BANCO CAPITAL: ESTAFA, CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD [3/4]

EGO18 mayo, 2017

Entre 1998 y 2003 el Sistema Financiero hondureño sufrió pérdidas multimillonarias por la crisis de instituciones bancarias y asociaciones financieras declaradas en quiebra. Los casos más sonados fueron los del Banco Corporativo (BANCORP), Banco de Crédito y Seguros (BANCRESER) y Banco Capital. A raíz de ello, el Estado hondureño se vio forzado a extender fideicomisos de miles de millones de lempiras para evitar un caos en la economía del país y reembolsar sus ahorros a los cuentahabientes.

Las quiebras fueron producidas por una crisis de liquidez en las instituciones provocada por la gran cantidad de préstamos al sistema productivo, que a su vez registró miles de millones en pérdidas por los daños de huracán Mitch, y no pudo retornar a los bancos los dineros prestados. Esa fue la primera causa de la crisis, pero no la más importante.

A ésta se sumaron la caída de los precios mundiales por la crisis económica mundial que se había propagado a Occidente desde Asia, los cambios de la Reforma financiera hondureña iniciada a principios de los 90´s como parte de los Acuerdos de Basilea; pero también la no fiscalización y regulación de las autoridades financieras, y la estafa de cientos de millones de lempiras cometidas por algunos accionistas.

Lea más sobre la crisis bancaria en el siguiente enlace:

http://elpulso.hn/crisis-bancaria-estafa-corrupcion-e-impunidad-14/

El CASO CAPITAL

La quiebra del banco CAPITAL fue aún más escandalosa porque ya existía el precedente inmediato de BANCORP. El Estado había intervenido más de 6 bancos privados en poco más de veinte años.

Lea sobre la quiebra de Bancorp en el siguiente enlace:

http://elpulso.hn/bancorp-estafa-corrupcion-e-impunidad-24/

La prensa centroamericana escribía que «el descalabro de Banco Capital lo terminaría pagando el pueblo». El Consejo de Ministros legalizó una partida presupuestaria de 517.7 millones de lempiras que el Estado desembolsó para respaldar la garantía otorgada a los depositantes.

«Como ocurrió con el cierre del Banco Corporativo (Bancorp), el pueblo hondureño tendrá su “cuota de sacrificio’’ por los malos manejos administrativos de una parte del sistema financiero nacional[1]», decía El Diario de Hoy, en su edición del 28 de diciembre de 2002.

El Banco Capital contaba con una cartera de clientes menor a la de BANCOPR. Sus 40 mil ahorrantes habían confiado a la institución cerca de 730 millones de lempiras, de los cuales 213 millones estaban respaldados por el Fondo de Seguros de Depósitos, (FOSEDE). El total de los depósitos fue adquirido por el banco Fihcosa.

Nuestro informante revela que los principales culpables fueron los hermanos Ivis y Fernando López. «Sobre todo el primero, Ivis López», afirma nuestra fuente, recordándo que «esa familia anda libre y en política, como si nada».

Aunque nuestra fuente no nos menciona directamente su nombre, al decir «en política, como si nada», asumimos que se refiera a la joven candidata a la vice Alcaldía en la fórmula de Jorge Aldana para Tegucigalpa por el partido LIBRE, la abogada Fernanda López, sobrina de Ivis López e hija de Fernando López, quien se ha dado a conocer como una férrea opositora de la administración de Juan Orlando Hernández y líder del movimiento indignados que alzó las antorchas contra la corrupción en 2015, exigiendo la instalación de la CICIH en el país.

En 2002, cuando fue consultada sobre los hechos que provocaron la crisis y sobre por qué la CNBS no había hecho su trabajo de fiscalizar a los bancos, su entonces presidenta, Ana Cristina Mejía, declaró que «el asunto era que los socios del Banco Capital se repartieron unos 400 millones de lempiras (aproximadamente 23,5 millones de dólares) sin ninguna garantía, y los traspasaron como préstamos a otras empresas de su propiedad».

No respondió nada más. No dio declaraciones sobre la incompetencia de las autoridades de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros sobre su fallida vigilancia a las acciones del sistema bancario. Tampoco dieron mayores explicaciones la señora Victoria Asfura, Presidenta del Banco Central; ni el Ministro de Finanzas, Arturo Alvarado; ni el Presidente de la República, Ricardo Maduro. Nadie. Todos se llamaron al silencio. Lo poco que dijeron fue breve y parco.

El presidente Ricardo Maduro convocó a sus ministros para aprobar en estos tiempos de crisis la partida presupuestaria para hacerle frente a la situación de Banco Capital.
El dinero salió de las arcas de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), que años después tuviera que declararse en quiebra al descapitalizar la empresa.

El ministro de Finanzas, Arturo Alvarado, dijo que «al parecer el accionista principal del Banco Capital, Ivis López, habría cometido otras irregularidades que fueron detectadas cuando la institución fue intervenida».

Según el Ministerio Público, los señores López Ayestas «sacaron el dinero del Banco inobservando la autorización del Banco Central de Honduras y de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, así como la Ley del Sistema  Financiero, misma que prohíbe a los Bancos invertir más del 40% de su capital y reservas para bienes raíces[2]».

Ivis López habría invertido millones de esos dineros en el reforzamiento de su constructora Nacional de Ingenieros, y construyó las instalaciones de lo que hoy es el afamado Coliseo Nacional de Ingenieros; uno de los sitios para eventos y deportes más rentables de Tegucigalpa. Todo parece indicar que los señores López Ayestas hicieron fortunas mucho mayores a las que ya poseían gracias a la quiebra de Capital, y que invirtieron gran parte de los dineros estafados en la construcción de un edificio administrativo para el Consejo Financiero Capital.

