El papel de los frentes universitarios en la crisis

Desde el inicio del segundo período académico en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el conflicto entre estudiantes y autoridades de la universidad se ha manifestado de manera patente a través de los eventos que se han desarrollado desde mediados de mayo del presenta año hasta la actualidad en la ciudad universitaria y los centros regionales, en particular en el campus del Valle de Sula. El conflicto se origina desde el proceso de elaboración, aprobación y aplicación de las nuevas normas académicas. Los estudiantes, aglutinados en movimientos independientes, afirman que el proceso ha excluido la voluntad de la mayor parte de la población estudiantil, y además, que las normas aprobadas no reflejan la realidad educativa que viven los egresados del defectuoso sistema de educación media. Las autoridades, por su parte, afirman que sí ha existido un diálogo abierto y franco con la comunidad estudiantil. Sin embargo, las autoridades se han rehusado a reconocer a los movimientos independientes, y han orientado el diálogo solamente en dirección a los frentes universitarios tradicionales, que son el Frente Unido Universitario Democrático (FUUD), Frente de Reforma Universitaria (FRU), y en especial el frente Fuerza Universitaria Revolucionaria (FUR), lo que ha sesgado la participación estudiantil, limitándola a un solo sector, y restringiendo de esta forma la representación estudiantil en los procesos de toma de decisiones en la vida universitaria. ¿Qué son los frentes universitarios tradicionales?

Huelga de estudiantes en 1957.
Huelga de estudiantes en 1957.

Historia de los Frentes Universitarios

Los frentes universitarios datan desde mediados del siglo XX, durante una época turbulenta en la historia de Honduras. En 1957 se funda el Frente de Reforma Universitaria (FRU), de corriente política izquierdista, reconociéndose como herederos del movimiento estudiantil reformista de Córdoba, Argentina, en 1918, y cuenta con figuras importantes del Partido Liberal, como Jorge Arturo Reina y Elvin Santos Lozano, asimismo con nexos en el Partido Comunista de Honduras, a través del cual conseguiría becas de estudio en Cuba y otras representaciones en países afines al régimen soviético de aquellos días. El frente se apegó desde sus inicios a las luchas sociales, pronunciándose a favor de los movimientos sindicalistas de la época y en contra de los regímenes militares que estaban en el poder. El FRU luego trasciende la agenda académica para declararse en solidaridad con el movimiento revolucionario cubano, organizando actividades de recaudación de fondos en apoyo al mismo. Estas actividades, de carácter enteramente político, quitan la atención de los miembros del frente de la agenda académica y universitaria, lo que fortalece a los frentes contrarios, que tomarían luego el poder de la representación estudiantil universitaria.

En 1960 se establece el Frente Unido Universitario Democrático, resultado de la unión del Movimiento Universitario Vanguardista (MUV), que aglutinaba a miembros del Partido Liberal y del Partido Nacional en la corriente de Gálvez y Williams, y del Frente de Unidad y Renovación Universitaria (FURU), dirigido por Roberto Argueta y afín a la figura y el modelo político de Tiburcio Carías Andino. Según el relato de Efraín Reconco, primer presidente del FUUD, el 19 de Julio de 1960 los dirigentes de ambos frentes se reunieron para determinar los términos de la alianza. En esa reunión “se acuerda plantear la lucha ideológica contra el marxismo.” El FUUD logra su primera victoria para el período siguiente de la FEUH, y como directiva “comenzó una campaña de concientización ideológica dentro del estudiantado universitario y para todo el pueblo hondureño, manifestando lo oprobioso que son para un pueblo y un país, las dictaduras de derecha o de izquierda.”

El FUUD mantendría el poder en la FEUH hasta 1968, inmiscuyéndose en intimidaciones, amenazas directas e incluso atentados contra grupos ideológicamente distintos, apoyados por los gobiernos militares conservadores de la época.

La militancia estudiantil en los frentes universitarios siguió permeándose más de la turbulenta situación política del país, y los procesos eleccionarios para integrar la FEUH se volvían cada vez más escabrosos y corruptos al ser manipulados por la coerción y las amenazas. La Guerra Fría y el intervencionismo estadounidense, unidos a los poderes militares que gobernaban entonces y sus estructuras de infiltración y vigilancia dentro de los mismos frentes estudiantiles dieron como resultado los asesinatos de jóvenes pertenecientes a los frentes universitarios, como Rubén Merlo en 1963 y Carlos Virgilio Zúniga en 1969.

Recorte del Chicago Tribune de 1969, relatando el asesinato de Carlos Virgilio Núñez.
Recorte del Chicago Tribune de 1969, relatando el asesinato de Carlos Virgilio Núñez.

