Solo hacía falta el virus….

EGO4 mayo, 2020

‘El Rey decía que si no podíamos comprar leña que nos emponchemos; que si por pobres no podíamos alimentar a nuestro caballo que no lo tengamos; que si alimentarnos era costoso que comamos menos. Entonces, decidimos ahorrar gastos y nos liberamos del Rey», Anónimo

El miércoles 29 de abril después de comprobar quorum, se atentó contra el Estado laico con una oración para iniciar la sesión legislativa de manera virtual. Se examinó la correspondencia, y se le cedió la palabra al secretario de la junta directiva del congreso Renan Inostroza quien leyó los proyectos de ley presentados por cada diputado el 24 de abril.  Entre los proyectos de ley se contemplaba dar permanencia en los contratos al personal de salud que había estado trabajando en primera línea de manera ‘‘efectiva’’, que no se paguen mensualidades en los colegios privados, que no se suspendan los servicios básicos de agua y luz eléctrica, que la señal de los servicios de telefonía, internet y cable sigan siendo huéspedes permanentes de los hogares.

Centralizar la atención de los pacientes de covid-19, no cobrar el pago de los préstamos a los maestros que tengan en el IMPREMA, impulsar la agricultura familiar, no promediar la energía eléctrica para efectos de cobro, un salario mínimo para las familias que no tienen un ingreso, una mesa de transparencia intersectorial, exonerar a las familias de que estén ubicados en lugares de riesgo, que no paguen arriendo los inquilinos de locales comerciales que no excedan los 25,000 lempiras, también que se aprobara 20,000 millones de lempiras para 2 millones de personas que viven en extrema pobreza y se les entregue L. 10,000 en efectivo, más 12 millones para crear 12 unidades de cuidados intensivos.

Revisar el contrato con EEH (Empresa Energía Honduras) si están lacerando el bolsillo de los hondureños y que se congelen los intereses de las tarjetas de crédito, también la suspensión de la información de la central de riesgo. Prorroga de pago de matrícula de vehicular en todas las terminaciones de 6 meses en el año presente, no se cobrará por sobre estadía en el almacenaje de mercancías y productos en los puertos por motivo de la pandemia. Un nuevo préstamo entre el banco central de honduras y el Banco Interamericano de Integración Económica por un monto de 200 millones de dólares. Otra deuda más para la población porque los préstamos y donaciones los paga el pueblo trabajador.

Los recursos que hoy hacen falta son recursos que históricamente han estado carentes en el sistema de salud y que la pandemia ha puesto en evidencia de manera más cruda y alarmante. El dinero de los préstamos solicitados, según declaraciones de representantes de organizaciones de la Sociedad Civil, bastarían para equiparse y tener un sistema de salud integral si no fueran mal gastados.

De los 62 proyectos de ley presentados solo 14 estaban dirigidos a resolver problemas sociales, los demás iban desde la aplicación de grilletes en lugar de cárcel a personas acusadas y condenadas, hasta remodelación de estadios. Tres diputados hicieron mención a que se regresara a la forma presencial porque se sentían excluidos y no había transparencia en los proyectos de ley.

Después de haber aprobado el decreto del poder ejecutivo sobre el préstamo al BCIE se dio paso a la discusión del proyecto que le daba permanencia al personal de salud que actualmente está trabajando en esta crisis por el covid-19. Todos los diputados hicieron observaciones y alegaron de que no solo fuera personal médico contratado en esta cuarentena, sino todo el personal en general. Después de hora y media de debate, votaron, con 116 votos fue aprobada aunque el proyecto es responsable y esperanzador para los empleados de la salud, desde que empezó la crisis los medico llevan exigiendo los materiales de bioseguridad que hasta el momento ya lleva diezmados a varios del personal de salud.

El tercer proyecto de fue para el sector del turismo uno de los sectores de más golpeados en esta crisis, el proyecto contemplaba que las empresas que se dedican al turismo puedan hacer un aporte solidario a sus empleados sin ser cancelados sus contratos. Entre las alegaciones de algunos diputados se discutía si estas medidas decretadas por el congreso se están cumpliendo a cabalidad, ya que algunos empresarios no están entregando el aporte solidario a sus empleados pero si recibiendo los beneficios del gobierno.

Honduras es el país con más recursos para abordar la crisis por Covid-19 en Centroamérica con más de 100 mil millones de lempiras ejecutados, a pesar de ello, se presentó un nuevo proyecto desde el Poder Ejecutivo para solicitar un préstamo al Banco Mundial por 20 mil millones de dólares. El Estado de Honduras está tan endeudado que si una persona ya nace endeudada, y aunque viviera doscientos años no podría saldar esta deuda. Esta ha sido la historia de los hondureños en los últimos 50 años.

