[2] https://presencia.unah.edu.hn/cultura/articulo/el-pincel-y-el-martillo-confucio-y-zoroastro-montes-de-oca-por-mario-argueta
[3] http://www.elheraldo.hn/pais/995189-466/exigen-justicia-para-184-desaparecidos-en-los-a%C3%B1os-80-en-honduras
[4] http://www.heroinas.net/2014/05/blanca-guifarro.html
[5] http://www.cattrachas.org/quienes-somos.php
[6] Ramón Custodio fue un defensor de los DH en Honduras. Llegó a ser Comisionado Nacional de Derechos humanos en el país. Su apoyo al golpe de Estado en Honduras hizo que perdiera toda su credibilidad.
[7] En junio de 2009 se produce un golpe de estado en Honduras.
[8] Represion contra el movimiento feminista. Discurso de Berta Cáceres.; Agosto de 2009. Garífonas en resistencia; 15 de Septiembre de 2009. Coalicion LGTBI en Resistencia; 8/03/2010
[9] Líder sindical y militante en el partido LIBRE.


María Castro Serantes vive y trabaja ahora en la ciudad de México.

 

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