¿ALGUIEN MIENTE EN POLÍTICA?

ALG26 noviembre, 2017

Si me permite hacer un pronóstico, hoy domingo las elecciones transcurrirán sin mayores incidentes en Honduras. Toda esa campaña de uno y otro lado señalando intereses en crear caos en el día de las elecciones se demostrarán como parte del calor de la contienda. La gente irá a votar, como ha ido a votar durante todos los procesos desde 1981.

El abstencionismo estará presente, en número muy similares a los de los demás procesos electorales. En todos las elecciones generales de nuestra historia reciente, el porcentaje de abstencionismo ha sido muy similar, con excepción quizás al de las elecciones de 2009, que irónicamente fueron declaradas las “elecciones más votadas de la historia,” ignorando al sector de la población que respondió al llamado que Manuel Zelaya hizo desde la Embajada de Brasil, de no asistir a las urnas, a costa de la candidatura presidencial de Elvin Santos y para beneficio de Porfirio Lobo Sosa y de Juan Orlando Hernández, que tuvo el lujo de contar con un Congreso Nacional con una monumental aplanadora a su servicio.

El pueblo, concluyamos, cumplirá hoy con su deber cívico. Elegirá a nuestros gobernantes, con la poca o nula información con que cuenta y no será sino a partir de las cinco de la tarde, cuando el proceso quede ya en manos de los partidos políticos y el Tribunal Supremo Electoral, que los problemas darán inicio.

La falta de voluntad de las instituciones encargadas de velar por el proceso electoral, por sumar a todos los actores en condiciones de igualdad al interior del proceso, se expresa ahora en una crisis profunda de credibilidad.

La crisis aún vigente del Partido Liberal con un candidato parco que ha necesitado la asistencia del mismo partido Nacional para subir en la preferencia de voto, y la personalidad histriónica y desbocada del candidato Nasralla, fruto de otra crisis no menos burlesca en Libre y PAC, chocó con el proyecto de reelección del Partido Nacional que ya venía enfrentando una campaña empeñada en retratar una imagen dictatorial del presidente, aun antes de su llegada a la silla presidencial.

Ese discurso, exitoso en su resultado con el voto duro de Libre que viven de corazón la consigna del Fuera JOH, impidió que durante cuatro años los espacios de consenso se dieran de cara a la población, pues todo acercamiento con el oficialismo era señalado como traición, incluso por la misma dirigencia.

Pero había acercamientos, los políticos siempre llegan a los consensos en la política, desafortunadamente para nosotros, esos acercamientos para acordar cierta gobernanza se dieron desde la sombra de los salones y no de cara al pueblo. Durante cuatro años los caudillos de los partidos políticos nos decían una cosa a la cámara y hacían otra bajo la mesa.

Ahora da la impresión que la única salida a la crisis es una victoria de la oposición. Pues ambos partidos, Liberal y Alianza Opositora, han denunciado en reiteradas ocasiones su desconfianza en el proceso y en el Tribunal Supremo Electoral, así como en los observadores internacionales que están en el país, porque el fraude, dicen, está consumado desde antes incluso del ejercicio del sufragio y todo lo que se hace ahora es para legitimarlo.

Como respuesta a la falta de confianza en el TSE, Libre presenta la novedad de un centro de cómputo alterno al TSE. Este en teoría no es el mismo Centro de Cómputo que montan todos los partidos con asistencia del TSE. Existe incluso un servidor facilitado por el Tribunal para verificar que las actas que el TSE registra coincidan con las que se llenaron en las MER.

Igual lo tiene la empresa privada, quien contará con su propio método de conteo. En su momento el Observatorio N26 conformado por organizaciones de la sociedad civil y financiado por el Instituto Nacional Demócrata de Estados Unidos, anunció que tendrían un centro de conteo alterno que iba a servir como observador del proceso. Ese centro sin embargo no se hizo, por el alto costo que significaba, para pesar de la oposición que contaban con ese computo que habría servido de respaldo a sus propios resultados.

Este centro de cómputo alterno que anuncia Libre ahora es otra cosa. Surge como una jugada política construida con el aprendizaje de las elecciones de 2013 y será quien generará la crisis en este proceso electoral. Lo nuevo será la prontitud del resultado desde la Alianza de Oposición a la Dictadura, que con mucho menos recursos que el Estado y con la infraestructura “mejorada” de las elecciones de 2013, logrará presentar un resultado casi instantáneo.

Algunas fuentes pronostican incluso que tan temprano como a las 2 de la tarde, la Alianza Opositora podría declararse ganador en la contienda; otros le dan un estimado de hasta las 6 pm, igual antes que el propio TSE.

“Tenemos un centro de cómputo alterno al de Tribunal Supremo Electoral que nos va a permitir tener resultado electoral antes que el Tribunal lo tenga,” afirma Oscar Rivera del partido Libre.

El TSE ha anunciado que el primer corte será a las 7:30 de la noche. A esa hora podríamos saber quien es el  nuevo presidente de la República. Libre declarará ganador a Salvador Nasralla, mucho antes que exista un resultado desde el TSE, poniendo en aprietos la credibilidad del TSE, que han minado recurrentemente en los últimos meses, porque ese centro de cómputo conformado por voluntarios y con los limitados recursos del partido, logrará en tiempo récord recoger los datos de las 36,108 actas a nivel nacional.

“La Alianza no reconoce el sistema de transmisión instalado por el TSE, porque no ofrece ninguna garantía”, afirma Rixi Moncada, también del partido Libre.

Según la abogada Moncada, el sistema usado por el TSE es el mismo que usaron en 2013, que fue altamente cuestionado por expertos de la OEA, y como nunca hubo voluntad desde el TSE para incorporarlos al proceso, dan fe que el mismo está “visiado, ligado a la corrupción porque no se hizo un proceso transparente de licitación.”

Los tres candidatos con mayores opciones de victoria han declarado repetidas veces que serán ganadores del proceso electoral y se respaldan en sus propias encuestas. Los tres afirman tener el  favor de la mayoría de la población que les dará el voto. Pero solo habrá un ganador. Solo habrá una persona que tendrá la mayoría de votos en este proceso para hacerse con la presidencia. ¿Será más fácil clamar un fraude que un error en los cálculos o una mentira?

Nuevamente el futuro de nuestro país está en manos de caudillos políticos, que negociarán bajo la mesa en favor de sus propios intereses. Y nos dirán una cosa a la cámara, mientras hacen otra bajo la mesa. Porque alguien nos ha estado mintiendo todo este tiempo y ellos lo saben. Alguien se declara ganador sin serlo realmente, pero claro, eso no importa porque es parte de la campaña.

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