Cuba niega «ataques acústicos» a diplomáticos de EEUU

ALG10 enero, 2018

Funcionarios del gobierno norteamericano anunciaron la semana pasada, el retiro de su personal diplomático de la embajada en Cuba, por lo que calificaron como «ataques acústicos» que puso en peligro la salud de su personal.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, anunció el domingo que Estados Unidos “está evaluando” un posible cierre de su embajada en Cuba tras los misteriosos ataques acústicos que han afectado por lo menos a 16 de sus funcionarios.

La posibilidad “está siendo evaluada. Se trata de un asunto muy serio por el daño que algunos individuos han sufrido. Algunos de ellos han sido repatriados”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense en una entrevista en la cadena de televisión CBS el pasado domingo por la mañana.

Cuba, por su parte, rechazó el martes haber atentado contra la salud de diplomáticos estadounidenses en La Habana, en el denominado caso de los “ataques acústicos”, y responsabilizó a senadores anticubanos de fabricar un hecho para “agravar el clima bilateral”.

“Reitero categóricamente que el gobierno cubano no tiene responsabilidad alguna en las afectaciones de salud reportadas por diplomáticos estadounidenses”, dijo a la prensa la directora general para Estados Unidos de la Cancillería de Cuba, Josefina Vidal.

Altos funcionarios del Departamento de Estado admitieron este martes que aún no tienen ninguna pista que les permita explicar los alegados “ataques” a sus diplomáticos en Cuba durante 2017, tras meses de denuncias e investigaciones. Tampoco con qué presunto fin se hicieron ni quiénes fueron los responsables.

Las explicaciones fueron entregadas ante un comité del Senado estadounidense que investiga el caso, y que lideran los legisladores Marco Rubio y Robert Menendez, “ambos con un vasto récord de trabajo en contra de mejorar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”, sostuvo Vidal.

La diplomática insistió en que “Cuba nunca ha perpetrado ni perpetrará, ni ha permitido ni permitirá que terceros actúen contra la integridad física de ningún diplomático sin excepción”. Recordó que, “meses de investigaciones exhaustivas han demostrado que no ha existido ataque alguno”.

Vidal rechazó lo que consideró como una “politización” de este asunto, así como las “medidas injustificadas que ha adoptado el gobierno de los Estados Unidos, con un alto costo para nuestra población, la emigración cubana y el pueblo estadounidense”.

Las denuncias de “ataques” se revelaron poco después de que Donald Trump asumiera el poder en Estados Unidos y tras un histórico acercamiento con la isla que lideró su antecesor, Barack Obama, con reapertura de embajadas en 2015, tras medio siglo de ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Desde finales de 2016, 16 funcionarios estadounidenses de la embajada han manifestado síntomas físicos, sobre todo pérdida de audición, migrañas y náuseas y han tenido que recibir asistencia médica, algunos de ellos en Estados Unidos, según el Departamento de Estado.

La nueva administración de Donald Trump endureció el lenguaje político y el bloqueo que Washington aplica contra la isla desde 1962. Tras las denuncias, redujo su presencia en La Habana y expulsó a 17 diplomáticos cubanos de Washington.

De acuerdo con Vidal, “elementos anticubanos buscan agravar el clima bilateral, con el único propósito de volver a una etapa de confrontación, con consecuencias negativas para ambos países y la región”.

Aseguró que “Cuba es un país seguro, pacífico y saludable”, tanto para diplomáticos como para turistas.

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