Por Gilberto Ríos Munguía (•)
La crisis migratoria ha puesto de manifiesto una serie de conflictos económicos, sociales y políticos que Honduras viene acumulando desde hace muchos años, también ha revelado las relaciones de subordinación de nuestros países a las políticas norteamericanas que nunca habían sido tan evidentes y descaradas, pero lo que realmente subyace en esta coyuntura, es el desgaste del gobierno hondureño por su naturaleza ilegítima y su incompetencia administrativa, que demuestra su verdadero objetivo, beneficiar a cualquier costo a la élite oligárquica que mantiene secuestrado el Estado.
Médicos de los hospitales públicos han notificado que se disminuirán las atenciones específicamente de cirugía por falta de insumos básicos para realizar estas operaciones. Colegios magisteriales denuncian su grave situación económica después de nueve años sin aumento salarial. El proyecto de Presupuesto General de la República refleja que el próximo año habrá nuevamente aumento en Seguridad y Defensa y diminución en Salud y Educación. ¿No es esto un problema estructural?
El fracaso absoluto del Diálogo propuesto por Naciones Unidas para tratar de resolver el conflicto generado por el fraude electoral de noviembre de 2017, también envía un mensaje a la población sobre el oscuro porvenir del país con un régimen que niega la democracia y el volar de la voluntad popular. Las expectativas sobre un cambio parecen reducirse a las expresadas esta semana en foros televisivos por voceros de la derecha no oficialista en el país: “O un golpe de estado o una revolución armada”.
Lejos de estas posibilidades, la situación de la población es dramática y la alternativa es migrar de esta forma colectiva. Es el único cambio en realidad: antes de manera clandestina y aislada, hoy en movilización pública y masiva. Se anuncian casi una decena más de caravanas desde todos los rincones del país, las que planean salir de la misma forma, exhibiendo el colapso del régimen.
Por su parte Trump ha manifestado que incluso movería al ejército más poderoso del mundo (después del de Rusia), a las fronteras del sur de su país para enfrentar a la caravana de los pobres que sus políticas de subdesarrollo y exclusión han generado en Honduras. A la vez la Teniente Heide Fulton, al frente de la Embajada Norteamericana en Tegucigalpa, ha enviado un mensaje para desalentar el flujo migratorio, “su norte está en Honduras”, dice en un lenguaje que también podría interpretarse como “el sitio del capitalismo que les corresponde a ustedes es ese infierno”. Un día anterior también el gobierno norteamericano habría notificado que si no se lograba resolver la crisis migratoria en Honduras, suspendería el apoyo económico; algunos funcionarios del régimen de Juan Hernández han manifestado que esa suspensión “solo” significarían 67 millones de dólares al año.
El Partido Nacional también se pronunció ante la crisis mediante un comunicado en el que sin ningún análisis de la situación que genera el problema o mucho menos con alguna propuesta, han señalado que la responsabilidad del problema migratorio es una estrategia de la oposición política en el país. Esta misma matriz mediática ha sido repetida por periodistas y medios de comunicación asalariados por el régimen, sin que haya tenido un mayor impacto. Los responsables de crisis son ellos, no podrían ser otros y el pueblo lo sabe bien.
La verdadera sorpresa de la semana ha sido la declaración del Presidente Electo de México Andrés Manuel López Obrador, quien ha anunciado la creación de Visas Migratorias para centroamericanos migrantes necesitados de trabajo con la que podrían obtener una oportunidad en la nación azteca, a partir claro desde el 1 de diciembre, día en el que asume la presidencia; esto debe tener muchas interpretaciones, una de ellas es que niega la responsabilidad asignada por EEUU desde hace muchas años a su país de ser la nueva frontera sur; con esta medida México traslada la responsabilidad de estos movimientos migratorios a la frontera gringa, donde ellos tendrán que resolver los problemas que han creado en América Latina.
La crisis parece profundizarse y no tener una solución en lo inmediato, más aún porque los que tienen la capacidad de revolverlo están concentrados en intentar disolver la situación con campañas mediáticas, mientras el hambre y la necesidad de la población se continúan agudizando.
Bartolo Fuentes, ícono de la lucha por los derechos de los migrantes, permanece preso injusta e ilegalmente en una cárcel de Guatemala. Su acción humanitaria en favor de los más desposeídos y desvalidos de la patria es reconocida nacional e internacionalmente. Demandamos recuperare pronto su liberad.
(•)Dirigente del Partido Libertad y Refundación.