Luego de una década de reorganizaciones bajo la dictadura militar de Oswaldo López Arellano, Juan Alberto Melgar Castro y otros gobiernos militares, en 1980 se forma la Fuerza Universitaria Revolucionaria (FUR), a las puertas de la «década perdida», dominada por la Doctrina de Seguridad Nacional y apoyada por Ronald Reagan. El FUUD, bajo la guía de Oswaldo Ramos Soto, que era decano de la facultad de ciencias jurídicas y pretendía alcanzar la rectoría de la UNAH, se instrumentaliza tácitamente como elemento del Partido Nacional y aliado en las campañas anticomunistas. En 1982 arrecia una matanza contra dirigentes de los frentes universitarios, dentro de los cuales destaca el secuestro y la desaparición de Eduardo Becerra Lanza, secretario general de la FEUH en ese momento y miembro del FRU. Oswaldo Ramos Soto consigue ese mismo año hacerse con la rectoría de la UNAH, y el FUUD obtiene, desde entonces, la representación de la FEUH por muchos años.

En abril de 1988, estudiantes miembros del FUR y del FRU, así como estudiantes de otros frentes estudiantiles universitarios se manifestaron frente a la Embajada de Estados Unidos por la extracción ilegal de Ramón Matta. Los estudiantes llegaron al punto de quemar vehículos y partes de la embajada, haciéndose presentes efectivos de la Policía Nacional y el ejército, lo que dejó como resultado cinco muertos, entre ellos el estudiante Henry Napoleón García.

Quema de la embajada estadounidense en 1988. Foto: Diario TIempo.
Quema de la embajada estadounidense en 1988. Foto: Diario Tiempo.

Desde la toma de la rectoría de la Universidad Nacional por parte de Oswaldo Ramos Soto en 1982, los rectores universitarios por 22 años fueron miembros activos del Partido Nacional de Honduras, generando un desorden fiscal y administrativo donde la corrupción y el nepotismo hacían añicos del presupuesto universitario, equivalente al 6% del presupuesto nacional. El punto más bajo llegó durante la gestión de Ana Belén Castillo, una de las tres mujeres que han ocupado la rectoría de la UNAH, cuando se le inició un proceso legal por la defraudación de 81 millones de lempiras para construir el edificio 6. La situación de la FEUH, por su parte, reflejó, desde los noventas, el mismo cariz de clientelismo político que se respiraba al más alto nivel de la UNAH. El FUUD continuó siendo instrumento de formación política del Partido Nacional, y amparado en el poder de la rectoría mantuvo por muchos años la representación de la FEUH, de la mano de individuos como Rodolfo Montalván Toscano, cuyo tránsito como estudiante de la universidad superó los 20 años, y continuando con las prácticas ilegales de sabotaje electoral, intimidación y robo armado de urnas. El FRU siguió enfocado en la lucha social y sindicalista, permeado por las corrientes centro-izquierdistas del Partido Liberal. La FUR se convirtió en una extensión de la juventud del Partido Unificación Democrática.

En 2003, en el seno de la peor crisis vivida en la UNAH y durante la gestión de Ana Belén Castillo, se realiza una reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, dejando sin valor ni efecto los estatutos de la FEUH. La universidad es entregada a la Comisión de Transición, desde donde en 2008 sale la propuesta del comisionado Dr. Antonio Núñez de desarrollar una asamblea constituyente estudiantil para elaborar nuevos estatutos para la FEUH y un nuevo reglamento electoral. Los frentes tradicionales no logran consensuar una posición a favor y se rechaza esta propuesta, por lo que se tienen que designar autocráticamente representantes al Consejo Universitario.

La ex-rectora de la UNAH, Ana Belén Castillo, durante el proceso legal por la defraudación de 81 millones de lempiras por la construcción del edificio de Química y Farmacia.
La ex-rectora de la UNAH, Ana Belén Castillo, durante el proceso legal por la defraudación de 81 millones de lempiras por la construcción del edificio de Química y Farmacia.

En 2011, el abogado Andrés Pérez Munguía presenta una propuesta de reglamento electoral, que socializa con el estudiantado mediante talleres. Asimismo, consigue asistencia técnica de parte del Tribunal Supremo Electoral, que había destinado un presupuesto tentativo de Lps. 3,000,000 para apoyar el proceso, y se logra conformar una Junta Nacional Electoral. No obstante, los frentes no lograron consensuar las condiciones para desarrollar elecciones, a las que solamente el FUUD y la FUR accedieron a participar. Sumado a ello, muchos jóvenes de las diferentes asociaciones de estudiantes en todas las carreras prefirieron abstenerse de votar por frentes que no reconocían como representantes válidos de sus necesidades, y proliferaron una gran cantidad de movimientos independientes que habrían de agruparse bajo la Asociación de Movimientos Independientes (AMI). Otro movimiento generado al mismo tiempo fue el Movimiento Amplio Universitario (MAU). Los frentes tradicionales, sin embargo, decidieron impedir la inscripción de estos movimientos, y la Junta Nacional Electoral los excluyó del proceso, provocando que la AMI presentara un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia.

