La administración Trump está contemplando una gama de opciones, incluyendo posibles sanciones, contra el gobierno de Nicaragua y el presidente Daniel Ortega si no aborda adecuadamente las preocupaciones de los grupos estudiantiles, líderes eclesiales y otros actores cívicos sobre el aumento de la violencia y la represión política.
«Estamos viendo esto con enfoque láser porque necesitamos asegurarnos de que la gente ha llamado al diálogo y el gobierno participe; la gente ha pedido investigaciones, el gobierno debe hacerlas; los militares han dicho que se mandendrán al margen y deben continuar haciéndolo «, dijo un alto funcionario de la administración Trump.
Un informe preliminar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicado el lunes dijo que el gobierno de Ortega violó los derechos humanos a través del «uso excesivo de la fuerza» por parte de las fuerzas de seguridad del estado. La comisión recomendó una investigación internacional de la violencia para identificar y responsabilizar a los responsables.
Al igual que Venezuela, Nicaragua se ha convertido en una preocupación creciente en Washington.
El vicepresidente Mike Pence, el embajador de la ONU Nikki Haley y Mark Green, administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, entre otros, han condenado públicamente la reacción agresiva del gobierno nicaragüense a las protestas.
«Cientos de miles se han manifestado en respuesta, exigiendo reformas democráticas y pidiendo la renuncia de Ortega», dijo recientemente Haley a la 48ª Conferencia Anual de Washington sobre las Américas en el Departamento de Estado. «Por primera vez en la vida de muchas personas, los nicaragüenses no tienen miedo de expresar abiertamente su deseo de una elección real para determinar su futuro, a pesar de la amenaza real de la violencia».
Nicaragua se ha mantenido relativamente estable en la región durante años, atrayendo a los estadounidenses a que visiten sus vacaciones en la playa. Y la administración de Ortega se benefició de una economía relativamente fuerte en parte debido a años de apoyo en las formas de efectivo y petróleo de Venezuela y el ex líder Hugo Chávez, ayuda que ayudó a Ortega a ganar popularidad y poder.
Ahora el liderazgo de Ortega está bajo amenaza y la imagen de un país pacífico ha sido, al menos temporalmente, destrozada por las protestas que también han llevado al Departamento de Estado a advertir contra visitar Nicaragua y sacar a las familias del personal de la embajada del país.
El alto funcionario de la administración dijo que los EE. UU. no están dirigiendo a la oposición, y deben manejar a los grupos de la oposición con cautela para no levantar acusaciones del gobierno sobre el imperialismo estadounidense. Pero el funcionario dijo que Estados Unidos está listo para actuar si el gobierno de Ortega no coopera con la investigación independiente, si no detiene la violencia o usa el diálogo como una táctica dilatoria.
El alto funcionario de la administración Trump no detalla aún qué tipo de sanciones y otras medidas podrían tomarse en contra del gobierno de Ortega. Pero un funcionario de otra agencia, que habló bajo condición de anonimato porque el funcionario no estaba autorizado a discutir la estrategia del gobierno, dijo que la administración podría cancelar visas de funcionarios del gobierno nicaragüense o de sus familiares y bloquea a los funcionarios del gobierno nicaragüense o los líderes financieros de acceder a las instituciones financieras de los Estados Unidos.
Como ejemplo, el funcionario señaló que a fines del año pasado, el Tesoro de Estados Unidos congeló los activos estadounidenses del presidente del Consejo Supremo Electoral nicaragüense, Roberto Rivas, en virtud de la Ley Global Magnitsky, la llamada ley «anti Rusia» que permite al poder ejecutivo imponer prohibiciones de visa y sanciones específicas a personas en cualquier parte del mundo responsables de cometer violaciones de derechos humanos o participar en actividades corruptas.
Los legisladores estadounidenses dicen que Rivas supervisó elecciones fraudulentas amañadas para mantener a Ortega en el poder.
El segundo funcionario dijo que Estados Unidos no se hace ilusiones sobre el gobierno de Ortega. El funcionario dijo que el presidente nicaragüense sigue el mismo guión que siguió el líder venezolano Nicolas Maduro cuando utilizó las promesas de diálogo con la oposición en su país para aliviar la presión internacional contra su gobierno y al mismo tiempo consolidar su poder desmantelando las instituciones democráticas.
«Es una técnica de estancamiento», dijo el alto funcionario de la administración. «Como Maduro nos enseñó, no creen en negociar de buena fe».
Fuente: FRANCO ORDOÑEZ The Sacramento Bee
TRADUCCIÓN DE EL PULSO
