Lavarse las manos con agua y jabón es la medida de prevención más efectiva para combatir el coronavirus.
Desde tiempos pasados, el jabón que es considerado como un producto sencillo y barato, ha sido utilizado para acabar con bacterias y virus.
El covid-19 es un virus de alto contagio, se puede transmitir vía respiratoria, a través de gotitas cuando una persona tose o estornuda se pueden adherir a nuestras manos o a nuestra piel. No obstante, se ha demostrado que la estructura molecular del jabón tiene la capacidad de destruir el virus y su efecto tarda 20 segundos.
La estructura del jabón está compuesto por dos partes, una cabeza es atraída por el agua mientras que la cola es atraída por la grasa. Por ejemplo, cuando estas moléculas entran en contacto en un recipiente donde se ha vertido agua y aceite, esta atracción hace que se separen rodeando las partículas de grasa y dispersándoles por todo el agua.
Una capa de grasa rodea el coronavirus y una vez que entra en contacto con el jabón, desintegra y destruye esa capa protectora.
Esta práctica tan sencilla puede hacer la diferencia si se hace de manera exhaustiva y por 20 segundos, puede limitar el número de contagios y reducir los riesgos de que se propague este virus. Constantemente estamos expuestos a otros agentes infecciosos, que incluso pueden ser un poco más resistentes que el coronavirus, pero con solo lavarse las manos adecuadamente puede prevenir a que nos enfermemos.
Otras alternativas como desinfectantes que contengan un contenido mínimo del 60% de alcohol pueden ser efectivas en caso de no tener agua y jabón.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el agua jabonosa y la ceniza puede ayudar a eliminar ciertas bacterias aunque se desconoce si ayuda a combatir el coronavirus.