Las irregularidades del proceso continuaron. El FUUD presentó en marzo del 2012 una denuncia en el Ministerio Público contra la Junta Nacional Electoral de la UNAH, acusando a ese órgano de permitir que el FRU se mantuviera en el poder al posponer las elecciones. Se dieron agresiones de parte de los frentes tradicionales hacia el MAU. Las elecciones se fueron posponiendo indefinidamente, aunque los frentes tradicionales seguían trabajando en campañas. Los enfrentamientos entre las organizaciones continuaron y en marzo de 2012 miembros del FUUD, a la antigua usanza, intentaron secuestrar material electoral para llevar a cabo el proceso sin la venia de la JNE, causando que miembros del FRU intervinieran. Uno de los estudiantes estaba armado y dejó como saldo cuatro estudiantes heridos por arma de fuego.

Estudiante del FUUD con material electoral. Foto: El Heraldo.
Estudiante del FUUD con material electoral. Foto: El Heraldo.

Los frentes no lograron consensuar las condiciones para las elecciones y en 2013, el Congreso Nacional reformó la Ley Orgánica de la universidad, estipulando que en carácter de preservar la gobernabilidad, el Consejo Universitario tendría la potestad de designar los representantes al mismo, mediante la publicación de listas de los estudiantes elegibles en cada carrera y a través de un proceso de entrevistas con los decanos de cada facultad; el cuerpo estudiantil tendría entonces dos años para consensuar un reglamento y convocar elecciones. Según el decreto 46-2013, “Si al final de tal periodo los estudiantes no logran elegir sus representantes; el mecanismo de nombramiento por el Consejo Universitario será de carácter permanente.” El período venció el 23 de marzo del 2015, sin propuestas de parte de los frentes universitarios, entregando la representación estudiantil en manos de las autoridades universitarias.

En la situación actual, los frentes han mantenido posturas consecuentes con sus arraigos políticos. El FUUD se mantiene en un conveniente silencio. El FRU apoya vocalmente al Movimiento Estudiantil Universitario (MEU). La FUR ha salido públicamente en contra del MEU, y ha servido como instrumento para validar el proceso de las autoridades universitarias.

El domingo 12 de junio del presente año, el Consejo Universitario sostuvo una reunión extraordinaria de emergencia con integrantes de la FUR, quienes presentaron una serie de propuestas dentro de las que se encontraban mantener el índice de aprobación en 65%, aumentar a 5 la cantidad de repitencias por asignatura antes de exigir un cambio de carrera y modificar aplicaciones del Plan de Arbitrios de la universidad. Todas las propuestas de los representantes de la FUR fueron aprobadas, de acuerdo a lo estipulado.

Estudiantes se toman las instalaciones de la UNAH. Foto: Nincy Perdomo.
Estudiantes se toman las instalaciones de la UNAH. Foto: Nincy Perdomo.

A la luz de la historia, los frentes universitarios han sido organizaciones necesarias para brindar una voz que desde la academia se solidarizara con las luchas populares. Sin embargo, desde sus inicios, todos han sido organizaciones de una marcada ideología política. Eso es particularmente relevante al analizar el argumento que presenta la rectora Julieta Castellanos, al afirmar que detrás de las tomas y los reclamos estudiantiles de este momento existen organizaciones políticas, así como las campañas de desprestigio que algunos medios de comunicación han emprendido contra los dirigentes del MEU. Los frentes tradicionales, que participaron en el proceso de elaboración de normas académicas, están fuertemente influenciados por partidos políticos, y a lo largo de la historia han demostrado ser utilizados con diferentes fines ajenos a la vida académica universitaria, pero las autoridades universitarias consideraron válida su participación sin juzgar previamente si habían intenciones políticas tras sus aportes.

La renuencia de las autoridades universitarias a tomar a los movimientos independientes como parte del diálogo durante el proceso de elaboración de las normas académicas y en el  momento presente es uno de los impedimentos para solucionar la problemática de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. El Movimiento Estudiantil Universitario representa una oportunidad de renovación y diversidad en el seno de la representación estudiantil al Consejo Universitario, al ser un ente nacido de manera orgánica. Los frentes estudiantiles tradicionales, en los últimos años, no han sabido escuchar ni atender a la población estudiantil, y producto de esa exclusión surge el MEU, con figuras diferentes que comienzan a involucrarse en liderazgos dentro de la vida universitaria.

El papel de los estudiantes organizados, sea en frentes tradicionales o movimientos independientes, debe orientarse hacia la elaboración consensuada de nuevos estatutos de la FEUH y un nuevo reglamento electoral para retomar la representación estudiantil auténtica en el Consejo Universitario. Es de vital importancia hacer una revisión de la historia para evitar que los errores del pasado estanquen el desarrollo. Los frentes tradicionales están en la urgente necesidad de renovar sus directivas y de aprender un nuevo lenguaje que sea verdaderamente incluyente, y no percibir las nuevas iniciativas como amenazas.

La lucha por la legítima representación es el corazón del movimiento estudiantil actual.

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