EL LADO OSCURO DE LAS ONG

ALG12 agosto, 2018

Homo homini lupus est.

Las mujeres Trans son la cara más vulnerable de la comunidad LGTTBI. Su exposición y sus condiciones particulares las hace que se enfrenten cada día a la violencia de una sociedad que las discrimina por su orientación sexual —más que a los hombres gays y a las mujeres lesbianas—; pero también las sumerge en dinámicas de poder al interior de las organizaciones de la diversidad sexual, que reproducen patrones de dominación patriarcal en su seno y que aumenta su vulnerabilidad, y a veces, incluso, las explota.

Estigma, discriminación, violencia, son realidades que las mujeres trans enfrentan diariamente. A eso debemos sumar, según expresan, la misoginia y marginación que experimentan en sus propias organizaciones aliadas, que siguen reproduciendo la discriminación en contra de las mujeres lesbianas y trans.

La misoginia se define como la aversión y odio hacia las mujeres o niñas. Puede manifestarse de diversas maneras, que incluyen denigración, discriminación, violencia contra la mujer, y cosificación sexual de la mujer.

«En las organizaciones LGTB existe el patriarcado, los hombres quieren venir a dominar a las mujeres.» Afirma Rihanna Ferrera, líder de la organización Coszumel Trans, que no duda en señalar que en la jerarquía en las organizaciones de la diversidad, a más femenina menos poder.

Rihanna Ferrera es muy reconocida al interior de la comunidad LGTTBI de Honduras, quizás, como líder, la más conocida de la diversidad sexual del país. Fue candidata a diputada en las pasadas elecciones generales, aunque no ganó, ha asumido con valor el reto de luchar por los derechos de las mujeres Trans en el país, a veces a costa de colocarse en situaciones de riesgo para su vida.

No es la primera mujer trans que intenta abrir espacios en la esfera política, anteriormente Vicky Gómez, de la organización APUVIME, participó como precandidata en las elecciones de 2014 por el partido Libre. Tampoco lo logró, su candidatura sin embargo le trajo persecución: recibió un atentado contra su vida que la obligó a dejar el país y ahora vive como asilada en España.

«En las organizaciones LGTB existe el patriarcado, los hombres quieren venir a dominar a las mujeres.» Rihanna Ferrera
«En las organizaciones LGTB existe el patriarcado, los hombres quieren venir a dominar a las mujeres.» Rihanna Ferrera.

Donny Reyes, director de la organización gay Arcoiris, afirma que el aumento de la violencia en contra de la comunidad LGTTBI tiene que ver con los medios de comunicación que perpetúa los mensajes de odio y discriminación. «Si usted hace una evaluación en medios de comunicación sobre temas LGTB, lo que va a ver es un leguaje amarillista, lleno de la apología del odio», dice.

Reyes señala además que la prensa hondureña mantiene el lenguaje de discriminación, sexista, homo-lesbo-transfóbico y eso reproduce más violencia en contra de la comunidad LGTTBI. En la entrevista para El Pulso, Reyes se empeña en remarcar las causas estructurales que reproducen la violencia en contra de la comunidad LGTTBI; no ve sin embargo la misoginia en contra de las mujeres Trans como un problema al interior de las organizaciones. Para él, afirmar eso es «una apreciación muy a priori».

«Estamos en una sociedad que está construida bajo el fundamentalismo religioso. (El patriarcado) existe hasta en el movimiento feminista. Se habla mucho en las organizaciones feministas sobre igualdad de género pero ¿cuántos hombres hay trabajando en organizaciones feministas? Si no es de chofer o de bodeguero. Desde allí se ve el patriarcado, te ven como desigual,» agrega Donny Reyes.

«El machismo, el clasismo y el racismo está en los grupos LGTB. Son misóginos, se consideran feministas pero no lo son» nos dice X, una activista trans que salió del país por temor a su seguridad luego de haber recibidos ataques contra su vida y nos pidió mantener su nombre en el anonimato por su situación migratoria.

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La Red Lésbica Cattrachas se ocupa de realizar un monitoreo constante de los medios de comunicación del país, para señalar la discriminación y crímenes en contra de la comunidad LGTTBI.

«La violencia contra la mujer adentro de la misma comunidad  LGTBI es frecuente (…) Muchas veces hemos visto como las mujeres, especialmente las mujeres lesbianas, han sido invisibilizadas porque se mantiene una práctica patriarcal y machista en donde el hombre habla en nombre de la mujer,» afirma Katherine Cerón, de la red lésbica Cattrachas. «Hay muchas organizaciones que las dirigen hombres gays, que tienen mujeres lesbianas, pero la toma de decisiones la tienen los hombres,» agrega.