El cuarto proyecto rezaba que BANPROHVI el Banco de la Producción y la Vivienda pudiera otorgar créditos en su banca de primer piso con un fondo de garantía del Banco Central Honduras para respaldar a la pequeña y mediana empresa, así como una línea de crédito para los productores de banano. En la participación del debate la presidenta de este banco dijo que habían suspendido los pagos de los meses de marzo, abril y mayo, a raíz de la crisis han dejado de percibir 1000 millones de lempiras y que desde su administración se han entregado L. 794.2 millones. Además, aseguro que el banco está abierto a todos los sectores productivos y que se resucita el fidecomiso para la producción del banano. Por otro lado, entre las intervenciones de los diputados se pidió que si había atrasos en los pagos por quienes optaran a créditos no se les embargara ninguna adquisición de ese préstamo. También que no se debe considerar la central de riesgos a la hora de solicitar crédito. Al parecer por las opiniones la gestión de la presidenta del banco Mayra Falk ha sido muy productiva.

El covid-19 logró lo que los hondureños no, poner a trabajar al Estado, eso se vio reflejado cuatro días después el 2 de mayo al congreso reunido para aprobar el proyecto de ley por el diputado Tomás Zambrano, este fue el punto único de la reunión. Según la ley orgánica del congreso indica que sus integrantes deben entrar en un receso legislativo del 1 al 31 de mayo, el proyecto de ley que se presentó como punto único, era para que el periodo de vacaciones se prolongara hasta que la junta directiva decidiera lo contrario, con propuesta de trabajo virtual todo el mes de mayo por motivos de la pandemia. Con más de 100 votos a favor de un total de 111 que estaban presente, se aprobó cada artículo.

Pero afuera de los debates, la tecnología, tele congreso y las lujosas residencias de los ‘’padres de la patria’’ existe una realidad de concreto que hace pesado el día a día. El mismo 29 de abril, la corresponsal Claudia Mendoza de la cadena internacional de Univisión, publicó el reportaje de dos madres solteras y un señor cerca de los 60 años, zapatero de oficio, este último pagaba al mes 45 dólares, con la devaluación de la moneda eso representa unos 1200 lempiras, junto con él una de las mujeres vendía agua para mantener a sus cuatro hijos y a una nieta. Mas allá en otra calle se encuentra la mujer con su hija de 13 años, también madre soltera, a la cual le ofrecen ayuda a cambio de su hija. Si el coronavirus se curará con solidaridad, más de un tercio de la población en Honduras perecería.

El país es el mismo, solo le hacía falta un virus, un virus que evidenciara a otro, como el de la corrupción, por ejemplo. La penosa realidad del hondureño es como la receta de un plato típico, siempre lleva lo mismo y de vez en cuando se le agrega un ingrediente extra para hacer al plato especial, como la corrupción, el endeudamiento, la falta de oportunidades, desigualdad, narcotráfico y crimen organizado. Y ahora, un virus, uno que no distingue quien, es más, ni quien es menos. Pero el lugar y motivo por el cual estar en ese lugar si es una distinción social,  de los 1,010 contagiados, la mayoría son personas que trabajan en maquilas, de barrios pobres y marginados o de colonias con un poco más de ingresos de alguno que paso del proletariado a una capa social, la mayoría fue trabajando, un reducido número llego del extranjero y trajo el virus, pero esos que llegaron la mayoría eran migrantes de Honduras en Europa, la otra migración que no se ve.

Las colonias o residenciales, y los sectores de Honduras donde vive la clase alta, se registran pocos casos. La mayoría se contagió en sus lugares de trabajo, porque en plena emergencia sanitaria fueron obligados a hacerlo o porque viven del día a día para sostener a sus familias. El coronavirus llegó por alguien que tenía las posibilidades de viajar, seguramente un burgués, se propago por los obreros que trabajan para ese y otros burgueses, y la mayoría de los contagiados son obreros, los médicos y enfermeras que atienden a los obreros.

Es como si cayera el telón en un teatro mientras los actores se cambian de vestuario, eso sucede en Honduras con la llegada de la Covid-19. Se evidenció el pésimo uso de los recursos del Estado, el abandono de las principales necesidades de los hondureños, como son la salud y educación. Todo esto siempre ha estado y los hondureños han aprendido a vivir con ello; pero esta vez es aún más difícil porque el contagio se esparce como la lluvia torrencial y llega a todos los espacios, afectando a unos más que otros, entrando como el agua entra por las goteras en los techos de los hogares más empobrecidos.

 

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