Crisis en la UNAH: Ante Proyecto del Movimiento Estudiantil y el Dictamen del Congreso Nacional

EGO31 agosto, 2017

Consideraciones previas

La actual crisis que atraviesa la Universidad Nacional Autónoma Honduras (UNAH), se enmarca en una problemática que se viene manifestando desde el inicio de la IV reforma por la falta de participación y representación estudiantil legítima, agudizándose en 2015 con la aplicación de las normas académicas,  la criminalización de la protesta estudiantil, profundizándose en 2016 con el incumplimiento de los acuerdos del diálogo universitario y agudizándose en el 2017 con las aspiraciones reeleccionista de la rectora Julieta Castellanos.

También cabe señalar que la crisis en la UNAH se ve alimentada por elementos históricos y estructurales debido al agotamiento de un modelo universitario (cómo se concibe la Universidad) y modelo de la Cuarta Reforma Universitaria (cómo se conduce la Universidad)  planteada desde el 2005 (1), que desde sus inicios careció de consenso y cohesión, y que, en los momentos de abrir paso a las reformas realmente importantes, encontró resistencia y oposición entre los miembros de la comunidad universitaria, por lo que gozan de legalidad, pero no de la legitimidad indispensable para la convivencia pacífica de la comunidad universitaria.

Es necesario conocer las demandas del movimiento estudiantil universitario desde que comenzó el régimen de Castellanos, que en contra del espíritu de la Ley Orgánica de la UNAH, ha venido negando la participación estudiantil en la vida política, académica y cultural de la universidad y enunciando la dinámica de una reforma tecnócrata y neoconservadora impulsada desde las grandes esferas de poder por consultores, técnicos y especialistas, desnaturalizando la función de la universidad para el país.

Cabe señalar también que ante los altos niveles de conflictiva en la Universidad en 2015 y el 2016 se desarrollaron procesos de diálogo que se caracterizaron por ser espacios en los que no se debatieron los grandes problemas de la Universidad (la conducción académica y la conducción política de la comunidad universitaria) y solo sirvieron para oxigenar la gestión de las autoridades universitarias permitiéndoles reacomodarse como bloque dirigente; por lo que los estudiantes concluyeron que era imposible lograr acuerdo entre las partes en conflictos e involucraron al Congreso Nacional entregando un Anteproyecto de Ley para solventar de una vez por todas la problemática.

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Los Problemas del Anteproyecto del Movimiento Estudiantil

A grandes rasgos el Anteproyecto presentado por el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) (2,)  está sustentado en tres elementos básicos: la instauración de un Gobierno Universitario Provisional (GUP), que asumiría temporalmente las funciones de Rectoría, Consejo Universitario y la Junta de Dirección Universitaria;  desarrollar un proceso electoral que permita la selección y  participación legal y legítima de los estudiantes en los órganos de gobierno y co-gobierno universitario como manda la Ley Orgánica y el planteamiento y desarrollo de una Asamblea Constituyente Universitaria (ACU), que abriera el debate sobre la nueva UNAH y la nueva reforma universitaria.

En ese planteamiento existen dos problemas estratégicos: el primero es considerar que ir al Congreso Nacional era una salida a la crisis de la Universidad ¿Por qué no es una salida? Debido a que el actual Partido de Gobierno, desde finales de los 80 a la luz de las transformaciones mundiales que ha sufrido la educación superior y los efectos del huracán Mitch, viene impulsado una visión de Universidad y Reforma Universitaria que encuentra eco en la IV Reforma Universitaria, que es un proceso que al calor del golpe de estado de 2009 y la reconfiguración política y cultural de las elites hondureñas, viene retomando fuerza tanto a nivel universitario como educación media y primaria. En conclusión, nadie destruye la institucionalidad que construye, nadie cuestiona la universidad que quiere y nadie ataca la reforma universitaria que propuso.

El segundo radica en comprender la dinámica de la crisis universitaria, la cual no se limita a la representación estudiantil y la salida de Julieta Castellanos. Existen dos niveles de crisis que conviven y se alimentan permanentemente (3), en la primera encontramos una crisis coyuntural íntimamente relacionada con problemas académicos (normas académicas) y políticos (participación estudiantil y criminalización del estudiante).  a segunda es la crisis histórica que se alimenta de problemas no resueltos desde conflictos anteriores, con la diferencia que está sumergida en las propias estructuras de la universidad y en la dinámica de la reforma que se traduce en una crisis de hegemonía, que actualmente desnaturaliza el sentido de la Universidad y altera los procesos de reforma (4)

Luego nos encontramos con una crisis de legitimidad que se traduce ante la incapacidad de la UNAH en dar respuestas mediante la ciencia, tecnología, cultura y al arte a los problemas de país y cada vez observamos una universidad más apegada a los intereses de la cooperación internacional, a grupos del tercer sector y al gobierno nacional. Por último, una crisis institucional con contradicción entre la reivindicación de autonomía en la definición de valores y objetivos académicos y la presión para someterla a criterios de eficiencia, eficacia y productividad empresarial o de responsabilidad social y supeditando el conocimiento científico a lógicas del mercado

¿De que manera estas crisis históricas determinan gran parte del conflicto y la crisis universitaria? Se pueden reconocer tres ideas centrales. Primera, la crisis en la UNAH es la evidencia del sistema de educación superior en donde la universidad publica cada vez más está siendo orillada a optar por los modelos de gestión universitaria que privan en las universidades privadas. Lo cual se traduce en el cierre de los espacios de participación, en reformas académicas bajo los criterios de mercado y en una racionalidad instrumenta de la ciencia, investigación, arte y la cultural.