«Aquí somos tres en la coordinación, yo en representación de los hombres gays, Esdra por las mujeres lesbianas y J.Lo por las trans. Entre los tres tomamos decisiones y como ve, son más mujeres,» afirma Reyes. Según él, eso demuestra que en Arcoíris las mujeres tienen el mismo poder que los hombres.

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Los actores de la violencia

Desde el 2009 a 2017, según el Informe sobre muertes violentas de la comunidad LGTTBI de la organización lésbica Cattrachas, hubo 277 muertes violentas  de personas de la diversidad; de ese universo, 156 son hombres gays, 92 mujeres trans y 29 mujeres lesbianas. Siendo las mujeres trans un porcentaje bastante reducido en el total de la comunidad LGTTBI, resulta sorprendente que representen un tercio del total de las muertes violentas. Contrario es el manejo de los recursos, que según indican las mujeres trans que entrevistamos para este reportaje, es manejado casi en su totalidad por hombres gays.

El principal foco de violencia en contra de las mujeres trans continúa siendo los cuerpos de seguridad del Estado. Así lo señala Rihanna Ferrera, quien agrega que «ahorita ha cesado un poco la violencia por parte de la policía. De la sociedad ha habido algo de aceptación, especialmente luego de las elecciones que nos visibilizaron, pero no por parte de la Policía Militar.»

«Los mayores agresores de la comunidad LGTB son las fuerzas de seguridad estatal. Llámese como se quiera llamar,» agrega Donny Reyes. «Tenemos un número bastante significativos de secuestros exprés y violencia sexual por parte de la PMOP y lamentablemente el Ministerio Público casi nunca quiere tomar esas denuncias y le dice a los compañeros “no se metan en problemas, no va a pasar nada, no lo va a investigar, no es de nuestra competencia, tiene que ir a otro lado…” rehuyen a tomar los casos», agrega, señalando que «en los último 10 años, 65 casos han llegado a judicialización, de esos  3 guardan pena y los otros han salido libre. El MP es una institución fallida que no da respuesta. No hay resarcimiento del daño. Es un proceso largo y agotador», dice Reyes.

Las condiciones de marginalidad que viven las mujeres trans en Honduras, las orilla a arriesgar sus vidas.
Las condiciones de marginalidad que viven las mujeres trans en Honduras, las orilla a arriesgar sus vidas. En la imagen, un hombre propina una golpiza a una mujer trans que se prostituye en las calles de Honduras.

Esos problemas de violencia estructural se intensifican con las condiciones de vulnerabilidad que cada persona vive. La falta de oportunidades para el estudio y trabajo digno orilla a muchas mujeres trans a vincularse con la prostitución, colocándolas en situaciones de mayor riesgo en contra de sus vidas.

«Las compañeras trans han tenido muchos problemas por los espacios en los que ellas están y el tipo de prácticas que ellas tienen, como el trabajo sexual», afirma Katherine Cerón. «Hay muchas muertes que tienen que ver con las prácticas de la misma persona LGTB», agrega. «Este año hemos registrado un aumento de las muertes en comparación al año pasado en donde hubo 34 muertes, ahora llevamos más de la mitad del año pasado y eso nos preocupa.»

«El tema del trabajo sexual es complicado adentro de los grupos LGTB. En el contexto social hay muchas trans que se ven obligadas a ejercer el trabajo sexual y desde allí se ponen en una situación de mayor riesgo. Han habido otras que han sido asesinadas por el tema del activismo, pero son muy pocas, te las puedo contar con la mano» afirma X.

Rihanna Ferrera coince con X en señalar que las condiciones como viven las mujeres trans aumentan los riesgos en sus vidas. «En la zona de Tegucigalpa no se ha llegado a dar casos de mujeres trans ligadas o alineadas con el narcomenudeo o el crimen en las calles, pero sí se ha dado en otras ciudades. Aquí si se ha dado el querer reclutar a las mujeres trans que trabajan en la calle para venta o consumo de drogas. Tenemos denuncias a dentro del CONADEH y tenemos compañeras que se fueron del país que han denunciado esas situaciones,» afirma.

Ferrera indica que en lo que va del año 2018, más de 30 mujeres trans se han ido del país. Solo en la caravana migrante de este año, se fueron 8 mujeres trans de Tegucigalpa y 6 de SPS.  «Muchas de ellas se quedaron en México, otras fueron hasta EEUU a entregarse a la migración. Tenemos el caso de la compañera Roxana que fue asesinada por ICE. Tenemos 6 mujeres trans privadas de su libertad en los centro de detención en la frontera con EEUU».