Nacional de Ingenieros Coliseum.
Nacional de Ingenieros Coliseum, donde funcionaba también el canal de televisión TELENISA Canal 63 de Ivis López.

FOPRIDEH, en su II Informe sobre el estado de los casos en Honduras 2006  expresa que «Lo que llama la atención es que el mismo dinero fue depositado a Desarrolladores Asociados y éstos posteriormente libraron dos cheques a favor de los hermanos López Ayestas por el mismo valor con una diferencia de 0.20 centavos. A su vez, éstos depositaron el mismo día en Banco Capital la misma cantidad y entró como aumento de capital accionario de ellos. Todas estas operaciones se realizaron en un mismo día: el 23 de agosto de 1999[3]» (p. 27).

O sea, Banco Capital libra un cheque a nombre de Desarrolladores Asociados por una cantidad X, luego ese mismo día Desarrolladores Asociados libran dos cheques por el mismo valor a los hermanos López (accionistas de Banco Capital), los hermanos López depositan como aumento a sus acciones, ese mismo dinero que ese día salió de su banco a nombre de una de sus empresas. Los hermanos López suben el capital de sus acciones en el banco, pero con dinero que no existe.

Una vez judicializados los casos el Juez Especial dictó auto de formal prisión contra los hermanos López Ayestas, por considerarlos como los posibles autores intelectuales y culpables directos del delito de apropiación indebida y estafa.

El resto de los involucrados, Waldo Ramírez, Alex Bendeck Mourra, Jacobo Omar Hernández Cruz, David Granada Grajales, Julio Suárez Lardizábal, Fredy Danery Gómez, Marco Antonio Aviléz, Marcial Flores Sosa, Lili Raudales López y Carlos Padilla (este último familiar del diputado Virgilio Padilla del PAC) fueron enviados a prisión, bajo el cargo de complicidad, pero en mayo de 2006, el mismo Juez dictó sobreseimiento provisional a favor de todos los imputados.

La Fiscalía interpuso un recurso de apelación contra la resolución de sobreseimiento provisional decretado, recurso que fue aprobado por los Magistrados de la Corte de Apelaciones Especial nombrada. Hasta el día de hoy siguen libres.

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Esa no fue la última vez que los hermanos López Ayestas fueran acusados de fraude y estafa. En 2015 un Juez decidió dejar en libertad, mediante sobreseimiento definitivo, a los señores Ivis López Ayestas, Fernado Rafael López, Jorge Omar Casco y Octavio Humberto Matamoros, quienes recibieron carta de libertad definitiva por los delitos de violación a los deberes de los funcionarios, fraude y estafa, por un caso relacionado con el Inpreunah. La institución de previsión de los trabajadores de la UNAH adquirió mediante compra directa 478 lotes de un cementerio en San Pedro Sula y según las investigaciones hubo una sobre valoración en estos espacios en relación al precio real de mercado. Se pagaron 77 millones 222 mil, siendo el valor real de 67 millones 383 millones. (Proceso.hn)

Ivis López ha sido acusado además por el hundimiento del edificio n°6 de la UNAH, que fue construido por la constructora Nacional de Ingenieros de su propiedad durante la administración del Rector Omar Casco. Actualmente tiene pendiente una orden de captura por ese caso.

Igual que el caso BANCORP, el Estado invirtió millones de lempiras de los dineros del pueblo para liquidar el Banco Capital, salvaguardar así el Sistema Financiero Hondureño, y devolver sus dineros a los cuentahabientes.

Los culpables de esos fraudes (accionistas, funcionarios y administradores) descansan en la comodidad de sus casas con el confort que les brinda el erario público.

FICHA DE CAUSA JUDICIAL CONTRA BANCO CAPITAL[4]

Proceso iniciado el 10 de enero de 2003.                                                                                                                   Delito: Estafa
Responsables: Ivis German López Ayestas, Fernando Rafael López Ayestas, Waldo Ramírez, Alex Bendeck Mourra, Jacobo Omar Hernández Cruz, David Granada Grajales, Julio Suárez Lardizábal, Fredy Danery Gòmez, Marco Antonio Aviléz, Carlos Padilla, Marcial Flores Sosa, Lili Raudales López

Hechos: La Junta Directiva del banco resolvió aumentar su capital, habiendo sido aprobado ese aumento por la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS), y habiéndose fechado las formas y modalidades de pago para proceder a la capitalización. Según el Ministerio Publico, los señores López Ayestas, sacaron el dinero del banco inobservando la autorización del Banco Central de Honduras y de la CNBS, así como la Ley del Sistema Financiero, que prohíbe a los bancos invertir más del 40 por ciento de su capital y reservas para bienes raíces, pues con este dinero se pagaría unos pisos del Consejo Financiero Capital. Este dinero fue depositado a Desarrolladores Asociados, y estos, posteriormente, extendieron dos cheques a favor de los hermanos López Ayestas por el mismo valor, solo con una diferencia de 20 centavos, dinero que es depositado el mismo día (23 de agosto de 1999) en Banco Capital y entra como aumento de capital accionario.

En la próxima nota, el caso de Bancreser y las concluisiones de nuestra investigación: ¿estamos seguros los hondureños de que este tipo de quiebras bancarias no se volveran a dar?

http://elpulso.hn/banhcreser-estafa-corrupcion-e-impunidad-44/

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Citas al pie. 

[1] El Diario de Hoy, edición del 28/12/2002.

[2] FOPRIDEH. II Informe sobre el estado de los casos en Honduras 2006. Tegucigalpa, Honduras, 2006, p. 27.

[3] Ibíd.

[4] Los datos de este fichero han sido tomadas de la revista Vida Laboral. Diponible en: honduraslaboral.org/article/algunos-casos-de-corrupcion/

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