Segunda, la reforma académica (5) se traza desde los preceptos neoconservadores del capitalismo académico (competencias, calidad, eficiencia o eficacia); la imposibilidad de una reforma curricular que abra paso a las innovaciones tecnológicas y pedagógicas, a la profesionalización docente, acreditación de las carreras, intercambio estudiantil son procesos que no se pueden poner en marcha ya que no se termina de conquistar  el  ser y el hacer de la UNAH; la investigación científica es agenda de la cooperación internacional y de los institutos de investigación, no de los departamentos y las carreras que permitan fortalecer los procesos de formación profesional y científica del estudiante universitario, que debe de estar idealmente al servicio del país; y la extensión universitaria figura bajo un paternalismo, populismo académico y asistencialismo.

Tercero, la Ley Orgánica es incapaz de comprender a la Universidad como organización, institución, y comunidad; por lo cual encontramos la separación entre ciencia, política y universidad que ha dado paso a la instauración de una  nueva gobernanza en la cual la política ha sido utilizada para despolitizar la vida universitaria; y en contra posición encontramos un modelo de gestión universitaria jerarquizado, teocrático y tecnócrata que entra en contradicciones con el sentido de democracia universitaria y en donde las decisiones importantes en la universidad son tomadas por técnicos, consultores, expertos y especialistas, los cuales cumplen con la responsabilidad de desnaturalizar la concepción de Universidad y alterar los procesos de Reforma.

El movimiento estudiantil fue incapaz de constatar y problematizar las distintas crisis de la UNAH y traducirlas en crisis política y en contraposición encontramos un discurso parcelario y fragmentado. Un planteamiento que se limitó en que la crisis era de representación estudiantil, reduciéndolo a lo que era legal o ilegal, enmarcándose en una visión casi doctrinaria de la Ley Orgánica que es la culpable de que hoy tengamos una universidad normativa en la cual no quepa la crítica, la movilización, la protesta y la propuesta.

Lo anterior dio paso a dos errores políticos, el primero, desde un marco normativo no puede pensarse una constituyente universitaria que nazca en el Congreso, no puede plantearse un gobierno provisional porque ya existe una institucionalidad universitaria que no ha entrado en crisis política y tampoco se ha evidenciado la crisis histórica de la universidad, culpable de la crisis del modelo universitario y del modelo de reforma universitaria. 

El segundo, la resistencia estudiantil, ya que el movimiento no ha sido capaz de plantearse un proyecto político originario, de organización autónomo y contrahegemónico que si pueda poner en cuestión la crisis histórica y estructural de la UNAH.

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El Dictamen del Congreso Nacional

La revisión detenida del dictamen del Congreso Nacional (6), destaca dos aspectos importantes, el primero, en el artículo 1 se les pide a las autoridades universitarias aplicar las normas y mecanismo legales con los que cuenta la Universidad para darle respuesta a la crisis universitaria. Segundo, el Articulo 2 referencia a que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), estudiantes y autoridades elaboren el reglamento electoral para el proceso electoral.

Las resoluciones del dictamen (elecciones estudiantiles y resolver internamente la elección del nuevo Rector) evidencia la complicidad entre un bloque político partidario que sentó las bases de la IV Reforma y un bloque político académico que en muchas ocasiones entra en disputa y tensiones con ese bloque político, pero que en tiempos de crisis buscan reacomodarse y mantener intacto los proyectos de Universidad y de Reforma que ambos bloques se disputan.

En el fondo, bajo la figura de “la autonomía universitaria y salida interna a la crisis” a corto plazo el actual bloque que dirige la Universidad busca un aliento y oxígeno y a largo plazo la lucha parecer ser en lograr un reacomodamiento parcial y total en el campo universitario; el bloque político en el poder, en el marco de un proceso electoral, ante un posible volcamiento del movimiento estudiantil de salir a las calles al no tener respuesta por parte del Congreso Nacional ven el dictamen como una salida inmediata a la crisis. Aspectos que nos introducen en la idea que muchos de los rasgos del proyecto Julietista van a seguir su dinámica, ante la salida de la actual Rectora.

Ante esos rasgos nos preguntamos: ¿A que están conduciendo al Movimiento Estudiantil? ¿Cuál será el planteamiento del Movimiento Estudiantil? ¿Cuáles son las salidas para la crisis de la Universidad? Son preguntas que trataremos de responder en la siguiente entrega: El Movimiento Estudiantil ante la Crisis Universitaria.

Referencias Bibliográficas

  1. Véase Comisión de la IV Reforma. Lineamientos generales de la IV Reforma Universitaria. Ciudad Universitaria, 15 de octubre de 2000. Comisión de Transición Universitaria. Plan General para la Reforma Integral de la Universidad. Ciudad Universitaria, 2005.
  2. Ante Proyecto de Ley del Movimiento Estudiantil Universitario, 2017.
  3. Véase, Boaventura de Sousa De la mano de Alicia: lo social y lo político en la postmodernidad, Facultad de Derecho Universidad de los Andes, Ediciones Uniandes, 1998. Carlos Tünnermann. La universidad Latinoamérica ante los retos del siglo XXI.UDUAL, 2013
  4. Véase, Carlos Tünnermann. Los modelos educativos y modelo académicos. Editorial Bolaños, 2008. Jacques Derrida. La universidad sin condición. Editorial Trotta, 2002.
  5. Véase, Modelo Educativo de la UNAH, 2008.
  6. Tomado de: http://www.elheraldo.hn/pais/1103712-466/aprueban-dictamen-que-permite-nombrar-rector-interino-en-la-unah

Colectivo IDEA.

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