Democracia, demandas populares y candidaturas políticas

EGO10 septiembre, 2019

*Por Gilberto Ríos Munguía (•)

En las vísperas de la elección de los representantes electorales de Libre en los nuevos organismos que regirán el próximo proceso electoral, el ambiente es una combinación de esperanza e incertidumbre; la participación de Libertad y Refundación en estos organismos mermará las capacidades del Partido Nacional de llevar a cabo un fraude de las proporciones de 2013 y 2017, aunque no será difícil para ellos la creación de nuevos mecanismos de manipulación del voto, de engaño a través de los medios de comunicación corporativos y de represión directa contra la oposición con todos los organismos del Estado creados y afinados en los últimos años para estos fines.

El debate actual de la democracia estilo Honduras, se da en un ambiente de convulsión popular por la gran cantidad de demandas sociales insatisfechas que ahora abarcan incluso el problema de abastecimiento de agua potable en la capital, pero también por la agresión del modelo neoliberal a las comunidades y sus recursos naturales en varios puntos del interior del país, en las que empresas mineras y los políticos locales al servicio de ellas, han destruido el medio ambiente sin importar las consecuencias inmediatas.

A la vez, se sigue posponiendo el problema de los sectores de Salud y Educación, al contrario el régimen han comenzado la persecución contra maestros /as que lideraron las protestas que abarcaron un poco más del segundo trimestre del presente año en diferentes lugares del país; los maestros del sistema público continúan trabajando con un salario que no ha sido readecuado a las condiciones económicas de los últimos diez años, los centros educativos viven el abandono y la niñez del país enfrenta la peor de las crisis social de los últimos cuarenta años.

Lo mismo ocurre en el sistema de salud, en el que la población enfrenta el desabastecimiento de medicamentos, la carencia de equipos de diagnóstico y el deterioro general de la infraestructura sanitaria; recientemente los juicios contra altas figuras del régimen también han demostrado la complicidad del aparato judicial que ha dejado en libertad a conocidos empresarios criminales que se han enriquecido a partir de grandes actos de corrupción en la venta de medicamentos al Estado.

El pueblo continúa atento a los llamados de diferentes sectores de la oposición política y social para la movilización pero también con un ojo en lo que ocurre en los tribunales del sur de Nueva York, en los que sectores del gobierno norteamericana han encontrado un camino para presionar al régimen y demandar reformas de este, sin que esto implique su salida del poder, un poco más de rigor y –según su retórica- deberían estar practicando la extradición del gobernante de turno, pero eso implicaría entregar el poder a la izquierda en el país; es decir, parafraseando a Roosevelt: “sabemos que es un narco “presidente”, pero es nuestro narco presidente”.

Es necesario para la oposición comprender las dimensiones de la lucha que estamos enfrentando. Como hemos comentado en otras ocasiones, el problema no es solamente de carácter nacional, otros poderes gravitan en la región, unos históricos y cercanos, como son los que responden a los intereses norteamericanos; otros a los de las empresas del narcotráfico en la región que también están vinculados al narco estado colombiano; por último, -para hablar de los más importantes-, aquellos que son más distantes como los que tienen relación con el Estado de Israel, muy cercano en el apoyo y acompañamiento al proceso del golpe y la dictadura en Honduras, a la que han fortalecido con labores de inteligencia, equipo, adiestramiento de agentes e intercambios. Recientemente el favor de su apoyo al régimen represivo, se pagó con la compra de una embarcación con un costo mayor a los 60 millones de dólares, que servirá para patrullaje en nuestras costas, sin que esta sea una necesidad urgente para el país.

Las reformas electorales auguran la posibilidad de un proceso electoral menos viciado que los recientes vividos post golpe, la oposición del país deberá capitalizar los peores años de gobierno vivido en los últimos setenta años; esto pasa necesariamente por una buena estrategia, una organización sólida y robusta y una candidatura que interprete las demandas más sentidas de la población y las represente en un discurso y un programa de gobierno realista que satisfaga las aspiraciones de las mayorías.

Un /a candidato /a  de Libre debe primero unificar todos los sectores internos del partido, que van desde el liberalismo mudado primero al Frente Nacional y luego a Libre, también a los movimientos sociales que son activos dentro y fuera del Partido, y finalmente a la izquierda hondureña, que hace también un señero escrutinio y es orientadora de un sector del electorado interno. La trayectoria y la militancia serán fundamentales, lo de ceder la candidatura de la oposición en manos de una nueva alianza política no tendría tantas posibilidades después de las experiencias del 2017, por lo que el ampliar la base partidaria, la simpatía por libre y el electorado a nuestro favor, serán las tareas fundamentales.

 (•)Dirigente del Partido Libertad y Refundación.

 

 

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