El delincuente de cuello blanco

EGO29 agosto, 2017

El delito de cuello blanco es el crimen cometido por una persona de respetabilidad y un estatus social alto en el curso de su ocupación. Perteneciente tanto al ámbito económico como político.

Según la sicóloga chilena Pamela Andrea González López, a Edwin H. Sutherland (1883-1950) se le acuña la frase crimen de cuello blanco. Él la introdujo por primera vez en su discurso de toma de posesión ante la Asociación Americana de Sociología, el 27 de diciembre de 1939. Posteriormente, en 1949, pública su monografía White-Collar Crime (Delito de cuello blanco).

Sutherland dejó establecido en su tesis, que este tipo de delito era cometido por personas con elevado status socioeconómico.

Edwin H. Sutherland (1883-1950)
Edwin H. Sutherland (1883-1950)

¿Qué distingue al delito de cuello blanco de los demás delitos? Necesariamente la persona de status socio-económico que comete un crimen de esta naturaleza, tiene que desarrollarlo en áreas y ámbitos relacionados íntimamente con sus ocupaciones profesionales. Esto quiere decir, que una persona de status social bajo puede cometer un crimen de alta consideración económica distanciada de su actividad profesional; también, alguien de status socio- económico muy elevado puede cometer un delito común: estos no son crímenes de cuello blanco.

«Los tipos más variados de crímenes de cuello blanco en los negocios y en la profesión consisten principalmente en la violación de la confianza delegada o implícita, y muchos de ellos pueden reducirse de dos categorías: la tergiversación de los valores patrimoniales y la duplicidad en la manipulación del poder (…) El principio de esta duplicidad es que el ofensor tiene una posición antagónica, una de las cuales es una posición de confianza, que es violada, en el interés de la otra posición» (Sutherland, 1949).

Pamela Andrea González López
Pamela Andrea González López

Afirma la sicóloga Pamela Andrea González López: «Para entender mejor la problemática habría que acudir a la terminología llamada personalidad, que se entenderá como un constructo psicológico, con el que nos referimos a un conjunto dinámico de características de una persona. Pero nunca al conjunto de características físicas o genéticas que determinan a un individuo, es su organización interior la que nos hace actuar de manera diferente ante una o varias circunstancias».

La personalidad, o estructura de personalidad, es el conjunto de rasgos psicológicos que define todo el universo de sentimientos y cogniciones, que configura los comportamientos y la manera habitual en que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás.

La psicología contemporánea define la personalidad, por tanto, como un patrón de funcionamiento consolidado, que se refleja en una generalidad y coherencia de respuestas en distintos tiempos y contextos por parte del sujeto.

Criminólogos y Psicólogos se han preocupado de trazar el perfil y rasgos del criminal de cuello blanco como una persona narcisista, con una marcada capacidad para mentir y manipular a otras personas, frialdad de ánimo y ausencia de remordimiento.

Hare dos rasgos muy bien definidos en la personalidad de los delincuentes violentos y delincuentes de cuello blanco, afirma Pamela Andrea González López: la búsqueda de sensaciones y la impulsividad.

«Su actuación, no estaría sólo motivada por la necesidad de riqueza y éxito, sino también por la búsqueda de experiencias», afirma Pamela Andrea González López.

El delito de cuello blanco posee otra particularidad, afirma Edwin H. Sutherland, quien lo comete tiene arraigo social y económico.

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Base teórica desarrollada a partir de las características psíquicas de quien es considerado delincuente

Materialismo: solo da valor a los bienes materiales, es un auténtico maníaco, su tensión patológica se libera con la ganancia, tiene una psicología similar a la del jugador compulsivo.

Egocentrismo: no alcanzan a lograr afectividad, esta soledad la compensan mostrándose generosos económicamente.

Narcisismo: son soberbios, inestables, y esto se traduce a su situación social, suelen ser muy audaces.

Peligrosidad: no valoran los límites éticos.

Hipocresía: son fríos y se muestran generosos y complacientes.

Neuróticos: falta de conciencia de culpabilidad, debido a que estos actos no provocan reacción social, ya que hay personas que no lo consideran delitos.

Presentan una imagen de honorabilidad. Sus contactos le garantizan una gran impunidad.

Es destacable que hoy día, este tipo de delincuentes no es considerado como un enfermo, por lo cual su punición es perfectamente aplicable.

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