Roxana Hernández viajó en la caravana de migrantes en abril pasado. Murió en custodia de ICE.
Roxana Hernández viajó en la caravana de migrantes en abril pasado. Murió en custodia de ICE.

Las puertas que se cierran

La desgracia de unos es la felicidad de otros, dice el refrán popular. Y en la violencia que sufren las mujeres trans el dicho calza como anillo al dedo.

X señala que existen organizaciones que «ganan mucho dinero diciendo que a las trans las están asesinando por cuestiones políticas, cuando a la mayoría de las mujeres trans que matan, son asesinadas por temas no relacionados con el activismo. Tiene mucho que ver con el tema de las maras que las pone en situación de riesgo» agrega.

No duda en señalar a la asociación Arcoiris como una de las organizaciones que ha sacado provecho de la violencia que viven las Trans.

Incluso antes de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, las condiciones para solicitar asilo político estaban volviéndose difíciles para los centroamericanos. Coincidía además con el aumento de la violencia en el país, estrechamente ligada al tema del narcotráfico. Con Trump en la presidencia, la violencia de las maras y pandillas y la que sufren muchas mujeres trans dejó de ser razón para recibir el recurso de asilo. Según argumentan las autoridades migratorias, hubo un «abuso» de la figura. Mismos argumentos están ahora manejando países como Alemania e Italia.

Las puertas se están cerrando y quienes pagan las consecuencias son las más vulnerables. El hacer activismo por derechos de las minorías violentadas no será suficiente para solicitar asilo. Según afirman autoridades migratorias, las nuevas solicitantes deberán contar con una constancia que defienda su caso que debe venir desde el Estado mismo. 

«En Estados Unidos quemaron los recursos de asilo con personas que no eran de Derechos Humanos», afirma X en su entrevista, según ella, «Arcoiris canalizaba ayuda para asilar víctimas de la violencia en Honduras y luego cobraba un porcentaje por el servicio.»

«El proceder de esta organización es que, por ejemplo si son 5,000 (los que reciben para ayudar a asilar a una persona) yo te voy a dar 3,000 y me quedo con 2,000. Esos 2,000 te debe servir para comprarte el boleto aéreo, aduana, todo. Cuando llegas a España no tienes nada. No tienes para comida ni hospedaje.»

«De allí vienen enganchadas para una trans que llaman Nohelia, en España que ya está denunciada; ella las capta y les da a dónde vivir, pero tienen que trabajar para ellas. En Honduras le quitan ese dinero a las trans para mandarlas con nada. Les roban allá en Honduras, las mandan aquí sin nada, sin información ni nada y aquí Nohelia las recibe para meterlas a la prostitución,» señala X. «Se ha convertido en un negocio traficar con mujeres trans, ahora las mandan aquí a España, y gracias a esa práctica, ahora cuando se ha necesitado sacar a las defensoras de DDHH LGTB, las fronteras estaban cerradas, hay casos reales de las mujeres que han sido asesinadas por el tema de DDHH,» agrega.

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«Nosotros no damos asilo. Eso no está en nuestras manos.» Donny Reyes.

Donny Reyes de Arcoiris niega las acusaciones.«Arcoiris no recibe recursos por eso.» Dice.

Afirma que su organización es autosustentable. «Hay compañeros que aportan pagando el mes de renta, otros pagan el internet. Somos un grupo bastante grande entonces nos ayudamos. No dependemos de una donación o subvención estatal, ni esperamos tenerla porque eso te compromete y te limita,» dice, siendo enfático al señalar como ejemplo que han decidido como organización no recibir dinero de USAID, «porque eso les compromete ideológicamente.»

«Aceptar dinero (por las asiladas) sería irresponsable de mi parte, eso sería antiético. Si aquí en la organización se enteran que eso pasa, me tendría que quitar del lugar. La primera regla es que si alguien quiere dar algo a la organización debe entrar a la cuenta institucional. Un cobro no puede ser, no está normado en ningún lado,» afirma Reyes ante los señalamientos.

«Nosotros no damos asilo. Eso no está en nuestras manos. Eso es responsabilidad del país a donde llega. Pedir dinero sería un chantaje, un fraude. Hay compañeros que han viajado en la delegación, que han conseguido su visado y se han quedado, pero eso es ya una decisión personal,» concluye.

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