Fragmentos del libro Historias No Contadas De Rock de Alex Palencia.
La palabra «anarquismo» proviene del término griego «anarchía». La conforman el prefijo «an» que significa privación y «arche», autoridad. Es decir que etimológicamente «anarquía» significa «sin autoridad, sin gobierno». De modo que podríamos llamar anarquista a toda persona que no desea tener autoridades y que quiere gobernarse por ella misma. El individuo, la libertad y el respeto al otro son en teoría las bases del anarquismo.
El anarquismo es una doctrina social que rechaza el sometimiento que supone una ordenación legal o jurídica, postulando la total libertad del individuo pues ésta es posible y necesaria para una mejor convivencia entre los hombres. La meta del anarquismo es una sociedad sin estado, en la cual la igualdad, la equidad sería la única ley para el hombre.
En otras palabras el anarquismo es un sueño difícil de alcanzar, una utopía divorciada del autoritarismo de cualquier índole, tal como también lo planteaba Marx cuando en otras palabras decía: en una sociedad perfecta la superestructura del Estado no tiene sentido, pues en una sociedad así el ser humano se gobernaría solo.
En una palabra desechamos la legislación, toda clase de autoridad, toda influencia privilegiada, patentada, pues esto sólo puede servir para dar ventajas a una minoría gobernante de explotadores y desventajas a la inmensa mayoría sufrida». Es decir, ¡basta de leyes, autoridades, influencias especiales y explotadores!.
El anarquismo por donde de alguna manera pasa el rock es una utopía, es un sueño: y el rock trata precisamente de eso, crear utopías y hacer de los sueños lo posible. Es un construir a partir de nuevos valores, destruyendo y negando aquellos impuestos a través de un proceso en nuestro caso de colonización, que provienen de la colonia española asociada a los prefijos de la iglesia judeocristiana Católica Apostólica y Romana; y ahora pasando por el dominio norteamericano protestante, quienes nos han impuesto su forma de entender el mundo y el universo.
El anarquismo, al igual que el socialismo, aboga por la construcción de la libertad humana, sin religiones y sin la existencia de pequeños grupos privilegiados que utilizan el poder político y económico para hacer negocios con el Estado. Al igual que los socialistas marxistas, los anarquistas se declaran enemigos acérrimos de las oligarquías que viven de drenar los bienes del Estado, o sea los recursos de todos, el pueblo. El anarquismo es intolerante con las grandes mafias que nutriéndose como vampiros de la sangre de las grandes mayorías secuestran las instituciones del Estado para su único beneficio. Según los anarquistas al no existir el Estado como controlador, regulador y promotor de las relaciones sociales, el Estado como tal deja de ser el mecanismo a través del cual unos pocos controlan las conciencias y vidas de esas grandes mayorías.