Tegucigalpa, abril de 2016.
El lunes 4 de Abril, Diario El Heraldo publicó una sorprendente investigación en la que revelaba lo que informalmente se murmuraba desde hace siete años: que la cúpula policial era responsable por el asesinato del «zar antidrogas», el general Julián Arístides González, baleado el 8 de diciembre en el Barrio Guanacaste, minutos después de dejar a su hija en la Academia Los Pinares. El Heraldo reveló una serie de documentos que demostraban que los hechores materiales habían recibido órdenes de mandos altos e intermedios al interior de la Policía Nacional. El desparpajo que ocasionó la noticia fue inédito. Otros medios de comunicación se sumaron presentando supuestos testigos, y esa misma noche el presidente de la república, Juan Orlando Hernández, pidió que se investigase a profundidad la institución policial a fin de dar con las identidades, que El Heraldo cuidadosamente omitió, de los funcionarios de la cúpula policial involucrados en este crimen. La sorpresa fue cuando el martes 5 de Abril, agentes de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), del Ministerio Público, y elementos de la Policía Militar, intervinieron la sede principal de la Policía Nacional en el Barrio Casamata, cerrando el acceso a todo policía que no fuese de alto mando. Para algunas personas, sin embargo, todo. Este ajetreo no es más que una impostura creada por el gobierno de la república en complicidad con los medios tradicionales del país.
¿Qué posible objetivo podría buscar el gobierno de la república al montar este «show mediático», en palabras de la ex comisionada María Luisa Borjas?
Desde la publicación de la investigación en Diario El Heraldo, el proceso ha sido expedito. El presidente Hernández, el jueves 7 de abril, envió de su despacho una iniciativa de ley para hacer de la depuración policial una prioridad.
El viernes 8 de abril, el decreto fue aprobado en el Congreso Nacional, con una vigencia de 12 meses. No obstante, según la ex comisionada María Luisa Borjas, Óscar Álvarez, actualmente jefe de bancada del Partido Nacional en el Congreso Nacional, era uno de los responsables por el crimen contra Julián Arístides González, entre otros.
¿Por qué fue asesinado Julián Arístides González por los mismos órganos de justicia con los que él desempeñaba su labor?
Nos encontramos ante las acciones de un gobierno que parece movido a crear una imagen de seguridad antes que a establecer medidas contundentes en favor de una verdadera seguridad en el país. La información difundida por el Estado se encuentra en contraposición con informes oficiales internacionales, como el que recientemente publicó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Cada decreto parece esconder tras de sí una agenda política, difuminada tras el anzuelo elaborado por el aparato estatal y el engranaje de la prensa nacional.
